Gunilla Hallgren

y su compa?ero Goran Karlsson constituyen una pareja de j¨®venes suecos que han quedado cesantes en su trabajo. La noticia seria irrelevante en un pa¨ªs donde el n¨²mero de parados aumenta sin cesar, sino fuera por las especiales caracter¨ªsticas del trabajo de ambos y porque la cesant¨ªa no obedece a un despido patronal sino a una ley del Parlamento que prohibe representaciones sexuales en vivo en clubes nocturnos y otros lugares p¨²blicos. Gunilla y Goran consumaban cada noche, en Le Chat Noir y Sexorama, dos conocidos clubes de Estocolmo, un acto sexual al que no faltaba ninguno de los ingredientes que le son propios, ante un respetable que hab¨ªa pagado entre cien y 150 coronas por la entrada. Entrevistados por una periodista sueca despu¨¦s de la prohibici¨®n gubernamental, Gunilla y Goran se mostraron bastante deprimidos por tener que interrumpir un trabajo que les gustaba y que sobre todo les dejaba mucho tiempo libre durante el d¨ªa. La representaci¨®n de su n¨²mero era, seg¨²n declara Gunilla, un aut¨¦ntico acto sexual con algunos aditamentos pour la galerie, pero siempre verdadero. Dijo tambi¨¦n que lo ¨²nico que le disgustaba era la presencia de algunas se?oras entre el p¨²blico, que "hip¨®critamente" ten¨ªan expresiones desaprobatorias para ciertas escenas de la representaci¨®n", informa Ricardo Moreno.