Pol¨ªticos de entretiempo
En cuanto se anuncian unas elecciones o se trapichea con la posibilidad de su inminencia en las escalinatas de San Felipe, el Arco de San Gin¨¦s y otros mentideros madrile?os de varios tenedores de plata/Dur¨¢n, los pol¨ªticos de entretiempo le piden al valet -todav¨ªa quedan algunos valets en Madrid- su corbata de piqu¨¦, sus botines metaf¨®ricos, y se lanzan a crear un partido democr¨¢tico, liberal o populista para una democracia de cretona.Desde que Calvo Sotelo/Buster Keaton ha dejado entreanunciar la posibilidad de unas elecciones anticipadas, Antonio Garrigues -por cuya tenacidad inteligente en el diletantismo tengo el mayor respeto y admiraci¨®n, por cuyo diletantismo inteligente y tenaz siento el respeto, m¨¢s grande y admirativo- ha pedido a, la cocina los vasos de agua labrados para abrevar periodistas y anunciar la posibilidad de convertirse en partido pol¨ªtico (liberal, por supuesto), ya que la uced¨¦, malherida y todo, no va a entregar su paquete de poder al Saulo relampagueante de Sotogrande, reci¨¦n ca¨ªdo de un caballo de polo, y cuyo retrato he visto en casa del pintor Gomila: ha salido con toda la energ¨ªa excesiva y subit¨¢nea que puede darle a su rostro de griego ap¨®crifo del Museo Brit¨¢nico. Pero no es ¨¦l solo, claro: los suaristas/martinvillistas que a?oran al jefe, y que en seguida querr¨ªan ponerle la jota may¨²scula, tambi¨¦n andan mu?endo en sus retretes (v¨¦anse etimolog¨ªas nobles) una uced¨¦ que se llame de otra forma, distinta y distante, con toda la marcha que puede meterle Su¨¢rez, y que le ha metido siempre a todo lo que ha hecho, aun con los yates marciales anclados en el Manzanares, riberas de la Moncloa, como en un Puerto Ban¨²s olig¨¢rquico y guerrero.
Ya tenemos dos partidos de entretiempo, siquiera como figuras del sue?o de una noche de preverano en vigilia del Sant¨ªsimo. El sant¨ªsimo con min¨²scula, no hay que explicarlo, es Landelino Lavilla, en torno de cuyo cop¨®n de la baraja/Fournier quiere formarse el partido nacionalcat¨®lico de toda la vida, una antiquit¨¦ restaurada como democracia cristiana para vender reliquias de Herrera Oria y astillas del cardenal Segura al electorado o feligres¨ªa de clase media.
Estos tres partidos de entretiempo, o se dan de alta con nombre y apellidos, o van de hospicianos bajo r¨²bricas m¨¢s solventes, pero sus respectivos auspiciadores (y no sus l¨ªderes natos, que son los arriba mentados) ya se han puesto el frac liberal comido por la Deuda Hipotecaria de la polilla, la camisa azul que t¨² bordaste en rojo ayer, s¨®lo que blanca de tintorer¨ªa y detergentes de esos que anuncia Robles Piquer, o, seg¨²n los casos, el cord¨®n de cofrades, el capuch¨®n de Semana Santa y el rosario de tu madre, o sea la santa suegra, reina madre de la santa esposa. Ni Garrigues ni Su¨¢rez ni Lavilla han dado un paso al frente ni se han cruzado joseantonianamente de brazos ni han lanzado el "iV¨ªctor!" romano/mussoliniano, aunque el V¨ªctor anda por ah¨ª, en muy ilustres caligraf¨ªas. Garrigues, el m¨¢s nuevo; Su¨¢rez, el m¨¢s listo; Lavilla, el m¨¢s trinitario. Los tres est¨¢n haciendo meditaci¨®n trascendental, seg¨²n la columna parapsicol¨®gica de Pitita Ridruejo, y Su¨¢rez es, de entre ellos, el ¨²nico pol¨ªtico no de entretiempo, sino de todos los tiempos, que ha atravesado climas y sistemas como un todo/terreno de zapato de gamuza (Fraga es un todo/terreno con zapatos de Land/Rover).
En cuanto se preanuncian preelecciones, las tribus vivaqueantes se quedan empre?adas de democracia e inician la danza del fuego en tomo al l¨ªder indiferente o se ponen el coraz¨®n de entretiempo a juego con el chaleco. Las grandes realidades derecha/izquierda les ignoran.
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