Gabriel Puerta y un picador, heridos

El quinto era un pregonao, "el toro m¨¢s listo del mundo", en el decir coloquial de los taurinos, y le peg¨® una cornada a Gabriel Puerta. Luego estuvo a punto de peg¨¢rsela a El Puno. El sexto derrib¨® con estr¨¦pito; dej¨® fuera de combate al picador; ca¨ªdo que tuvo al caballo, se mont¨® encima, le corne¨® por las patas y cuando los toreros met¨ªan los capotes para el quite, amagaba que los atend¨ªa pero, mientras tanto, manten¨ªa la pezu?a encima del caballo, del que hab¨ªa tomado posesi¨®n.La guerra fue el final de la corrida de ayer. Ese mismo sexto toro, en el siguiente encuentro, estrell¨® al caballo contra las tablas y tir¨® al picador al callej¨®n. En banderillas enganch¨® a Rafael Redondo por la axila y lo volte¨® de mala manera. No sabemos qu¨¦ le ver¨ªa Mario Triana a ese toro, para brindarlo al p¨²blico, y la faena de muleta consisti¨® en un reiterativo intento de dar derechazos que, naturalmente, el poderoso y manso animal no admit¨ªa. Lo que quer¨ªa era irse al refugio de las tablas, conio hizo al final, y a ellas se peg¨® sin atender a razones (razones eran los intentos de descabellar, por parte del matador).

En l¨ªneas generales, la corrida sali¨® dura, pero alg¨²n toro se pod¨ªa torear. Por ejemplo, el tercero, que tomaba con nobleza los enga?os. Mario Triana se ayudaba con el estoque para instrumentar el natural y la gente se lo afeaba. La represent¨® un veterano aficionado del tendido del 10: "?No te ayudes!". No se ayud¨®. Y entonces dos naturales salieron perfectos. Muchos parabienes recibi¨® por eso el veterano aficionado del tendido del 10, mientras que al diestro le pod¨ªan dar morcilla; el p¨²blico es as¨ª.

La verdad es que el trianero apenas se hac¨ªa querer. Las bondades del terciado toro tercero le desbordaban. Sac¨® tres redondos bonitos y ligados, pero treinta de antes y otros treinta de despu¨¦s, los sacaba feos y sin ligar. Este diestro, que ha gozado en sus principios de matador con espl¨¦ndidas oportunidades, dej¨® es capar otra muy propicia. Con cierta envidia le contemplaban sus compa?eros de terna, que no dispusieron de tan buen ganado.

El de Puerta result¨® malo con avaricia. El ap¨¦, se le quedaba, y le sac¨® con esfuerzo los pocos pases que ten¨ªa. El de Campos Pe?a, que fue muy protestado por chico (aunque ten¨ªa trap¨ªo, a nuestro juicio), desarroll¨® sentido e iba al bulto. Lo sab¨ªa el diestro, que no se confiaba,y a¨²n as¨ª result¨® cogido, porque puestos a saber, el toro sab¨ªa mucho m¨¢s. El Puno tuvo que despachar a ese toro resabiado, y falt¨® poco para que ocurriera lo contrario. Lidiadores, aficionados:, p¨²blico en general, ten¨ªamos los pelos de punta mientras al Puno, cetrino de suyo como conviene a su origen bogotano, le hab¨ªa bajado la color y pod¨ªa pasar por un turista dan¨¦s. Los toros de su lote, en cambio, le hab¨ªan salido discretamente manejables y los mulete¨® sin calidad.

Ultimamente salen en Las Ventas con extra?a frecuencia toros expertos en tauromaquia, certeros en el derrote y de aviesas intenciones. Ayer mandaron dos toreros a la enfermer¨ªa pero pudieron ser muchos m¨¢s. El fin de temporada est¨¢ siendo siniestro. Lidiadores con oficio hacen falta. Los hubo, vestidos de plata, y entre ellos destac¨® Curro Alvarez, lucido en banderillas, eficaz en la brega y pendiente de los quites. Si no llega a ser por este y otros veteranos subalternos, lo de ayer acaba fatal.