Del C¨®digo Alimentario Espa?ol a la Ley de los Alimentos
El tema alimentario se ha convertido en un asunto de m¨¢ximo inter¨¦s desde que hace un a?o se pon¨ªa al descubierto que la ingesti¨®n de aceite adulterado era la causa de la muerte de una larga lista de ciudadanos. Desde entonces, la atenci¨®n de la poblaci¨®n se ha movido entre el temor y la curiosidad hacia todo lo que ten¨ªa relaci¨®n con la alimentaci¨®n. De ah¨ª, que no est¨¦ de m¨¢s repasar cu¨¢l ha sido la legislaci¨®n y la pol¨ªtica alimentar¨ªa seguida en nuestro pa¨ªs desde que se aprob¨® el C¨®digo Alimentario Espa?ol (CAE), as¨ª como sus lagunas m¨¢s destacadas."Nos encontramos en un pa¨ªs", dice Justo Nombela, de la Direcci¨®n General de Pol¨ªtica Alimentana, "que cuenta con enormes fuentes de variados alimentos. La potencialidad de nuestra riqueza agropecuana deber¨ªa obligamos a confeccionar un 'Plan Alimentario Nacional'. El C¨®digo Alimentario, estructuralmente correcto, precisa el engarce con una ley que incorpore lo procesal, que coordine y refuerce la inspecci¨®n, racionalice las actuaciones competenciales, aune los aspectos de la investigaci¨®n e instituya la ense?anza alimentaria en sus diversos niveles".
En 1955 el Gobierno cre¨® la primera Comisi¨®n Interministerial con el encargo de redactar una serie de proyectos sobre la reglamentaci¨®n de las industrias. En aquellos tiempos la preocupaci¨®n principal era el abastecimiento, de ah¨ª que la presidencia de la Comisi¨®n recayera sobre el comisario de Abastecimientos y Transportes.
Once a?os m¨¢s tarde se crea por decreto la Comisi¨®n Interministerial para la Ordenaci¨®n Alimentaria (CIOA), con el fin de orientar a la Administraci¨®n no s¨®lo sobre las industrias, como se ven¨ªa haciendo hasta entonces, sino sobre temas alimentarios. Esta Comisi¨®n es la misma que se va a reordenar en breve plazo, (ver El PAIS del 7 de julio), a base de ampliar su representaci¨®n con la presencia de fabricantes y consumidores, as¨ª como con la colaboraci¨®n del Instituto Nacional de Normalizaci¨®n, que tiene un papel prirriordial en estos momentos, de cara al ingreso de Espa?a en el Mercado Com¨²n.
Un paso de la legislaci¨®n
Sin embargo, la fecha m¨¢s importante no se dar¨¢ hasta un a?o despu¨¦s, cuando por el Decreto 2482/ 1967 se aprueba el C¨®digo Alimentario Espa?ol. No obstante, la m¨¢quina administrativa tuvo paralizado este decreto hasta el a?o 1974 que se aprob¨®, por otro decreto, la entrada en vigor del CAE. La puesta en marcha del C¨®digo Alimentario se desdobl¨¦ en dos fases: seis meses para los temas generales del C¨®digo y otros seis para los principales productos alimentarios.
Desde entonces han ido entrando, sucesivamente, en vigor los decretos que aprobaban las distintas reglamentaciones t¨¦cnico-sanit¨¢rias de helados, agentes arom¨¢ticos, bebidas refrescantes, huevos y derivados, caramelos y chicles, pastas para sopa, turrones y mazapanes, cerveza, chocolate, reg¨ªmenes diet¨¦ticos, conservas vegetales, zumos de frutas y derivados, productos de confiter¨ªa, mataderos y materiales polim¨¦ricos. Adem¨¢s de esta actividad reglamentaria, se puso en marcha otro grupo de disposiciones que no entra?aban un contenido directamente sanitario y que, cronol¨®gicamente, comenz¨® con la Ley d¨¦l 20 de junio de 1968 por la que se creaba el Fondo de Ordenaci¨®n y Regulaci¨®n de Precios y Productos Agrarios (FORPPA).
Al abrigo de este marco legal se desarroll¨®, en 1973, la normalizaci¨®n de productos agrarios mediante un nuevo decreto por el que se encargaba al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentaci¨®n la "implantaci¨®n, gesti¨®n y divulgaci¨®n" de estos productos, mientras que se pon¨ªa en evidencia la necesidad de una coordinaci¨®n al afirmar que "las disposiciones que en lo sucesivo se dicten y las intervenciones que se produzcan en el mercado interior deber¨¢n tener en cuenta las normas de productos ganaderos que se promulguen para el mercado nacional". Sin embargo, en el ¨²ltimo a?o ha habido una modificaci¨®n sustancial en la legislaci¨®n sobre normalizaci¨®n, ya que lo que en un principio estaba enfocado hacia el control de los productos en origen ha pasado en la actualidad al mercado mayorista.
Reglamentaciones pendientes
No obstante la existencia de estos dos bloques de disposiciones de reglamentaciones y normas, no se ha conseguido canalizar racionalmente la inspecci¨®n y el control de los alimentos como cabr¨ªa esperar. El C¨®digo ha tardado demasiado en ser una entidad completa, y de hecho todav¨ªa quedan por aprobar cerca de cien reglamentaciones t¨¦cnico-sanit¨¢rias para que est¨¦ desarrollado en su totalidad.
"El Parlamento", dice Justo Nombela, "ha dispuesto dos textos no de ley a prop¨®sito del fraude ahmentario, pero no ha decidido el gran paso: una Ley de los Alimentos con todo el rango; con las m¨¢ximas previsiones; con toda la fuerza inspectora y coactiva que, adem¨¢s, est¨¦ sincronizada con la enser¨ªanza, la publicidad, la investigaci¨®n y la defensa del consumidor, y con el procedimiento adecuado para dictar normas de desarrollo legal, el control de los laboratorios y las sanciones.
Lo cierto es que la situaci¨®n alimentaria espa?ola demanda una remodelaci¨®n administrativa que est¨¦ encuadrada dentro de un Plan Alimentario Nacional. "No se trata, dice Justo Nombela, de un Plan que eleve mucho el gasto p¨²blico y, por tanto, la presi¨®n fiscal, sino de mentalizar a los poderes p¨²blicos para insistir en una racionalidad de esfuerzos coordinados con el empleo sincronizado de los medios existentes".
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