Una bala del 23-F
En relaci¨®n con la carta de Luis Erice (cu?ado de Leopoldo Calvo Sotelo) publicada en este diario el 15 de junio de 1982, quiero decir que el punto 4, que es donde Luis explica su actitud en relaci¨®n con la herida de bala sufrida por ¨¦l el 23-F y por qu¨¦ no se lo dijo al juez, cojea irremediablemente sin que las precisiones ofrecidas en el punto 6 puedan servirle de razonable muleta.En la obligaci¨®n de declarar ante el juez las heridas de bala no cabe sustituir al juez ni al declarante, salvo en los casos y en la forma establecida por las leyes. Si don Luis consider¨®, como dice, que no era as¨ª, conviene recordarle que en la legislaci¨®n espa?ola la ignorancia de las leyes no exime de su cumplimiento, principio este aplicado inicuamente muchas veces, pero no en el caso de Luis, pues su ignorancia en el tema que me ocupa, si es que la hubo en alg¨²n momento, se ha convertido en voluntaria por el tiempo transcurrido y los medios de Luis (cu?ado del presidente) para salir de ella y rectificar. Bien cuida Luis de hablar en pret¨¦rito ("consider¨¦ que con que el hecho figurara en el acta del Congreso ( ... ) era suficiente"), pues intuye que esa misma frase en presente no podr¨ªa creerse.
En cuanto al punto 6, donde Luis quita importancia a su herida con las conocidas palabras de Tarz¨¢n, s¨®lo que elevadas al cubo ("simplemente un rasgu?o superficial sin importancia, que no hubo penetraci¨®n de metralla", cuando todos los rasgu?os son superficiales y, en consecuencia, sin importancia ni penetraci¨®n de metralla), es preciso aclarar que uno de los motivos fundamentales para declarar cualquier herida de bala, superficial o profunda, es la reconstrucci¨®n de los hechos, con sus trayectorias bal¨ªsticas y la consiguiente determinaci¨®n del origen de los disparos, a fin de determinar qui¨¦n ha disparado y qui¨¦n no, en funci¨®n de la localizaci¨®n de las personas en el espacio y en el tiempo.
Terminar¨¦ por donde usted empez¨®, Luis, o don Luis. Para un ciudadano media un abismo entre la conducta de usted y la del periodista Javier Angulo, ya que ¨¦l no ha quebrantado la ley y usted s¨ª; usted ha tenido un tiempo cincuenta o cien veces mayor que ¨¦l para pensar y asesorarse, y, por ¨²ltimo, lo m¨¢s importante: las razones de ¨¦l han sido personales y la de usted la as¨ª llamada raz¨®n de Estado. / Soller (Baleares).
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