La comedia de Porta
LA COMEDIA dimisionaria protagonizada por Pablo Porta, presidente de la Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol, ha vuelto a demostrar que este pa¨ªs sigue siendo uno de los m¨¢s originales del mundo. As¨ª resulta que Pablo Portaenv¨ªa una carta de dimisi¨®n irrevocable, para revocarla s¨®lo unos d¨ªas despu¨¦s a petici¨®n de los presidentes de club. Y encima se tiene la desfachatez de decir que como ha sido elegido democr¨¢ticamente, democr¨¢ticamente ha sido confirmado. Ni es democr¨¢tica la organizaci¨®n, del f¨²tbol espa?ol, donde unos pocos comercian con toda clase de intereses particulares, al margen los deseos y las preocupaciones de los aficionados y los simples ciudadanos, ni puede convertirse el sistema caciquil del f¨²tbol en un ejemplo de aparente funcionamiento democr¨¢tico, ni es presentable que la ineptitud demostrada por Porta y sus adl¨¢teres con la miserable actuaci¨®n de la selecci¨®n espa?ola en el Mundial sea premiada con la continuaci¨®n en el cargo ante la mirada impasible y muda de las autoridades del Ministerio de Cultura. Por lo menos nos gustar¨ªa saber que el Gobierno tambi¨¦n piensa que el Mundial fue un fracaso y que Porta debe irse. ?O son fuertes los se?ores Calvo Sotelo y Lavilla para despedir a Robles Piquer y no lo son para hacerlo con Porta?Sin duda, la figura y la personalidad de Porta y su original manera de no dimitir encajan perfectamente con la idiosincrasia del f¨²tbol profesional espa?ol y comulgan con el estilo y car¨¢cter de la casi totalidad de presidentes futbol¨ªsticos. Est¨¢ claro que Porta resulta muy c¨®modo para los hombres fuertes del f¨²tbol como Jos¨¦ Luis N¨²?ez (FC Barcelona), Jos¨¦ Ramos Costa (Valencia), Manuel Vega Arango (Sp¨®rting de Gij¨®n) o Eugenio Montes Cabeza (Sevilla). Otros con poder, como Luis de Carlos (Real Madrid) o Jos¨¦ Luis Orbegozo (Real Sociedad), no tienen excesivo inter¨¦s en el cambio. Y el resto arrastra una dependencia econ¨®mico-deportiva de los grandes que le impide ejercer su voluntad sin presiones, ya que necesitan, para ir tirando, la ayudita federativa, el traspaso de un suplente, la colaboraci¨®n de un cedido o la venta millonaria de su ¨²nica estrella.
La indiferencia de los mandatarios futbol¨ªsticos a la hora de reflexionar sobre la continuidad de Porta y sobre la posibilidad de buscar un sustituto es irritante. Quiz¨¢ se quiera ocultar la verdadera causa del problema: el f¨²tbol espa?ol arrastra tantos a?os de caciquismo y desorganizaci¨®n que encontrar en su seno una persona capacitada, a nivel humano y deportivo, para conducir a buen puerto esta nave seriamente tocada parece imposible. Y, por supuesto, m¨¢s complicado es que el elegido cuente con el visto bueno de los presidentes que mandan en la Federaci¨®n. Resulta as¨ª casi impensable que un hombre ajeno al f¨²tbol, por m¨¢s preparado que est¨¦, pueda entrar en la casa de N¨²?ez, Ramos Costa y compa?¨ªa.
Las sucesivas etapas que ha quemado Porta al frente del organismo federativo tuvieron una coronaci¨®n lamentable con el Mundial, no s¨®lo en el aspecto deportivo, al fracasar la selecci¨®n encabezada por Jos¨¦ Emilio Santamar¨ªa, uno de los grandes protegidos del presidente, sino en la imagen que Espa?a dio en el exterior a causa del impresentable montaje de Mundiespa?a, idea creada por el Comit¨¦ Organizador en colaboraci¨®n con la Federaci¨®n y de la que Porta ha pretendido desmarcarse a tiempo. El Mundial ha demostrado con creces que Porta ha sido un nefasto administrador de la federaci¨®n m¨¢s poderosa del deporte espa?ol.
La arrogancia de este hombre, que parece estar muy por encima de Jes¨²s Hermida, ha llegado al extremo de declarar que a Jos¨¦ Emilio Santamar¨ªa no lo destitu¨ªa .porque el m¨¢ximo responsable soy yo". Pero entonces habr¨¢ que suponer que tambi¨¦n es responsable de que un negocio espectacular que ha destruido pacientemente el m¨¢s m¨ªnimo viso de esp¨ªritu deportivo se beneficie de prebendas, exenciones y situaciones legales que para s¨ª quisieran otras actividades en este pa¨ªs. Es preciso una reforma a fondo del f¨²tbol profesional en Espa?a. Y Porta, con su actitud, nos est¨¢ dando la clave de la soluci¨®n. No es acaso ¨¦l quien deba irse; es el Estado el que debe abandonar su apoyo a una organizaci¨®n llena de corruptelas y verg¨¹enzas y construir desde abajo, con honestidad y firmeza, un nuevo edificio futbol¨ªstico que rinda homenaje a las necesidades estrictamente deportivas y escape del mundo de la especulaci¨®n econ¨®mica, la presi¨®n pol¨ªtica y la podredumbre cultural en la que hoy se halla inmerso.
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