Deja de publicarse la revista 'El Viejo Topo' tras seis a?os de salir cada mes a la calle
La revista mensual El Viejo Topo ha dejado de publicarse a causa de los problemas econ¨®micos que atraviesa Ediciones 2001, empresa editora de la misma. Esta present¨® un expediente de suspensi¨®n de pagos el pasado mes de julio ante el juzgado n¨²mero 9 de Barcelona. En aquellos momentos, fuentes vinculadas a la publicaci¨®n informaron a este diario que era previsible que El Viejo Topo siguiera public¨¢ndose durante el verano, si bien sufrir¨ªa unas transformaciones en el formato y contenido. Sin embargo, el dinero necesario para su continuidad, unos cinco millones de pesetas, no se ha logrado, y el n¨²mero setenta ya no estar¨¢ en los quioscos.El Viejo Topo naci¨® en octubre de 1976, al calor de una apertura en la libertad de expresi¨®n que vaticinaba nuevos tiempos. El editorial, uno de los pocos que se publicaron en la revista, recordaba el origen marxista de la expresi¨®n que daba nombre a la publicaci¨®n, y a?ad¨ªa: "Un topo viejo, met¨¢fora de subversi¨®n y experiencia. Paulatina excavaci¨®n de galer¨ªas subterr¨¢neas, lenta y minuciosa destrucci¨®n de los cimientos de una sociedad absurda". El texto, aunque breve, era toda una declaraci¨®n de intenciones: alcanzar la s¨ªntesis entre producci¨®n y deseo, conseguir la polis m¨¢s all¨¢ de los confines de utop¨ªa y ucron¨ªa y dinamitar la tristeza de lo caduco.
El origen marxista del t¨ªtulo parec¨ªa ya una definici¨®n suficiente; sin embargo, no era el caso. Aqu¨¦llos eran tiempos en los que resultaba extremadamente dif¨ªil sentar a una misma mesa a mao¨ªstas y trosquistas, socialistas y comunistas. Quiz¨¢ uno de los grandes ¨¦xitos de la publicaci¨®n, que lleg¨® a tener 40.000 ejemplares de tirada, fue conseguir que en sus p¨¢ginas convivieran las distintas corrientes del marxismo e incluso las corrientes del pensamiento progresista no marxista. La segunda novedad de la revista era presentarse como una publicaci¨®n te¨®rica, pero absolutamente alejada de los formatos tradicionales de este tipo de publicaciones, casi ¨ªntegramente refugiadas en el formato de libro.
Unas portadas excepcionales, debidas, en la primera etapa, al dise?ador Julio Dibas, y el uso de la ilustraci¨®n y el color resultaron ser excelentes compa?eros de los te¨®ricos que colaboraron en la revista, entre los que cabe citar a Jean Paul Sartre, Andr¨¦ Gunder Frank, Michel Foucault, Mar¨ªa Antonia Maccioci, entre los extranjeros, y Francisco Fern¨¢ndez Buy, Fernando Savater, Eugenio Tr¨ªas, Juan Goytisolo, Rodolfo Paramio y Fernando Claud¨ªn, entre los espa?oles.
La vida del Viejo Topo se vio afectada por varios acontecimientos que influyeron en su orientaci¨®n. El primero de ellos se produjo en el s¨¦ptimo n¨²mero de la publicaci¨®n. Muri¨® entonces Claudi Monta?¨¢, que aportaba buena parte de la corriente ideol¨®gica ¨¢crata a la publicaci¨®n. La segunda fue la salida al exterior de la revista, organizando las "Jornadas del Viejo Topo", que tuvieron lugar en octubre de 1978 en el Pueblo Espa?ol de Barcelona, y a las que asistieron, entre otros, Carlos Sempr¨²n, Lucio Coleti, Mario Onaind¨ªa y Alfonso Guerra. A partir de ellas se separar¨ªa de la publicaci¨®n Josep Sarret, miembro del consejo de redacci¨®n desde el primer n¨²mero y verdadero dep¨®sito del esp¨ªritu inicial de la revista.
Un ex colaborador de la misma comentaba ayer a este diario el sarcasmo con que Radiotelevisi¨®n Espa?ola ha tratado a la publicaci¨®n. Mientras el m¨¢s absoluto de los silencios fue el eco que despert¨® su existencia durante los casi seis a?os de vida, ha bastado el anuncio de su muerte para que en la peque?a pantalla se le dedicara un amplio espacio. "El Topo, que quiso vencer a una sociedad absurda, ha sido enterrado en el m¨¢s absurdo de los ata¨²des", a?adi¨® refiri¨¦ndose a este hecho. Por su parte, Josep Subir¨®s, actual director de El Viejo Topo, manifest¨® su pesimismo ante una posible revitalizaci¨®n de la revista en un futuro m¨¢s o menos pr¨®ximo.
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