Esperanza Roy, galardonada con un premio no oficial en la Mostra de Venecia
El jurado de los premios Bienal de Venecia a las bellas artes, instituidos por la editorial Lombardia-Arte, de Mil¨¢n, y formado dentro de la campa?a Salvar Venecia, ha decidido no aguardar a la clausura del festival para conceder ya sus premios a poetas, pintores, escritores y otros artistas. La actriz espa?ola Esperanza Roy, por su trabajo en la pel¨ªcula de Javier Aguirre Vida/ Perra, presentada a la Mostra cinematogr¨¢fica de esta ciudad italiana, ha recibido el galard¨®n destinado a premiar la interpretaci¨®n femenina. Es la primera vez que este premio se concede a una actriz, como demostraci¨®n de la buena acogida que ha tenido su trabajo.
Presentada Vida/ Perra fuera de concurso, no hay ya m¨¢s expectativas de premio, salvo el de los comentarios period¨ªsticos, que, en general, han valorado positivamente la experiencia de Javier Aguirre y, en general tambi¨¦n, han olvidado, como peligrosamente ocurre ya en Espa?a, el nombre del autor original del texto que recita Esperanza Roy ante las c¨¢maras. Angel V¨¢zquez, novelista ya desaparecido, corre el riesgo de ser marginado de un ¨¦xito del que forma parte sustancial. La implacable radiograf¨ªa de una soledad descrita en La vida perra de Juanita Narboni es el punto de referencia obligado para valorar con justicia la posterior interpretaci¨®n que de esa obra maestra han hecho, discutiblemente, Javier Aguirre y Esperanza Roy.Satisfacci¨®n de la actriz
"Este premio me hace una gran ilusi¨®n", dijo anoche la actriz espa?ola, "porque se produce por sorpresa y fuera del contexto de lo que ser¨ªan los premios oficiales. Me satisface especialmente porque se concede en el cincuentenario de esta Mostra que siempre ha entendido el cine como una de las bellas artes. Adem¨¢s, que te den un premio fuera de Espa?a, cuando uno siempre piensa que esto no es posible, llena de orgullo. La estatua, adem¨¢s, tiene mucha gracia, porque es de cristal de Murano, representa a una pareja desnuda abraz¨¢ndose y se asemeja simb¨®licamente a la estatuilla de los ¨®scars".
Con respecto a la Mostra en concreto, hay que decir que s¨®lo la pel¨ªcula alemana El estado de las cosas, de Wimi Wenders, parece haber unido a los m¨¢s exigentes, que solicitan ya para la pel¨ªcula el Le¨®n de Oro, que debe otorgar el jurado el pr¨®ximo mi¨¦rcoles. Tras el fracaso obtenido por Weriders en el ¨²ltimo Festival de Cannes, con Hammet, este ¨¦xito en Venecia puede congraciarle de nuevo con los productores norteamericanos, que se niegan ya a organizarle su pr¨®xima pel¨ªcula.
Precisamente por ello narra el director de El amigo americano en esta obra las vicisitudes de un equipo de filmaci¨®n que, olvidado por el productor en un derruido hotel portugu¨¦s, se encuentra incapacitado para continuar su trabajo. El estado de las cosas se transforma por ello en una suerte de reflexi¨®n o de denuncia sobre los problemas que tanto Wenders como otros cineastas tienen con frecuencia para ultimar sus obras.
Rodada modestamente en blanco y negro, la sencillez estil¨ªstica que Wenders ha encontrado en esta ocasi¨®n ha sido el elemento m¨¢s destacado por los cr¨ªticos italianos, que, no obstante, encuentran siempre con facilidad interpretaciones m¨²ltiples y hasta rebuscadas en sus juicios escritos.
Es evidente esa tentaci¨®n elucubradora en las conferencias de Prensa, donde tardan m¨¢s en plantear sus preguntas que en o¨ªr las respuestas. Se diferencian claramente de sus colegas anglosajones, m¨¢s preocupados por los aspectos t¨¦cnicos de las pel¨ªculas, y de los franceses, habitualmente disgustados porno encontrar subt¨ªtulos en su lengua.
Excusas de Lizzani
El disgusto, sin embargo, es com¨²n a todos. La desorganizaci¨®n del festival adquiere, con prudencia, caracter¨ªsticas tr¨¢gicas. No s¨®lo porque hay filmes, como el de Louis Malle, presentados sin subt¨ªtulos u otros en competici¨®n con sus actores principales doblados, sino porque resulta dif¨ªcil poder verlos, ante la aglomeraci¨®n de un p¨²blico al que no se autoriza a entrar aunque disponga de pases oficiales. Obliga ello a vivir cotidianamente una aventura agotadora que no compensa la posible calidad de las pel¨ªculas ni la promesa de un final brillante en la plaza de San Marcos con un largometraje sobre los Rolling Stones.
Habla mucho de ello el director de la Mostra, Carlo Lizzani, un poco para tranquilizar a los amantes de vistosos jolgorios y otro poco para curarse en salud, puesto que las autoridades de la ciudad no parecen dispuestas a permitir esa convocatoria.
Lizzani, por otra parte, explica a quien se lo pregunta que los organizadores del festival no son los autores de las pel¨ªculas, y que si el conjunto de ¨¦stas no est¨¢ a la altura de la calidad prometida, hay que entenderlo como un s¨ªntoma de la situaci¨®n actual de cine en el mundo.
Es muy plausible ese punto de vista, La realidad es que este cincuenta aniversario del festival se ha preparado con precipitaci¨®n, permitiendo que Berl¨ªn, Cannes o Montreal se llevaran parte de la buena producci¨®n del a?o. Demasiados festivales y muy pocos objetivos concretos. No hay que reprocharle, sin embargo, a Lizzani la selecci¨®n de algunos t¨ªtulos, aunque ¨¦stos hayan decepcionado, ya que sus autores son siempre una garant¨ªa, posteriormente frustrada o no. Pero s¨ª se le puede reprochar la escasez de firmas o el escaso inter¨¦s de los t¨ªtulos de autores desconocidos.
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