Nuevas denuncias sobre infanticidios femeninos en China

El infanticidio femenino contin¨²a constituyendo una pr¨¢ctica en ciertos ambientes de la Rep¨²blica Popular de China. El problema se sigue planteando con amplitud, aunque hace varios a?os parec¨ªa atenuado por la ausencia casi total de una pol¨ªtica de control de nacimientos, informa AFP.Pese a la presi¨®n de las innumerables reglamentaciones que actualmente imponen a. los chinos la obligaci¨®n de no tener m¨¢s que un hijo, o dos como m¨¢ximo en las zonas rurales, el deseo de disponer al menos de un descendiente masculino contin¨²a fuertemente enraizado. El ahogamiento de los beb¨¦s de sexo femenino, un m¨¦todo ampliamente utilizado en el pasado en las zonas rurales para desembarazarse del exceso de bocas, es todav¨ªa el que m¨¢s se emplea, de acuerdo con la Prensa oficial china.

A primeros de junio, un campesino de los alrededores de Shenyang, una gran ciudad del noroeste de China, vio a dos hombres arrojar un gran bolso en un r¨ªo. Intrigado, recuper¨® el envoltorio y descubri¨® con estupor que conten¨ªa una ni?a de pocos meses, atada por los pies a una gran piedra.

El procedimiento no es ¨²nico. Los medios informativos han destacado un caso de envenenamiento, cuyo autor fue condenado a cinco a?os de prisi¨®n. Decepcionado por el nacimiento de una ni?a, Wang Jintang, un campesino de la regi¨®n este, hab¨ªa pensado en un principio abandonarla, pero ante la negativa de su esposa se hab¨ªa decidido a matarla oblig¨¢ndola a absorber insecticida.

El abandono de los beb¨¦s de sexo femenino ha sido denunciado ¨²ltimamente por el Liaoning Ribao, que revel¨® que esta pr¨¢ctica se emplea desde el mismo momento en que los padres no encuentran una familia que acepte adoptar a la ni?a.

Las consecuencias de la mentalidad feudal, que propicia la b¨²squeda a cualquier precio de descendencia masculina, alcanzan tambi¨¦n a algunas madres, maltratadas, humilladas, injuriadas y a veces golpeadas hasta la muerte por no haber sabido concebir el hijo deseado.

En julio de 1980, Han Shaojun, un obrero del noreste de China, atac¨® con un martillo a su esposa, que acababa de dar a luz una ni?a. Los padres del joven estaban "muy descontentos" de que su nuera hubiera tenido una ni?a e incitaban a su hijo a golpearla, se inform¨® entonces.