M¨¢s voluntad que acierto en una versi¨®n deI Handke en el teatro Lliure
La cavalcada sobre el llac de Constanea (La cabalgada sobre el lago de Constanza), del autor austr¨ªaco Peter Handke, fue estrenada el pasado jueves en el Teatre Lliure de Barcelona por el grupo La Gabia de Vic, dentro del ciclo de teatro abierto que patrocina el Centro Dram¨¢tico de la Generalidad de Catalu?a. La obra est¨¢ interpretada por Iva Vigat¨¢, Ram¨®n Vila, Eduard Naud¨®, Viki Sanz, Ram¨®n Fontser¨¦, Carme Ju¨¢rez, Angels Riu y Carme Fern¨¢ndez. La direcci¨®n corre a cargo de Joan Anguera. La traducci¨®n es de Lluis Sol¨¢.Hubo aplausos discretos y corteses al finalizar la representaci¨®n de La cavalcada sobre el llac de Constanea. Aplausos que premiaban m¨¢s la voluntad que los resultados posiblemente. La obra fue estrenada hace dos a?os en Vic, sede habitual de trabajo del grupo La Gabia y de all¨ª pas¨® al teatro Griego de Barcelona. Ahora vuelve a la Ciudad Condal sin que quede demasiado claro cu¨¢l es el motivo de esta reposici¨®n.
La cavalcada es ante todo un ejercicio ling¨¹¨ªstico y teatral. Influida claramente por las obras de Beckett y tambi¨¦n seguramente por las de Harold Pinter, juega constantemente con el lenguaje como elemento principal sobre el que se establece la imposible reflexi¨®n que denunciara el primer Wittgenstein. Pero como ejercicio teatral Handke no olvida el gesto y el movimiento sobre el escenario. Esta es la parte de la que La Gabia saca mejor partido. En cambio, lo puramente ling¨¹¨ªstico queda difuminado por entonaciones demasiado engoladas, especialmente en los casos de Ram¨®n Vila y Eduard Naud¨®.
Genio maligno
Handke recrea en esta obra, sin citarlo, el genio maligno cartesiano. Se interroga sobre el car¨¢cter on¨ªrico de la realidad y fuerza la expresi¨®n hasta dejarla en lo que acaba siendo un lugar com¨²n. Paralelamente mueve los personajes en una deliberada planicie. Su actuaci¨®n no viene determinada por historias anteriores, sino por presentes situacionales. Ello le permite describir las relaciones de demonio sobre la base del empleo del habla y de la posici¨®n en la escena. Tener la palabra, ser el due?o del lenguaje equivale a ser simplemente el due?o. Ocupar el lugar preeminente, la mejor butaca, autoriza a ordenar y confiere el derecho a ser obedecido en un orden que se perpet¨²a a, s¨ª mismo por la simple rutina.La interpretaci¨®n de la obra resulta desigual. Correctos, Fontser¨¦, Sanz y Ju¨¢rez; flojos, envarados y nerviosos, Naud¨® y Vila. La escenograf¨ªa, de la que dadas las dimensiones del Lliure, hay que decir que se le ha sacado provecho, y los figurines son de Josep Vern¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.