La 'nueva cocina' neoyorquina de v¨ªdeo se presenta en el certamen cinematogr¨¢fico donostiarra
ENVIADO ESPECIALEl centro neoyorquino The Kitchen (La Cocina) present¨®, el pasado viernes por la noche, en el Primer Festival de V¨ªdeo de San Sebasti¨¢n, una amplia muestra de sus producciones que dieron a conocer otra de las l¨ªneas creativas en que trabajan los artistas norteamericanos. Junto a las obras de v¨ªdeo abstracto, presentadas en las primeras sesiones bajo el t¨ªtulo V¨ªdeo Arte USA, las producciones de The Kitchen -que tambi¨¦n financia experimentos de abstracci¨®n visual- son una muestra de la posible integraci¨®n entre el v¨ªdeo independiente y los programas convencionales de televisi¨®n, medio al que aqu¨¦l aporta considerables innovaciones de lenguaje y de formatos.
Si bien los autores de The Kitchen no renuncian a experimentos formales y tampoco, en algunos casos, a concesiones vanguardistas, el conjunto de las obras supera los planteamientos de aquellos experimentos que, de momento, son un juego con las m¨¢quinas que fabrican im¨¢genes electr¨®nicas, una b¨²squeda de efectos e impactos visuales -algunos realmente bellos-, pero que no dejan de ser una reproducci¨®n y repetici¨®n de los caminos ya andados por el cine underground, cine pop y otras tendencias de las cinematograf¨ªas marginales, que trillaron hasta la saciedad todo tipo de ensayos y provocaciones, necesarias por dem¨¢s en una sociedad de espectadores acomodada, por un lado, a los platos repetitivos de las emisiones de televisi¨®n, y, por el otro, al cine de cinco tenedores.
Los v¨ªdeos que present¨® The Kitchen -otros de sus autores, como ya se dijo, no cultivan el v¨ªdeo figurativo- ahondan y renuevan los g¨¦neros tradicionales de la televisi¨®n, entre otras razones porque tanto los videom¨²sica como las obras documentales y argumentales est¨¢n realizados para ser exhibidas en la propia galer¨ªa, en los clubes de rock, en las pantallas de aeropuertos y otros lugares p¨²blicos: en galer¨ªas y por los circuitos de televisi¨®n y de cable.
Aperitivo
Tom Bowes, director de la programaci¨®n de v¨ªdeo de The Kitchen, present¨® en primer lugar, como aperitivo, una serie de programas cortos con sonido estereof¨¢nico (de dos a diez minutos de duraci¨®n) titulados videomusic en los que los realizadores trabajan en com¨²n con m¨²sicos y compositores para sintetizar imagen y m¨²sica en una sola creaci¨®n. En algunos casos predomina la ilustraci¨®n visual al servicio de la m¨²sica, como es el caso de Too Many Creeps, de Ed Steinberg, con m¨²sica de Bush Tetras; de Atlantic (Gregory Miller, con m¨²sica de George Lewis), aunque el producto final tiene una calidad muy superior a los llamados clips -videos musicales de las casas discogr¨¢ficas-, conocidos de la audiencia espa?ola, ya que estas producciones comerciales tienen un ¨®ptimo canal de difusi¨®n en el espacio Aplauso, de RTVE.
Programas en cambio, como el Superman, con m¨²sica y realizaci¨®n de Laurie Anderson; Frankie Teardrop (de Paul Dougherty, con m¨²sica de Suicide), y The Backyard (con m¨²sica de Roberto Ashley y realizaci¨®n suya en colaboraci¨®n con John Sanborn) son obras que nada tienen que ver con los clips comerciales, creaciones de gran belleza donde ni siquiera, en algunos casos, aparecen en imagen int¨¦rpretes y en las que los autores proponen una contemplaci¨®n ¨®ptico-visual ¨²nica y comparable al mejor de los placeres est¨¦ticos.
La productora y distribuidora neoyorquina ofreci¨® tambi¨¦n un modelo de lo que puede ser un programa de divulgaci¨®n cultural en televisi¨®n: The looking Glass, del antrop¨®logo chileno Juan Downey (veintiocho minutos, 1982). Este joven, que, con su mujer y su hijo, convivi¨® durante un a?o con una tribu amaz¨®nica, experiencia que tambi¨¦n pas¨® al v¨ªdeo, ha realizado una obra maestra en su g¨¦nero: un recorrido, eminentemente divulgativo, sobre lo que significa el espejo y el cristal, separadores de lo interior y lo exterior en la historia, en la arquitectura, en el arte. Downey utiliza con sobriedad los
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efectos especiales para subrayar y enriquecer visualmente la informaci¨®n textual que ofrecen al espectador, disecciona a veces un cuadro, como Las Meninas, de Vel¨¢zquez, con la ¨²nica intenci¨®n de demostrar la interpretaci¨®n cl¨¢sica de que cada personaje de Vel¨¢zquez nos est¨¢ diciendo: "Yo veo que t¨² me ves a m¨ª, mirarte a ti mir¨¢ndome a m¨ª".
Poder de los espejos
El autor chileno resuelve tambi¨¦n con sobriedad el escollo que supone el m¨¢s poderoso de los cristales y de los espejos: el del televisor, instrumento sumo de narcisismo para los intermediarios del medio: locutores, presentadores, periodistas y otros inquilinos de la peque?a pantalla. Las sobrias contemplaciones en el espejo de Juan Downey demuestran lo que los bustos de la televisi¨®n, todos ellos, en definitiva, unos tele?ecos, son perfectamente abolibles en ciertos g¨¦neros de programas. El programa fue producido con ayuda de la Fundaci¨®n Rockefeller.
The Kitchen present¨® tambi¨¦n otros dos importantes programas: How to fly, de Ed Bowes (veintiocho minutos, 1980), un programa que es una incitaci¨®n a abolir la pasividad en el consumo de programas de televisi¨®n al proponer situaciones cotidianas y absurdas con m¨²ltiples v¨ªas de interpretaci¨®n. Importante tambi¨¦n el documental de Suzanne Tedesko: Seasons of the basque (treinta minutos, 1978), realizado en cine y v¨ªdeo en Estados Unidos; es un extraordinario trabajo de investigaci¨®n y documentaci¨®n sobre las comunidades vascas que viven en EE UU.
The Kitchen Center For Video And Music est¨¢ considerado como el m¨¢s importante centro neoyorquino en la producci¨®n y exhibici¨®n de artes visuales. Es, al mismo tiempo, galer¨ªa y el teatro sala de conciertos videoteca, espacio para la danza, productora y distribuidora de v¨ªdeo. Tiene un audiencia anual de 70.000 personas que contemplan los trabajos de dos centenares de artistas.
Fundado hace diez a?os, tiene un presupuesto anual de aproximadamente sesenta millones de pesetas, seg¨²n los datos facilitados por Tom Bowes. Promueve especialmente primeras obras y creaciones experimentales de autores de todo el mundo (unas treinta obras anuales) y sus fines no son lucrativos.
El centro est¨¢ abierto todos los d¨ªas entre la una del mediod¨ªa y seis de la tarde, y la entrada del p¨²blico es gratuita. Centro multimedida que no tiene precedentes en nuestro pa¨ªs.
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