EE UU presiona a varios pa¨ªses para retrasar la renegociaci¨®n de la deuda exterior de Cuba
La Administraci¨®n Reagan se encuentra realizando unas muy sutiles presiones sobre los principales pa¨ªses y bancos acreedores de Cuba para retrasar en lo posible la renegociaci¨®n de su deuda exterior, solicitada hace unas tres semanas por las autoridades de La Habana. Una delegaci¨®n del Banco Central cubano ha iniciado esta semana en Madrid una gira por las principales capitales europeas, para completar dichas negociaciones, que esperan finalicen con ¨¦xito antes que las que a su vez, se encuentra realizando M¨¦xico.
Aunque Estados Unidos no tiene directamente ning¨²n compromiso financiero con el Gobierno de Fidel Castro, la renegociaci¨®n de la deuda exterior cubana est¨¢ siendo seguida con especial atenci¨®n en Washington, en virtud de las obvias implicaciones pol¨ªticas que la soluci¨®n del problema puede tener. La posici¨®n norteamericana, filtrada con todo lujo de detalles aqu¨ª, parte de la eventual resistencia que los principales acreedores del pa¨ªs socialista caribe?o pueden presentar ante las peticiones cubanas.La deuda exterior del r¨¦gimen de Fidel Castro con el resto del mundo, seg¨²n fuentes norteamericanas, se eleva a unos 11.000 millones de d¨®lares, de los que casi las tres cuartas partes corresponden a cr¨¦ditos contra¨ªdos con la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Ra¨²l Le¨®n Torras, presidente del Banco Central cubano, se entrevist¨® la semana pasada en Mosc¨² para, precisamente, cerrar su acuerdo con la Uni¨®n Sovi¨¦tica antes de emprender lo que, a todas luces, ser¨¢ una negociaci¨®n mucho m¨¢s dif¨ªcil con sus acreedores occidentales.
Con estos pa¨ªses, Cuba suma unos d¨¦bitos del orden de los 3.000 millones de d¨®lares, de los que unos 450 millones, aproximadamente, corresponden a Espa?a, su principal acreedor en Occidente. El hecho de que Le¨®n Torras comience sus negociaciones en Madrid, despu¨¦s de una fugaz visita a Londres, da una idea del apoyo y especial consideraci¨®n que, seg¨²n fuentes bancarias solventes, Cuba espera obtener en Madrid.
El gobernador del Banco Central cubano se puso en contacto telef¨®nico, durante las reuniones del Fondo Monetario Internacional (FMI), la semana pasada, en Toronto, con su colega espa?ol, el gobernador Jos¨¦ Ram¨®n Alvarez Rendueles. Al parecer, el funcionario cubano ten¨ªa pensado realizar una corta visita a Toronto, pero el viaje fue cancelado a ¨²ltima hora al no tener ninguna garant¨ªa de que fuera a ser recibido en la ciudad canadiense por los responsables monetarios de los pa¨ªses acreedores. Cuba no pertenece al FMI ni a su organizaci¨®n asociada, el Banco Mundial.
El ministro de Comercio exterior cubano, Ricardo Cabrisas Ruiza, se entrevist¨®, por su lado, la semana pasada, con su colega japon¨¦s, Sintaro Abe, en Tokio. Cabrisas solicit¨® formalmente de las autoridades niponas un retraso en el pago de sus cr¨¦ditos, aunque la respuesta inicial del Gobierno japon¨¦s fue que era mejor esperar a una pr¨®xima visita que, a primeros de octubre, tiene previsto realizar el mismo ministro cubano.
Solicitud de trato preferencial
El mensaje inicial que, seg¨²n los norteamericanos, Cuba est¨¢ llevando ante sus acreedores es que la situaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs caribe?o no es mala y que, al estar este pa¨ªs fuera de los organismos institucionales de ayuda al Tercer Mundo, necesitan un "trato preferencial" en el an¨¢lisis y soluciones que se estudien para su caso. Los cubanos han hecho saber tambi¨¦n que su problema no es urgente, aunque han admitido que se han visto forzados a plantearlo de forma inmediata ante la situaci¨®n que otros pa¨ªses del continente, como M¨¦xico y Argentina, atraviesan.Por esta raz¨®n, el gobernador del Banco Central cubano ha declarado a sus acreedores que le gustar¨ªa concluir las negociaciones en un plazo m¨¢ximo de noventa d¨ªas. Le¨®n Torras ha puesto especial ¨¦nfasis en decir que los deseos del Gobierno de Fidel Castro es llegar a acuerdos "bilaterales" con cada pa¨ªs acreedor.
Este deseo, sin embargo, est¨¢ tropezando con la fuerte oposici¨®n de los pa¨ªses involucrados. En Londres, por ejemplo, el gobernador del Banco Central cubano ha recibido una respuesta meridiana en clara oposici¨®n a este deseo. La misma respuesta puede recibir en Madrid si se cumplen las intenciones expresadas por el vicepresidente del Gobierno y ministro de Econom¨ªa, Juan Antonio Garc¨ªa D¨ªez, quien manifest¨® en Toronto la conveniencia de conversaciones "multilaterales".
El problema de la deuda cubana se centra en la imposibilidad de los pa¨ªses acreedores de ejercer cualquier tipo de presi¨®n o supervisi¨®n de la econom¨ªa cubana y, por tanto, de hacer una estimaci¨®n objetiva de las posibilidades cubanas de cumplir a tiempo cualquier programa que se negocie de reestructuraci¨®n de su deuda.
Cuba, contrariamente a M¨¦xico o a Ruman¨ªa, no pertenece al FMI, y adem¨¢s, las informaciones que se disponen sobre su situaci¨®n econ¨®mica est¨¢n poco documentadas. A esto hay que a?adir la resistencia de sus funcionarios a facilitar estad¨ªsticas sobre su econom¨ªa.
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