Espa?a vendi¨® legalmente a Argentina 187 ametralladoras antia¨¦reas montadas con licencia alemana
Espa?a vendi¨® en 1980 a Argentina 187 ametralladoras antia¨¦reas, calibre 20 mil¨ªmetros, montadas en Oviedo por la Empresa Nacional Santa B¨¢rbara con piezas y licencia de la entidad alemana Rheinmetall. En esta venta, seg¨²n la parte espa?ola, no hay irregularidad alguna, aunque una carta del presidente de la Santa B¨¢rbara certificaba que las armas ten¨ªan como destinatario al Ej¨¦rcito espa?ol, pero en la Rep¨²blica Federal de Alemania est¨¢ abierto un expediente de exportaci¨®n ilegal contra Rheinmetall. Las armas son producto residual de un programa frustrado de colaboraci¨®n entre la empresa alemana y la espa?ola, seg¨²n fuentes pr¨®ximas a ¨¦sta.
El problema del esc¨¢ndalo de las ametralladoras presuntamente desviadas por Espa?a hacia Argentina (Ver EL PA?S de 20 de julio) hunde sus ra¨ªces en la pol¨ªtica espa?ola de potenciaci¨®n de la industria b¨¦lica, cuyo principal agente es la empresa Santa B¨¢rbara, del Instituto Nacional de Industria (INI). Esta empresa, que desde 1964 viene colaborando con Rheinmetall, abord¨® en 1978 la cofabricaci¨®n con la firma alemana de un a ametralladora antia¨¦rea tipo 20 mil¨ªmetros -el calibre de la OTAN-, para las Fuerzas Armadas espa?olas y con miras a la exportaci¨®n.Los problemas comenzaron cuando en noviembre de 1979 el Gobierno de la RFA, mediante una nota verbal dirigida al Ministerio espa?ol de Asuntos Exteriores, puso como condici¨®n para autorizar el contrato de cofabricaci¨®n que las armas se destinaran exclusivamente a los ej¨¦rcitos espa?oles. En caso de posible exportaci¨®n, la RFA exig¨ªa retener el control del comercio. Ante esas condiciones, Santa B¨¢rbara no acept¨® y el programa qued¨® congelado.
Entre tanto, la empresa espa?ola hab¨ªa comprado, por valor de m¨¢s de m¨¢s cien millones de pesetas, un pedido de diversas piezas, con las que se montaron en Oviedo las primeras 187 ametralladoras de este tipo en Espa?a. Las ametralladoras se montaron, efectivamente, pero ante el abandono del programa dejaron de interesar, incluso a las Fuerzas Armadas espa?olas, visto lo cual se decidi¨® venderlas para recuperar las inversiones realizadas.
Argentina, que hab¨ªa intentado comprar las ametralladoras directamente en la RFA, sin obtener permiso del Gobierno alem¨¢n, compr¨®, a comienzos de 1980, las montadas en Espa?a, con todos los requisitos legales exigidos en Espa?a, es decir, con autorizaci¨®n del Gobierno. Poco despu¨¦s, el semanario alem¨¢n Der Spiegel denunciaba en un art¨ªculo presunta exportaci¨®n ilegal, a trav¨¦s de Espa?a.
Una carta del presidente de Santa B¨¢rbara, el teniente general Manuel Nadal Romero, enviada el 20 de noviembre de 1979 a las autoridades alemanas, "certifica" que las piezas que despu¨¦s se transformar¨ªan en ametralladoras ten¨ªan como destinatario a las Fuerzas Armadas espa?olas. Para Santa B¨¢rbara esta carta no implica ning¨²n compromiso, en primer lugar porque formaba parte de un proyecto frustrado, seg¨²n la parte espa?ola, por las exigencias alemanas.
"Certificado de ¨²ltimo destino"
Pero, sobre todo, Santa B¨¢rbara no se considera obligada porque el ¨²nico documento v¨¢lido para una reclamaci¨®n por desv¨ªo ilegal de armas ser¨ªa lo que se llama un "certificado de ¨²ltimo destino". Este es una autorizaci¨®n oficial del Gobierno, que firma el director general de Armamento, del Ministerio de Defensa, y no existe en el caso de las piezas de ametralladoras Rheinmetall de 20 mil¨ªmetros.Espa?a achaca las exigencias alemanas a problemas pol¨ªticos internos de la RFA. La venta de armas ser¨ªa un tema que Gobierno y oposici¨®n alemanes utilizan para atacarse, y as¨ª, las autoridades de la RFA decidieron, primero, negar la autorizaci¨®n a Argentina, y, despu¨¦s, exigir a Espa?a el control sobre las armas montadas en Oviedo.
Rheinmetall, por otra parte, tiene, al parecer, varios problemas por supuestas exportaciones ilegales de armas, pero Santa B¨¢rbara mantiene una pol¨ªtica de prudencia y se guarda mucho de sugerir que su socio alem¨¢n tenga que ver en la denuncia de Der Spiegel. Al fin y al cabo, no hay tantas empresas dispuestas a colaborar con su tecnolog¨ªa.
Este es el tal¨®n de Aquiles de nuestra industria b¨¦lica. Las autoridades espa?olas est¨¢n empe?adas en que nuestro pa¨ªs se haga un sitio en el mercado mundial de fabricaci¨®n de armas, entre otras razones porque es un saneado negocio y porque se considera que ning¨²n pa¨ªs que carezca de una bas¨¦ s¨®lida en este sector puede aspirar a tener un peso decisivo en la escena internacional.
Una potencia en ciernes
Espa?a se est¨¢ convirtiendo en una potencia en la fabricaci¨®n de armas de guerra, con la empresa nacional Santa B¨¢rbara como principal protagonista, y a trav¨¦s de la cual el Estado controla el 100% de la fabricaci¨®n de aviones y barcos, y un 70% del resto de las armas de guerra. Esta sociedad tiene actualmente dos f¨¢bricas de armas autom¨¢ticas, otras dos de cartucher¨ªa y espoletas, una m¨¢s de munici¨®n de artiller¨ªa, explosivos y p¨®lvoras, otra de material pesado, que fabrica desde piezas de artiller¨ªa hasta carros de combate, y un centro de ingenier¨ªa, el CETME.El problema para el desarrollo radica en que hasta los a?os sesenta no se hizo nada en este campo, mientras se cubr¨ªan las necesidades con la ayuda norteamericana procedente del acuerdo de 1953. De un comienzo t¨ªmido a base de fabricar con licencias extranjeras, se pas¨¦ a una segunda fase de desarrollo, consistente en la cofabricaci¨®n de productos entre empresas espa?olas y de otros pa¨ªses. Ahora se trata de implantar el "codesarrollo", participando como socios no s¨®lo en la fabricaci¨®n, sino tambi¨¦n en la comercializaci¨®n.
El empuje decisivo se dio con la creaci¨®n del Ministerio de Defensa y, dentro de ¨¦l, la Direcci¨®n General de Armamento, que hoy mantienen la pol¨ªtica de no aceptar ning¨²n contrato si no es en condiciones de plena colaboraci¨®n, es decir, participando en pie de igualdad en la comercializaci¨®n. De ah¨ª que cuando el Gobierno de la RFA exigi¨® el control unilateral de las ametralladoras de 20 mil¨ªmetros que se proyectaba fabricar en Oviedo, Santa B¨¢rbara opt¨® por detener el proyecto, en todo caso a la espera de que Alemania cambie de parecer.
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