Incapacidad para remontar las p¨¦rdidas

A lo largo de la pasada semana, las bolsas espa?olas han dado todo un recital de impotencia para quebrar la racha negativa que vienen sufriendo desde las ¨²ltimas reuniones del pasado mes de agosto. El abundante n¨²mero de ¨®rdenes vendedoras con que fue recibido el anuncio de disoluci¨®n de las Cortes y la convocatoria de nuevas elecciones, se ha ido diluyendo poco a poco, gracias en unos casos a la propia asimilaci¨®n que hac¨ªa el mercado de este papel y, en otros, a su retirada por los propios ordenantes. Sin embargo, el dinero ha sido el gran ausente, y los t¨ªmidos intentos de reanimaci¨®n que intentaron algunos grupos aislados fueron recibidos con el m¨¢s ol¨ªmpico de los desprecios por los especialistas.Por si esto fuera poco, sociedades pr¨®ximas a las cajas de ahorro reduplicaron sus ventas de acciones el¨¦ctricas el pasado viernes, probablemente la reuni¨®n en que el mercado presentaba unas condiciones m¨¢s propicias para ofrecer un balance final discretamente positivo. No obstante, hay que destacar que la masiva oferta que realizaron estas entidades fue respondida por algunas entidades tomando t¨ªtulos tan pronto como las cotizaciones ced¨ªan porcentajes pr¨®ximos al 5%, tanto por ciento de diferencia m¨¢xima entre dos cambios que autoriza el reglamento de la Bolsa de Madrid.

A pesar de que pueda resultar una excesiva insistencia, hay que recordar que ante la convocatoria de unas elecciones en las que no parece garantizada la victoria para las formaciones conservadoras, en cualquier pa¨ªs del mundo las bolsas bajan. Pero no es menos cierto que tras la tempestad siempre suele venir la calma, y que en el mes de noviembre numerosos valores, y entre ellos las el¨¦ctricas, se encontrar¨¢n a precios de saldo y con un dividendo en puertas. Porque hasta ahora nadie ha puesto en tela de juicio que todas las empresas del sector el¨¦ctrico vayan a dejar de pagar sus dividendos a cuenta de los resultados del presente ejercicio.

Por ello no es de extra?ar, que m¨¢s de un especialista comience a tomar discretamente posiciones en estos valores y que no muestre el menor inter¨¦s por alardear de ello, e incluso que no muestre preocupaci¨®n por la posibilidad de que las cotizaciones contin¨²en bajando. La apuesta en principio no parece demasiado arriesgada y puede tener un efecto beneficioso para las bolsas. Ahora bien, no se puede descartar la posibilidad de que los mercados de acciones, de aqu¨ª al 28 de octubre, sean v¨ªctimas de alguna otra curiosa jornada de histeria.