Las tablas deslizadoras est¨¢n socializando la vela
Vientos a veces huracanados y mares acordes con la violencia del vendaval complicaron la disputa del Campeonato Mundial de tablas deslizadoras a vela organizado la semana pasada en la Costa Esmeralda, desde hace un mes n¨²cleo des¨¦rtico del turismo internacional. Los participantes permanecieron largos d¨ªas cuidando la puesta a punto de sus fr¨¢giles embarcaciones en el hangar del Club N¨¢utico de Laredo, bajo la lluvia, con un ojo puesto en el bar¨®metro y otro en el encrespado Cant¨¢brico. M¨¢s de doscientos, de todos los continentes, llegaron a Laredo para competir en tres categor¨ªas distintas (pesados, ligeros y f¨¦minas) que, como en el boxeo, tienen mucho que ver con la b¨¢scula y la morfolog¨ªa. Las tablas est¨¢n socializando claramente la vela.
Sobre el Cant¨¢brico, en el campo de regatas, se definieron dos t¨¦cnicas. La sobriedad de los europeos, con los franceses mandando en la clasificaci¨®n, y la espectacularidad, no tan funcional, de los americanos, tal vez atra¨ªdos por la regla del m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa. Profesionales y amateurs estuvieron en la l¨ªnea de salida.Excepto unos pocos, casi todos los tablistas reciben alg¨²n tipo de ayuda; un 40% pueden encuadrarse en la definici¨®n de aficionados marrones y de 20 a 25 son profesionales del windsurf Robby Naish, de 20 a?os, casado, dos veces campe¨®n del mundo, flamante vencedor de la Panam Cup, hawaiano, el ¨ªdolo mundial, no ha te nido reparo en asegurar que gana con este deporte de ocho a diez millones de pesetas anuales, cifra que le parece reducida "porque esta especialidad no se paga; despu¨¦s de los Juegos de Los Angeles se revalorizar¨¢ enormemente".
Conocidos tales datos no extra?ar¨¢ que m¨¢s de un regatista amenazase con abandonar cuando el comit¨¦ organizador del campeo nato, en el que la inclusi¨®n de cuatro espa?oles ya suscit¨® problemas, exigi¨® que se cumpliera a rajatabla la normativa de la IYRU (Uni¨®n Internacional de Yates de Regatas). Los art¨ªculos 25-I (a) y 26-I (a) del reglamento internacional del m¨¢ximo organismo de la navegaci¨®n deportiva es tajante y no permite publicidad en las velas de las planchas que exceda de un cuadrado de quince por quince cent¨ªmetros. Otras reglas de la asociaci¨®n IBSA (que abarca a la modalidad del windsurf) son m¨¢s condescendientes y en su ambig¨¹edad se basaron los grandes de las tablas para propugnar cierta manga ancha. No se cedi¨® y por primera vez en un Mundial de esta especialidad la legislaci¨®n se acat¨® plenamente. Ni en los de Florida Israel y Miami, se hab¨ªa logrado algo similar.
Clase ol¨ªmpica
El jurado gan¨® una batalla de la larga guerra que amenaza con explotar en la cumbre ol¨ªmpica de Los Angeles. La IYRU ya decidi¨® y se espera que lo confirme en la reuni¨®n de noviembre en Londres, que en la gran cita de California se compita con el modelo Winlider de origen alem¨¢n. A no m¨¢s de cuarenta kil¨®metros del campo de regatas estar¨¢ la planta donde se fabrican las windsurfer, nombre que lleva la plancha que cre¨® el inventor de esta modalidad de vela, un arquitecto norteamericano, naturalmente. El padre de las tablas se volvi¨® atr¨¢s de su postura de no permitir la entrada de otros prototipos en Estados Unidos a cambio de organizar en plenos Juegos una regata de free style.En Laredo, sin embargo, no se dieron cita modelos windsurfer, porque dicen que no son los m¨¢s id¨®neos para un Mundial de las caracter¨ªsticas del desarrollado en la costa de Cantabria. Mistral, Alpha, Tornado y, sobre todo, la Crit son las marcas que mandan, con especial dominio de la patente gala.
Contrabando
El windsurf naci¨® en Estados Unidos hace dieciseis a?os y lleg¨® a Espa?a en 1974. Se calcula que en un lustro se vendieron en nuestro pa¨ªs m¨¢s de 30.000 tablas, cifra que ha de ponerse en tela de juicio porque en este comercio abundan el contrabando y la venta incontrolada. S¨ª son m¨¢s fiables los datos de m¨¢s de 2.000 regatistas, de los cuales s¨®lo unos 600 poseen licencia en vigor. Con su designaci¨®n como clase ol¨ªmpica no se espera un salto en las ventas, ni una repetici¨®n de su gran auge, sino la consolidaci¨®n del m¨¢s joven deporte mar¨ªtimo.Competir sobre una tabla deslizadora a vela no es, seg¨²n los t¨¦cnicos, empresa dif¨ªcil. En tres a?os se puede ir desde el desconocimiento m¨¢s absoluto hasta clasificarse entre los diez mejores. Tambi¨¦n parece quedar fuera de toda duda que la vida de un campe¨®n como tal suele ser mucho m¨¢s corta de en otros deportes. Para estar a un notable nivel ser¨¢ preciso un entrenamiento medio de cuatro horas por d¨ªa. El dominio de la tabla y vela, los esfuerzos f¨ªsicos, la resistencia, la rapidez de reflejos y el poder de concentraci¨®n son las principales caracter¨ªsticas de esta pr¨¢ctica. El trabajo con la espalda, al que no est¨¢n acostumbrados los espa?oles, origina aparentes lesiones, si bien el mayor ¨ªndice de problemas f¨ªsicos se da con las contusiones. La media de edad del ¨²ltimo Mundial fue de 22 a?os, mientras en este deporte el ejercicio suele abarcar desde los 18 hasta los 48 a?os.
Minirrevoluci¨®n
Los tablistas espa?oles han demostrado su facilidad para aprender, pero pusieron de relieve el pecado de confianza en que caen al suponer enseguida que dominan la t¨¦cnica. Sus errores m¨¢s frecuentes se deben al desconocimiento de las t¨¦cnicas de competici¨®n.Un equipo completo de primer fila (tabla, vela, palo, botavara, zapatillas, etc¨¦tera), ronda las 350.000 pesetas de coste, si bien la mayor¨ªa de las planchas que se usan habitualmente pueden vale entre 50.000 y 100.000 pesetas. El windsurf ha conseguido algo tan importante como popularizar un deporte de clases sociales elevadas, esto es, la vela. Adem¨¢s, oblig¨® a revisar estructuras pedag¨®gicas de navegaci¨®n, cambiar reglamentos y aumentar el n¨²mero de monitores. Su minirevoluci¨®n contribuy¨® a desarrollar una pol¨ªtica de adaptaci¨®n de normas. La Federaci¨®n Espa?ola de Vela se mostr¨® al principio reacia con las tablas, pero la explosi¨®n de la modalidad le oblig¨® a aceptarlas.
Robby Naish, Mesner, Van der Berg, Salles, Bogosian, Gilda Guillerot, Jan Vangaard, Nan Jhonson, con sus saltos, dominio de la tabla y depurada t¨¦cnica han puesto de relieve la espectacularidad de este deporte. En Laredo, con vientos de fuerza siete a ocho (entre sesenta y setenta kil¨®metros hora seg¨²n la escala de Beaufort) hasta rachas huracanadas han demostrado que el ¨²ltimo deporte calificado como ol¨ªmpico estrenar¨¢ con todo derecho tal rango Los Angeles, aunque algunos ellos no puedan asistir por su condici¨®n de profesionales.
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