Los m¨¦dicos y la sanidad
Los m¨¦dicos somos considerados tradicionalmente como los ¨²nicos autores y responsables de la asistencia sanitaria, los dem¨¢s trabajadores, cualificados o no, que trabajan en ella, sufren una postergaci¨®n no s¨®lo p¨²blica, sino en cuanto a sus puestos de trabajo y a sus posibilidades de participaci¨®n en la asistencia sanitaria, e incluso en cuanto a la titulaci¨®n, ah¨ª est¨¢ el estatuto del personal auxiliar sanitario, el mismo t¨ªtulo de ayudantes t¨¦cnicos sanitarios o aqu¨¦l a¨²n m¨¢s antiguo de practicantes, y todo un largo etc¨¦tera de denominaciones que delatan una connotaci¨®n claramente jer¨¢rquica, los m¨¦dicos son los actores y los otros como mucho el coro, cuando no el imprescindible decorado.Esta mentalidad es habitual no s¨®lo entre la poblaci¨®n, sino en los medios de comunicaci¨®n, aun en los m¨¢s progresistas, una buena muestra de ello es el silencio que mantiene EL PAIS ante la huelga que m¨¢s del 80% de los ATS y DE mantienen desde hace un mes (y es que esas min¨²sculas notas en la p¨¢gina 66 son casi peor que el silencio) y la comparaci¨®n con la informaci¨®n que hubo el a?o 1981 sobre la huelga de los m¨¦dicos de la Seguridad Social, de mucha menor repercusi¨®n, y no se diga que otros temas de mayor enjundia ocupan a EL PAIS, ah¨ª est¨¢n las tres tribunas libres dedicadas a un s¨®lo m¨¦dico (el doctor Rivera) o a la informaci¨®n sobre las actuaciones de un colectivo reducido de m¨¦dicos (los m¨¦dicos de familia). No nos enga?emos; tambi¨¦n para este peri¨®dico los se?ores m¨¦dicos merecen un trato especial al lado de las suffidas enfermeritas.
Nadie ha parado mientes en la grave situaci¨®n sanitaria que se est¨¢ creando por esta huelga mantenida, "los m¨¦dicos no est¨¢n en huelga", deben de pensar quienes nada saben del funcionamiento sanitario, pues hoy en d¨ªa el papel de los ATS y DE es tan importante o m¨¢s que el de los propios m¨¦dicos, de manera que es imposible un funcionamiento normal de la asistencia sanitaria sin el concurso de iodos los que entran en el terreno de los trabajadores de la salud, y menos a¨²n de que se trata de un callej¨®n sin salida por la negativa del Insalud a negociar con los legales representantes de los trabajadores en conflicto; quienes fuimos MIR hace menos de diez a?os, todav¨ªa recordamos el empecinamiento franquista a negociar con los colegios m¨¦dicos (a los que los m¨¦dicos como los ATS nos vemos obligados a colegiarnos para poder ejercer nuestra profesi¨®n y que por lo tanto obligatoriamente nos representan).
Y no hay que enga?arse, cualquier planteamiento serio de una asistencia sanitaria racional, en nuestro pa¨ªs va a tener que contar con la cada vez mayor profesionalizaci¨®n y cualificaci¨®n de todo el personal que entra a formar parte del acto sanitario, y con la progresiva adopci¨®n de funciones que est¨¦n acordes con esa mayor cualificaci¨®n, ?c¨®mo es posible que los nuevos diplomados de enfermer¨ªa, titulados universitarios, vayan a verse obligados a trabajar como meros expendedores de recetas en los ambulatorios?, ?c¨®mo es posible que al aprobarse por parte del Ministerio esta nueva titulaci¨®n no se haya tenido en cuenta las nuevas funciones y la correspondiente y l¨®gica remuneraci¨®n acorde a la misma? Los nuevos profesionales deben de cumplir una funci¨®n fundamental en la actividad sanitaria futura, en una actividad sanitaria que cambie el enfoque de abordaje y que haga del trabajo multidisciplinario, del trabajo en equipo, dirigido e insertado en la propia comunidad haciendo especial hincapi¨¦ en la prevenci¨®n y educaci¨®n sanitarias. Este planteamiento es el ¨²nico que puede acabar con el actual hospitalo y m¨¦dico-centrismo y con el incre¨ªble despilfarro en la farmacopea en la asistencia sanitaria que la hacen cada vez m¨¢s incompatible con cualquier criterio de racional?dad econ¨®mica y social./
M¨¦dico miembro de la Asociaci¨®n para la Defensa de la Sanidad P¨²blica.
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