Maquillaje democr¨¢tico
El PSOE entiende que el proceso democratizador de las cajas de ahorro, iniciado en 1977 con la liberalizaci¨®n del sistema financiero, que dirigi¨® desde la Vicepresidencia Econ¨®mica del Gobierno Enrique Fuentes Quintana, no ha pasado de la superficie. Seg¨²n el Estatuto de 1933, las cajas est¨¢n definidas por su car¨¢cter popular, ausencia de ¨¢nimo de lucro, tutela p¨²blica e implantaci¨®n geogr¨¢fica limitada."La ambig¨¹edad jur¨ªdica de unas instituciones definidas as¨ª y que, sin embargo, administran un tercio de los dep¨®sitos del sistema bancario", dicen los socialistas, "genera un problema inmediato: qui¨¦n las controla y administra. El decreto de 1977 fue el primer paso para resolver esta cuesti¨®n con un cierto aire democr¨¢tico. La soluci¨®n establecida por ¨¦l, con suponer un avance con relaci¨®n al caciquismo sin coto anterior, no es sin embargo satisfactoria". En primer lugar, el sistema de sorteo para elegir compromisarios que a su vez eligen a los consejeros se ha prestado a manejos diversos, como la apertura de cuentas en varias sucursales, especialmente las menos importantes, para aumentar la probabilidad de salir elegidos, muy utilizado por los empleados de las cajas de ahorros fieles a la direcci¨®n. O como el halago o el trato discriminatoriamente favorable a los compromisarios-depositantes d¨²ctiles.
En segundo poder, el poder casi onm¨ªmodo de los directores que pueden revocar incluso acuerdos de los consejos de administraci¨®n, invalida, en buena medida, la moderada democratizaci¨®n, sobre todo si se tiene en cuenta el gran poder de la CECA en lo s procesos de selecci¨®n de estos directivos, cuyo conservadurismo est¨¢ casi siempre justificado.
En consecuencia, "la democratizaci¨®n ha sido m¨¢s aparente que real. En muchos casos ha habido cambios de nombres y rostros, pero no de estilo. Esta ausencia de cambio se evidencia en la CECA, donde apenas nada se ha alterado en este per¨ªodo".
El partido socialista si opina, sin embargo, que las cosas han cambiado con respecto a las operaciones, la expansi¨®n o las fusiones. Una orden ministerial de diciembre de 1979 permit¨ªa la expansi¨®n fuera de la regi¨®n donde radique la sede central, autorizaci¨®n que ha sido aprovechada por las cajas m¨¢s grandes (Caixa, Caja de Madrid, Caja de Arag¨®n y Rioja, Caja de Ronda y Caja de Valencia).
La modernizaci¨®n
Seg¨²n el PSOE "esta implantaci¨®n provoca m¨²ltiples problemas, como es el c¨®mputo de inversiones regionales, la alteraci¨®n de la imagen estrictamente regional o la posibilidad de existencia futura de un ¨®rgano central de compensaci¨®n y apoyo, que al estilo del existente en la Rep¨²blica Federal de Alemania pudiera crearse en el futuro, si bien la CECA est¨¢ m¨¢s preocupada por el control de los consejos y directores que por prestar servicios, por mucho que abaraten los costes de las cajas".
Otra forma de evitar la democratizaci¨®n, diluyendo la representaci¨®n de organismos p¨²blicos, o prepararse para resistir la aplicaci¨®n de los estatutos de autonom¨ªa, donde se reconoce a las comunidades aut¨®nomas competencias en relaci¨®n a las cajas, ,les la pol¨ªtica de fusiones entre cajas de diferentes provincias y regiones". Pol¨ªtica con un ¨¦xito relativo, gracias a, las reticencias de las cajas peque?as y "a las cr¨ªticas de toda ¨ªndole recibidas".
La conclusi¨®n que los economistas del PSOE sacan de este maquillaje democr¨¢tico de las cajas de ahorro es la de que "es imprescindible aumentar la representaci¨®n en los consejos de administraci¨®n de los entes p¨²blicos m¨¢s cercanos a los ciudadanos -corporaciones locales- y mejorar el control por parte de las autor¨ªdades financieras, todo ello en un marco jur¨ªdico renovado que partiendo del vigente de 1933, elimine la actual dispersi¨®n de normas". Los autores de esta propuesta entienden que a pesar de la aparente obsolescencia o anacronismo del marco jur¨ªdico de las cajas, no puede alterarse.
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