Matanza de civiles palestinos en los campos de refugiados de Beirut

Viene de la primera p¨¢gina

El p¨¢nico cundi¨® en los campamentos, que tras los bombardeos de principios de agosto hab¨ªan empezado paulatinamente a repoblarse. Toda la poblaci¨®n huy¨® ayer de madrugada, mientras algunas mujeres palestinas, llorando, suplicaban en vano a los oficiales israel¨ªes o libaneses que penetrasen en los campamentos para impedir el regreso de los milicianos que hab¨ªan asesinado a centenares de refugiados. Algunas les besaban las manos. Pero de nada sirvi¨® su postraci¨®n, porque el Ej¨¦rcito israel¨ª que los cercaba se abstuvo de penetrar en ellos, aunque un portavoz israel¨ª se?al¨® ayer por la tarde que sus tropas "imped¨ªan el acceso de cualquier fuerza armada a los campamentos".

A media ma?ana, milicianos no identificados dinamitaban, al ritmo de una cada cinco minutos, las pocas casas a¨²n en pie en los campamentos o las que empezaban a ser reconstruidas. Lo poco que quedaba de los campos de refugiados ha sido ayer completamente arrasado.

Los oficiales israel¨ªes con los que se estableci¨® contacto en las inmediaciones del campamento de Chatila achacaban la responsabilidad de la matanza a las fuerzas fibanesas (Milicias Cristianas Unificadas) y, m¨¢s concretamente, a su rama falangista Kataeb, que dirigi¨® el asesinado presidente electo Bechir Gemayel.

Pero tanto las poqu¨ªsimas mujeres palestinas que deambulaban por las ruinas de Chatila como un equipo de la televisi¨®n norteamericana que acompa?¨® al Ej¨¦rcito israel¨ª en su progresi¨®n por el sur de Beirut opinaron que se trataba de hombres de Saad Haddad, colaborador incondicional del Tsahal (fuerzas armadas de Israel).

Gentes de Haddad

La inexistencia de milicianos franc¨®fonos entre los que agredieron a la poblaci¨®n palestina, constatada por los corresponsales de Prensa, hace tambi¨¦n sospechar que la matanza fue perpetrada por gentes adictas a Haddad, comandante cristiano, pero que recluta sus milicianos entre la poblaci¨®n chiita del sur de L¨ªbano, que controla desde 1978. Fuentes falangistas desmitieron en todo caso a este enviado especial cualquier relaci¨®n con el asesinato colectivo. Curiosamente, una hora antes de que fuese descubierta la matanza por la Prensa, L¨ªbano qued¨® aislado del mundo al cortarse las comunicaciones de t¨¦lex y tel¨¦fono. S¨®lo era posible transmitir cr¨®nicas al extranjero a trav¨¦s de las tres l¨ªneas de la oficina de Prensa del Ej¨¦rcito israel¨ª, conectada con la telef¨®nica de Tel Aviv pero que no ejerc¨ªa ning¨²n tipo de censura aparente.

A nuestro regreso a la ciudad, una palestina par¨® el autom¨®vil de los periodistas suplicando: "?S¨¢quenme de aqu¨ª! ?Ll¨¦venme a cualquier sitio donde no nos maten!". Se llama Karima Yassir, tiene 29 a?os de edad y ha perdido a sus cuatro hijos de 13, 12, 9 y 4 a?os de edad y a su marido, de 37. A algunos periodistas se les saltan las l¨¢grimas.

Numerosos observadores sospechan que el Ej¨¦rcito israel¨ª ha dejado deliberadamente v¨ªa libre a la matanza y ha acusado posteriormente a la falange para enrarecer las relaciones entre las comunidades libanesas cristiana y musulmana, que empezaban a reconciliarse tras la elecci¨®n, el 23 de agosto, del asesinado Bechir Gemayel como presidente de la Rep¨²blica.

Varios barrios de Beirut han sido cercados por los soldados israel¨ªes, que posteriormente ha obligado a sus habitantes a bajar a la calle para poder registrar cuidadosamente los edificios.

El toque de queda establecido oficialmente por el Ej¨¦rcito israel¨ª en toda la capital libanesa no era respetado de hecho en algunas zonas de la ciudad.

El presidente de la OLP, Yasir Arafat, ha enviado desde Damasco un mensaje al rey Fahd de Arabia Saud¨ª en el que le pide que intervenga ante lo pa¨ªses componentes de la fuerza multinacional de interposici¨®n (Estados Unidos, Francia e Italia), para que exijan "la retirada inmediata de las fuerzas israel¨ªes de Beirut y defiendan a los habitantes de la ciudad de cara a la barbarie del enemigo sionista".