Luisillo se enfrenta con ¨¦xito a 'Don Q¨²jjote'
El p¨²blico del teatro de la Zarzuela, de Madrid acogi¨® muy calurosamente en la noche del jueves el estreno del Don Quijote, que supone la vuelta al primer plano de la danza del veterano core¨®grafo Luis P¨¦rez-D¨¢vila, Luisillo —que tan resonantes ¨¦xitos obtuvo dentro y fuera de Espa?a en los a?os cincuenta y sesenta—y que, desgraciadamente, ha resultado ser el testamento del maestro Moreno Torroba, muerto poco despu¨¦s del estreno de la obra en Palma de Mallorca, el pasado verano.
El Ballet Nacional Espa?ol, que dirige Antonio desde hace dos a?os, necesitaba una obra como esta para afirmarse como la gran compa?¨ªa de danza espa?ola de hoy y salirse de una vez por todas de los esquemas encorsetadores de las glorias pasadas. Tras los controvertidos intentos de la temporada pasada de trabajar con un core¨®grafo revolucionario como Rafael Aguilar, Antonio encarg¨® a Luisillo —posiblemente el core¨®grafo de estilo espa?ol con m¨¢s experiencia y m¨¢s recursos t¨¦cnicos y expresivos probados— la dif¨ªcil tarea de enfrentarse coreogr¨¢ficamente con el texto cervantino.
Sonatas y Don Quijote
Sonatas
Nueva coreografia de Antonio sobre, m¨²sica del P. Soler. Decorado: Carlos Viudes; figurines: Jos¨¦ Caballero.
Don Quijote, coreograf¨ªa de Luis P¨¦re D¨¢vila, Luisillo, sobre m¨²sica de F
Moreno Torraba. Decorados: Rafael Carrasco; figurines Roberto Carpio.
Orquesta Sinf¨®nica de Madrid, dirigida por Benito Lauret
Coro titular del Teatro de la Zarzuela, dirigido por Jos¨¦ Pereda. Direcci¨®n: Antonio.
Teatro de la Zarzuela
7 octubre.
Un 'ballet' ambicioso
El ballet de Luisillo es ambicioso: aunque no huye del divertimento que constituye el centro de las, versiones m¨¢s difundida y salpica la obra de bailes —seguidillas-y jotas manchegas, jota catalana, etc¨¦tera— muy bien montados; su intenci¨®n principal es el desarrollo dram¨¢tico del personaje, a -trav¨¦s de seis episodios escogidos con mucho tino (Los molinos de viento, La paliza de los galeotes, El cura y el barbero, Dulcinea, Altisidora y las damas y, finalmente, -el caballero de Blanca Luna)que consiguen - sostener siempre el inter¨¦s visual.
Las mayores virtudes de ese Don Quijote radican en la gran capacidad de Luisillo para la caracterizaci¨®n a trav¨¦s -del movimiento de los distintos tipos, no tanto individuales como colectivos: la danza de los galeotes y la de las damas de alcurnia son dos ejemplos de coreograf¨ªa precisa, ajustada a su finalidad y de todo punto infrecuente en el repertorio de estilo espa?ol. Por otra parte, la brillantez de los bailes de inspiraci¨®n popular o de escuela antigua llega siempre en momentos teatralmente oportunos, como en el episodio del enjaulamiento y los papeles para bailarinas acad¨¦micas —la Dulcinea, Ana Gonz¨¢lez, y la Altisidora, Aida G¨®mez—est¨¢n montados con tanta inteligencia que las dos bailarinas se crecen espectacularmente en relaci¨®n con los borrosos ejercicios a que fueron sometidas en las Sonatas del padre Soler de la primera parte.
Quedan como puntos m¨¢s d¨¦biles de esta versi¨®n la falta de fuerza de la expresi¨®n corporal en las pantomimas que tanto Paco Morell (don Quijote) como Juan Mata (Sancho) no acaban de dominar, el excesivo agobio esc¨¦nico que produce en algunos momentos la presencia de los coros en escena y una cierta ca¨ªda del ritmo hacia el final de la obra.
En cuanto a Sonatas, que Antonio hab¨ªa montado ya hace un cuarto de siglo, han permitido comprobar cu¨¢nto da?o hace al ballet espa?ol la obsesi¨®n por la t¨¦cnica acad¨¦mica -precisamente por esa debilidad en la pantomima que domina las -¨²ltimas escenas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.