Renau muri¨® cuando estaba a punto del regreso definitivo a Valencia y trabajaba sobre el 'Guernica', de Picasso
En el momento de la muerte de Renau, que preparaba un libro sobre el Guernica y estaba a punto de regresar definitivamente a Valencia, le acompa?aban su esposa, Manuela Ballester, y su hija Teresa. Seg¨²n coment¨® ¨¦sta a un familiar, el proceso de recuperaci¨®n del pintor permit¨ªa ser optimista. Renau prosegu¨ªa su trabajo en la habitaci¨®n del hospital y ultimaba su proyecto de regresar definitivamente a Espa?a antes de finalizar el a?o. Sin embargo, el domingo empez¨® a encontrarse mal, hasta tal punto que durante la ma?ana del lunes era plenamente consciente de su agon¨ªa. "Teresita", le dijo, "yo me muero".Agradecimiento
Renau ha muerto, a los 75 a?os de edad, manteniendo su pasaporte de nacionalidad mexicana, pa¨ªs donde residi¨® entre 1939 y 1953, y expresando su gratitud al Gobierno de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana que le manten¨ªa econ¨®micamente con una pensi¨®n concedida por su. condici¨®n de "perseguido del fascismo". Renau tuvo que trasladar su residencia desde M¨¦xico a Berl¨ªn oriental en 1958 "para salvarse de sus adversarios, que quer¨ªan hacer enmudecer su voz contra el imperialismo norteamericano".
Su retorno definitivo a Espa?a era un proyecto alentado por la Fundaci¨®n Josep Renau, creada por intelectuales y profesionales valencianos. El proceso de recuperaci¨®n, pese a los seis largos a?os transcurridos desde que Renau pis¨® de nuevo el suelo espa?ol, ha quedado, no obstante, truncado por su muerte inesperada.
Su trayectoria art¨ªstica se inici¨® en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos, en Valencia, donde obtuvo el t¨ªtulo de profesor de dibujo y pintura. Intent¨® dar el salto a Madrid a ra¨ªz de su primera exposici¨®n como,cartelista en 1928, y del segundo premio obtenido en el Concurso Nacional de Carteles parala propaganda del aceite de oliva. Pgro las diferencias que surgieron con los c¨ªrculos art¨ªsticos de la capital acentuaron su radicalizaci¨®n y regres¨® a Valencia con la firme decisi¨®n de trabajar en la funci¨®n social del arte. Este cambio supuso su ingreso en el Partido Comunista de Espa?a (1931) y su militancia, desde entonces, en las plataformas de intelectuales y antifascistas. Fund¨® la revista Nueva Cultura que, junto con Hora de Espa?a, son dos publicaciones imprescindibles para reconstruir el movinuento de las vanguardias de la Rep¨²blica y de la guerra civil.
Durante la etapa de la contienda la actuaci¨®n de Renau se resume en una sola afirmaci¨®n: protegi¨® todo el patrimonio art¨ªstico del Museo del Prado de la violencia de los insurrectos y se preocup¨® de generalizar la participaci¨®n espa?ola en la exposici¨®n de Par¨ªs de 1937, donde Picasso expuso por primera vez el. Guernica, cuadro que precisamente hab¨ªa sido encargado a Picasso cuando Renau era director de Bellas Artes.
Cartelista pol¨ªtico
Tras desempe?ar el cargo de director general de Bellas Artes, dependiente del Ministerio de Instrucci¨®n P¨²blica se instal¨® en M¨¦xico con su familia, como un miembro m¨¢s de la generaci¨®n republicana exiliada en aquel pa¨ªs y comenz¨® una fruct¨ªfera colabo raci¨®n con el muralista David Alfaro Siqueiros. En este tiempo concluy¨® varios murales, uno de ellos sobre la historia del. pueblo espa?ol, Espa?a hacia Alm¨¦rica, que se encuentra en Cuernavaca. No abandon¨® en ning¨²n momento su faceta de cartelista pol¨ªtico y artista activista, comprometido con la transformaci¨®n social, que hab¨ªa tenido uno de sus momentos ¨¢lgidos durante los a?os treinta en Espa?a. En esta ¨¦poca le su vida dirigi¨® sus dardos contra la diana del imperialismo de Estados Unidos, tal vez por su proximidad con M¨¦xico. Este testimonio se encuentra en la serie de cortomontajes The American way of Life. Seg¨²n fuentes familiares, "intentaron dos veces eliminarle en M¨¦xico, atropell¨¢ndole con un coche en la calle". Renau opt¨® por errar aquella etapa del exilio mexicano y acogerse a la oferta de la PDA de instalarse en Berl¨ªn oriental, en un r¨¦gimen m¨¢s af¨ªn con su ideolog¨ªa.
"Era un comunista ortodoxo", se?ala el cr¨ªtico de arte Vicente Aguilera Cerni, "aunque su mentalidad abierta actuaba de factor corrector". En efecto, desde su primer viaje a Espa?a en el verano de 1976, mantuvo siempre estrecha vinculaci¨®n con la Organizaci¨®n Comunista en Valencia, el PCPV-PCE. Quiso situarse por encima de los conflictos entre eurocomunistas, renovadores y nacionalistas, y fue apreciado por todos ellos, en especial por los disidentes.
La cr¨ªtica siempre ha considerado imprescindible el an¨¢lisis conjunto del arte y el compromiso pol¨ªtico en la obra de Renau; Valeriano Bozal, en este sentido, escrib¨ªa jon motivo de la primera exposici¨®n del pintor en Espa?a, en mayo de 1978, patrocinada por el Ministerio de Cultura: "No es tendenciosidad hablar de arte y pol¨ªtica a partir de Josep Renau. Tendenciosidad es, justamente, no hacerlo".
Babelia
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