Simon y Garfunkel

Le escribo estas l¨ªneas poco despu¨¦s de haber le¨ªdo su art¨ªculo titulado La gran decepci¨®n relativo al concierto dado por Simon y Garfunke1 el pasado d¨ªa 25 de mayo en el estadio de Vallecas.Se?or Costa: es usted muy libre de opinar que el citado concierto fue un "verdadero desperdicio, que fue una l¨¢stima que no hubiera llovido para que la gente se hubiera ido a sus casas, o que Simon y Garfunkel son mitos de plomo, barro y miseria" (por cierto, se?or Costa, ?donde aprende usted esas frasecitas ... ?).

Ahora bien, cuando usted afirma que los aplausos no eran la expresi¨®n de un sentimiento, sino el cumplimiento de una costumbre, usted miente descaradamente. Cuando usted afirma que interpretaron una docena de canciones, vuelve usted a mentir, puesto que fueron veintitr¨¦s el n¨²mero de canciones que se interpretaron en el concierto, como vuelve usted a mentir cuando insiste en que "las palmas se apagaban imbuidas en el inmenso muermo que manaba el escenario".

Se?or Costa: todos sabemos muy bien que sus gustos no coinciden en absoluto con la clase de m¨²sica que hacen Simon (y el otro), como despectivamente les llamaba usted en la cr¨ªtica de la v¨ªspera del concierto. Sin embargo, tenga esto por seguro: hay 39.999 personas a las que usted no podr¨¢ enga?ar nunca con su ?cr¨ªtica?: las que el d¨ªa 25 de mayo, en el estadio de Vallecas, tuvimos la gran suerte de estar all¨ª./