La desintegraci¨®n de las organizaciones ¨¢rabes
No hago m¨¢s que preguntarme qu¨¦ es lo que est¨¢ sucediendo en el Tercer Mundo. Todas las instituciones de matiz reivindicativo y de unidad que fueron forjadas durante el ¨²ltimo decenio est¨¢n en v¨ªas de desintegraci¨®n. ?Qu¨¦ ocurre a la OPEP, la OUA, la Organizaci¨®n Interamericana y la Unidad Arabe, entre otras? Parece como si estuvi¨¦semos viviendo en uno de los puntos de inflexi¨®n de la historia, en el que se produce la gran hecatombe de la involuci¨®n o se camina hacia la gran explosi¨®n, que conlleva la desintegraci¨®n de todos los esquemas y coordenadas convencionales del mundo actual, sobre todo de lo¨¢ pa¨ªses en desarrollo, y con ello, el renacimiento de una nueva era. Existen suficientes elementos de presunci¨®n que pronostican lo ¨²ltimo, y de ocurrir, tendr¨ªa que ser sin acudir a las distintas ideolog¨ªas que en el pasado fueron el pilar de muchas reivindicaciones, ya que la mayor¨ªa de las veces han derriostrado su ineficacia, por emanar de un sustrato sociocultural completamente extra?o y ajeno a la mentalidad de estos pueblos. All¨ª est¨¢ el fracaso del progresismo, -y no digo socialismo, porque nunca lo fue- de pa¨ªses como Siria, Yemen, Irak, Egipto, entre otros. Desde la instauraci¨®n de dichas rep¨²blicas, hace m¨¢s de un cuarto de siglo, no se han producido aut¨¦nticos cambios en la estructura de estas sociedades. Persisten el analfabetismo, la incultura, el feudalismo, la dependencia del exterior y, en definitiva, el subdesarrollo. Eso s¨ª, se ha conseguido la instauraci¨®n de unos reg¨ªmenes, generalmente de corte autoritario, con intolerancia a cualquier tipo de cr¨ªtica o manifestaci¨®n de libertad.?Para qu¨¦ ha servido el Frente de la Firmeza de los pa¨ªses ¨¢rabes? ?Qu¨¦ es lo que se ha conseguido y realizado durante estos ¨²ltimos a?os despu¨¦s de la derrota de los ej¨¦rcitos ¨¢rabes en la ¨²ltima contienda con Israel? ?No era suficiente para Siria la gran humillaci¨®n de perder los altos del Gol¨¢n? Este pa¨ªs ten¨ªa 20.000 soldados al comienzo de la guerra en L¨ªbano, y a excepci¨®n de unos altercados, dej¨® sin el menor escr¨²pulo a los combatientes palestinos en una lucha solitaria escalofriante. A este ej¨¦rcito sirio se le bautiz¨® con el nombre de Fuerza de Persuasi¨®n Arabe, y me pregunto: ?persuadir a qui¨¦n, al Ej¨¦rcito israel¨ª o a la poblaci¨®n palestino-libanesa?
Israel, desde su fundaci¨®n como Estado, viene explotando los sentimientos de culpabilidad de Occidente, magnificando el peligro ¨¢rabe y desarrollando en su pueblo sentimientos de aislamiento, acoso, de lucha por la superviviencia y el fomento de un nacionalismo que raya la frontera del nazismo. Sin embargo, a los ¨¢rabes no les han bastado cuatro derrotas para comprender que quienes est¨¢n en verdadero peligro son ellos mismos.
?Qu¨¦ es lo que se deber¨ªa haber realizado en los ¨²ltimos a?os para repeler la agresi¨®n y prevenir un nuevo expansionismo? No todo es tener muchas y buenas armas. ?Qu¨¦ cambios se han hecho o qu¨¦ infraestructura se ha puesto en marcha?
Cuando unos pa¨ªses se constituyen en un Frente de la Firmeza, lo m¨ªnimo que se deber¨¢ esperar es la puesta en marcha de un plan de salvaci¨®n nacional, y no personal, que avale esta firmeza, porque si no, la firmeza se transforma en una especie de pataleo. Cuando oigo a uno de estos dirigentes de la firmeza decir esta frase: "Los palestinos deber¨ªan suicidarse, en lugar de abandonar Beirut, no me queda otro comentario que el fr¨ªo silencio. Lo incre¨ªble del asunto es que este se?or, gran valedor de la unidad ¨¢rabe, declara -un mes y medio despu¨¦s del comienzo de la cruel guerra de Libano- estar dispuesto a enviar algunos batallones al frente de L¨ªbano, eso s¨ª, a condici¨®n de que se re¨²nan los dem¨¢s pa¨ªses ¨¢rabes para adoptar una postura en com¨²n. Estas palabras demuestran hasta d¨®nde llegan la demagogia, el oportunismo y la hipocres¨ªa. ?Necesit¨® este se?or alg¨²n acuerdo o autorizaci¨®n para invadir el Chad, enviar armas a Argentina, intentar derrocar al r¨¦gimen de Tunicia, provocar disturbios en Egipto o intervenir, aunque en la sombra, en muchos otros lugares? Aunque no comparto ni acepto los planteamientos pol¨ªticos de Sadat, reconozco que fue el ¨²nico dirigente ¨¢rabe con coraje suficiente para admitir su impotencia y fracaso en su lucha contra Pasa a la p¨¢gina 10
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