La Rep¨²blica intent¨® crear una aristocracia del esp¨ªritu'
Las teor¨ªas de la Instituci¨®n Libre de Ense?anza se plasmaron en la Universidad de Verano de Santander, que cumple 50 a?os
La personalidad de los cient¨ªficos e intelectuales que este a?o reciben la medalla de la Universidad Internacional Men¨¦ndez Pelayo -y la de los que ya la obtuvieron a?os atr¨¢s-puede servir de resumen del esp¨ªritu que anima a esta instituci¨®n cincuentenaria. Hay poetas, historiadores, fil¨®sofos y novelistas -Alberti, Bergam¨ªn, Julio Cortazar, Carlos Barral, Aranguren-, pero hay tambi¨¦n militares (Guti¨¦rrez Mellado, el a?o pasado D¨ªaz Alegr¨ªa), hay pol¨ªticos, art¨ªstas-pol¨ªticos como Melina Mercouri, otros del renombre de Pl¨¢cido Domingo, y hay, sobre todo, cient¨ªficos que abarcan disciplinas tan variadas como la biogen¨¦tica, la f¨ªsica y el amplio campo de la investigaci¨®n social, personalizados en Eric Fromm, Von Euler, Abraham Moles, Tu?¨®n de Lara o Edward Malefakis.Tal relaci¨®n de distinciones, sin fronteras nacionales o ideol¨®gicas, no hacen sino subrayar las caracter¨ªsticas iniciales de la Universidad Internacional de Verano (internacionalidad e interregionalidad), que idearon sus pioneros en los primeros a?os de la II Rep¨²blica, desde el fundador, Fernando de los R¨ªos, y los dos primeros rectores, Ram¨®n Men¨¦ndez Pidal y Blas Cabrera, a los encargados de la secretar¨ªa Pedro Salinas y Jos¨¦ Gaos, y los miembros del patronato fundador, entre los que no faltaban Ortega y Gasset, S¨¢nchez Albornoz, Xavier Zubiri, Unamuno, Gregorio Mara?¨®n, Pi Su?er y Am¨¦rico Castro, adem¨¢s de los primeros profesores, los jovenc¨ªsimos miembros de la generaci¨®n po¨¦tica del 27, desde Jorge Guill¨¦n a D¨¢maso Alonso y Gerardo Diego, sin olvidar a Lorca, que acudi¨® con La Barraca.
Vacaci¨®n y fecundidad
La Universidad Internacional naci¨® "como universidad de vacaciones", seg¨²n Men¨¦ndez Pidal, para quien vacaci¨®n y fecundidad acaso no sean t¨¦rminos tan opuestos como se cree. El decreto de fundaci¨®n lo firmaron el 23 de agosto de 1932 el presidente de la Rep¨²blica, Niceto Alcal¨¢ Zamora, y su ministro de Instrucci¨®n P¨²blica y Bellas Artes, Fernando de los R¨ªos Urruti. "La creciente acumulaci¨®n de alumnos en Ias universidades modernas, con su secuela pedag¨®gica, la de covertirlas casi exclusivamente en ¨®rganos transitorios de la cultura, ha ido engendrando", dice el texto, "nuevas necesidades docentes, a las cuales responden los centros de investigaci¨®n cient¨ªfica y la pluralidad de organismos que entrelazan nacional o internacionalmente a quienes tienen una alta misi¨®n directiva en la multiforme labor de la cultura de nuestro tiempo".
En el momento de crearse la universidad santanderina, Fernando de los R¨ªos se fija en los dos ¨²nicos ejemplos pedag¨®gicos a seguir entonces, el suizo, con una universidad internacional en la que se efect¨²a el cambio de ideas entre las figuras preeminentes de Europa en "planos horizontales que s¨®lo cogen a las cumbres", y el modelo norteamericano, en el que el plano de universidad lo es por las bases, es decir atendiendo principalmente a fines de divulgaci¨®n. "A mi", explicaba Fernando de los R¨ªos, "no me satisface ni lo uno ni lo otro. Busco aquello que buscaba nuestro Sancho: el parecer del propio Don Quijote. Busco lo necesario para la convergencia de los dos planos: el que atiende a las cumbres y el plano que atiende a las bases".
A partir de esos principios, que se concretan en los estatutos de 1932, atender a esas cumbres es reunir en la Magdalena a los principales cient¨ªficos y pensadores del mundo, pero sin olvidar las bases -profesores de escuelas normales, de institutos, de universidades y alumnos destacados y becados de los centros superiores, a raz¨®n de dos por curso y centro-.
Aquel verano del 36
Para ello habr¨ªan de seguirse las teor¨ªas pedag¨®gicas de Giner de los R¨ªos, fundador de la Instituci¨®n Libre de Ense?anza y t¨ªo de Fernando de los R¨ªos. "Vamos a la creaci¨®n de la aristocracia del esp¨ªritu", conclu¨ªa este ¨²ltimo.
Esta experiencia pedag¨®gica se inici¨® en el verano de 1933 e iba a truncarse en el del 36 a poco de inaugurado el curso, con profesores extranjeros cercados en la Magdalena, mientras los consulados repatriaban a otros y algunos espa?oles ca¨ªan presos (seis mor¨ªr¨ªan en la matanza del vapor Alfonso P¨¦rez). El rector, Blas Cabrera, organiza, mediado el mes de agosto y de acuerdo con el embajador franc¨¦s, la salida de un grupo hasta Francia. Pero para entonces Ir¨²n hab¨ªa ca¨ªdo en mano de la tropas de Franco, y la caravana de la Universidad Internacional hubo de escapar por mar, en peque?os barcos, hasta la costa francesa. La mayor¨ªa regres¨® a zona republicana por Catalu?a.
Pedro Salinas, el secretario general, ha contado c¨®mo abandon¨® Santander entre los ¨²ltimos y c¨®mo logr¨® embarcarse en Bilbao hacia el exilio americano, en el que iba a morir. El presidente del patronato y primer rector, Men¨¦ndez Pidal, sale de Espa?a tres meses despu¨¦s, a finales de noviembre. Para entonces ha sido asesinado Garc¨ªa Lorca en Granada -estaba programada una actuaci¨®n de La Barraca aquel verano en la Magdalena- y Manuel Llano empieza la redacci¨®n de su ¨²ltima novela, Dolor de tierra verde. Poco despu¨¦s, Pedro Sainz Rodr¨ªguez, que era diputado por Santander, se dispone a dar lectura en la biblioteca de Men¨¦ndez Pelayo al decreto firmado en Burgos por el que se disuelve la Junta para Ampl¨ªaci¨®n de Estudios e Investigaciones Cient¨ªficas. En el jard¨ªn de la biblioteca, los j¨®venes del SEU dan custodia con los fusiles en la mano a la estatua de don Marcelino, tomado como bander¨ªn de enganche de la nueva situaci¨®n. Comienza la etapa en la que uno de dos pilares de la Universidad Internacional, el pilar de Giner de los R¨ªos -dicho con m¨¢s propiedad: el ideario de la Instituci¨®n Libre de Ense?anza-, iba a ser arrancado de ra¨ªz en el futuro de Universidad estival.
La pol¨¦mica que no cesa
La Universidad Internacional de Veranono hab¨ªa estado alejada de las agrias pol¨¦micas de la ¨¦poca, incluso en el parlamento, donde el citado Sainz Rodr¨ªguez y el tambi¨¦n diputado por Cantabria, el socialista Bruno Alonso, se enfrentan duramente por cuestiones de presupuesto y -en el fondo, como siempre- por los planteamientos ideol¨®gicos de la nueva instituci¨®n. Las acusaciones eran de liberalismo, de masoner¨ªa y de laicismo. La derecha no ve¨ªa con buenos ojos el experimento pedag¨®gico e iba a crear, bajo la batuta del santanderino y presidente nacional de Acci¨®n Cat¨®lica -m¨¢s tarde cardenal-, Angel Herrera Oria, la Universidad Cat¨®lica, con sede en el colegio C¨¢ntabro, por el que pasar¨ªan como profesores Jos¨¦ Mar¨ªa Pern¨¢n, el padre Nemesio Ota?o, Jos¨¦ L¨®pez Ibor, Pedro G¨®mez Aparicio, Jos¨¦ de Entrambasaguas y Amintore Fanfani, entre otros.
La propia sede universitaria, el palacio de la Magdalena, estar¨ªa en el centro de las cr¨ªticas porque, siendo propiedad de la familia real, lo destin¨® la Rep¨²bllica, previa entrega de la Diputaci¨®n y el Ayuntamiento de Santander, a estos menesteres pedag¨®gicos, con el disgusto de los mon¨¢rquicos. "Muchos santanderinos ( ... ) no pueden mirar con simpat¨ªa una obra que diariamente les est¨¢ recordando la injusticia y el atropello cometido", afirm¨® en el citado debate parlamentario Pedro Sainz Rodr¨ªguez, que dec¨ªa tener adem¨¢s -y se refer¨ªa a la admiraci¨®n por la cultura que proclamaba su paisano Bruno Alonso- una menor "reverencia por esos sabios que tanto admira su se?or¨ªa, sin duda por aquello de que los sacristanes tienen cierta familiaridad con los santos". "Esos sabios ilustres han estado en Santander, han sido bien tratados y se han divertido cuanto han podido, porque la sabidur¨ªa es compatible con las debilidades humanas", afirmaba el diputado conservador.
Cuando, cincuenta a?os m¨¢s tarde, la UIMP se ve envuelta en otra pol¨¦mica y en manifestaciones contrarias en Santander, no son muy distintos los argumentos. Hay, sin embargo, un matiz importante en su origen, ya que el alcalde de Santander amenaza -si en los nuevos estatutos no se contempla a la capital de la regi¨®n c¨¢ntabra como sede exclusiva de sus cursos- con quitarle a la instituci¨®n el uso del palacio de la Magdalena, comprado por el Ayuntamiento a don Juan de Borb¨®n en 1978. Y es que la UIMP tiene ya unas amplias instalaciones propias en el campus de Las Llamas -que dieron paso en 1974 a la creaci¨®n de la Universidad de Sant¨¢nder, de invierno- y que la propia Rep¨²blica hab¨ªa realizado grandes obras en la Magdalena -el Paraninfo, una ampliaci¨®n en las Caballerizas, etc¨¦tera-, sin que nadie reivindicase posteriormente su propiedad ni se especificase su car¨¢cter estatal en la compraventa de 1978.
En nombre de Men¨¦ndez Pelayo
Lo cierto es que, cuando despu¨¦s de la guerra civil, en 1945, el ministro de Educaci¨®n y Ciencia Ib¨¢?ez Mart¨ªn recrea la Universidad Internacional, lo hace ya con el nombre de Meri¨¦ndez y Pelayo, al que el nacionalcatolicismo de la ¨¦poca entronizar¨ªa en la catedral de Santander en un traslado de restos que quiso ser el comienzo de su santificaci¨®n.
Es el rector de esa etapa Ciriaco P¨¦rez Bustamante, al que en los a?os setenta sucede Florentino P¨¦rez Embid. Por la Magdalena y por sus otras sedes universitarias del seminario de Corb¨¢n, del hospital de San Rafael o de Las Llamas, siguieron pasando cada verano una media de tres mil alumnos y profesores de todo el mundo. Pero se hab¨ªa dado carpetazo al esp¨ªritu de los fundadores. Fue el tiempo de Adolfo Mu?oz Alonso, de Fernando Mart¨ªn S¨¢nchez-Juli¨¢, de Jes¨²s Gay; del sindicalismo vertical, del nacionalcatolicismo y del Movimiento Nacional, con no escasa presencia del Opus Dei.
La etapa intermedia, regida por Francisco Yridurain, de no desde?able talante liberal, fue la preparaci¨®n de la actual, iniciada en enero de 1980, cuando la Universidad Internacional es declarada organismo aut¨®nomo, regido ya por el equipo de Ra¨²l Morodo. El discurso del rey Juan Carlos en 1980, invitando a una universidad abierta a todos los vientos del pensamiento, y el de Ra¨²l Morodo, anunciando el regreso al esp¨ªritu de Fernando de los R¨ªos, se mantiene en este tercer curso, con un espectacular esfuerzo organizativo (280 millones de presupuesto, frente a los 32 millones de 1979) y muy altos resultados en cuanto a participaci¨®n de profesores y alumnos.
Una historia de buenos y malos
Despu¨¦s de aludir a historia acad¨¦mica y cultural, predominantemente antagonizada por las categor¨ªas b¨¦licas de amigo-enemigo, Ra¨²l Morodo afirmaba ante el Rey que "si queremos que nuestro futuro sea un haz de convergencias es necesario reivindicar nuestro pasado como suma de afinidades, s¨ª, pero tambi¨¦n de diferencias, de semejanzas y de disparidades". Morodo cit¨® el ejemplo de los franceses, para los que Francia es al mismo tiempo Juana de Arco y Jean Juar¨¦s, Joseph de Maistre y Jean Paull Sastre, e insisti¨® en que los espa?oles no podemos amputar nuestra historia de ninguna de sus dimensiones. Eso significa, como es l¨®gico, que la nueva etapa de la UIMP (retornando el esp¨ªritu fundacional), debe hacer coincidir, por ejemplo, a Fraga Iribarne o Fern¨¢ndez de la Mora con Alfonso Guerra y Jos¨¦ Luis L. Aranguren. "Si ese eminente santanderino cuyo nombre figura en la denominaci¨®n de la Universidad Internacional fue un gran espa?ol", dice el rector, "tambi¨¦n lo fue -y yo me atrever¨ªa a decir que desde la misma ra¨ªz y las mismas razones- ese preclaro humanista y pedagogo que se llam¨® Giner de los R¨ªos"
Esa profundizaci¨®n en el esp¨ªritu de 1932 y en el intercambio vacacional de experiencias pedad¨®gicas y cient¨ªficas no es, sin embargo, una empresa f¨¢cil en los tiempos tan que vive la Universidad espa?ola, en la que el profesorado no podr¨ªa ahora, seguramente, ser generoso en aquellos intercambios vacacionales, dadas sus m¨²ltiples ocupaciones extraprofesorales.
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