Los circuitos urbanos carecen de las m¨ªnimas normas de seguridad
La muerte de un joven en un circuito urbano de Sevilla, ocurrida en el curso de una carrera motociclista el pasado domingo, ha puesto de nuevo de manifiesto la absoluta falta de seguridad de este tipo de circuitos no permanentes. Sin embargo, tanto la Federaci¨®n Espa?ola de Motociclismo como la de Automovilismo siguen programando carreras en estos circuitos por la ausencia de otro tipo de trazados y por lo barato que resulta el montaje en ellos de las carreras.
El accidente mortal de la carrera motociclista sevillana no es el primero que se produce en este tipo de circuitos improvisados, ni ser¨¢ el ¨²ltimo mientras se sigan disputando pruebas en ellos. La v¨ªctima no era en este caso un espectador, como ocurri¨® en otras ocasiones, sino un se?alizador de uno de los participantes. Para poder mostrar una pizarra con los tiempos y la posici¨®n que ocupaba su piloto, el joven tr¨¢gicamente accidentado ten¨ªa que invadir parcialmente la pista, con el enorme riesgo que ello siempre comporta. Pero es que esta maniobra arriesgad¨ªsima para ense?ar una pancarta no era fruto del capricho ni de un talante arriesgado o irresponsable del joven, sino una necesidad pr¨¢cticamente imperiosa, porque el circuito no ten¨ªa un lugar seguro donde los se?alizadores pudieran llevar a cabo su trabajo con las necesarias garant¨ªas de seguridad personal.
Carencia de circuitos permanentes
El problema principal para evitar que este tipo de accidentes vuelva a producirse radica en la carencia de circuitos permanentes. En este pa¨ªs solamente hay dos circuitos permanentes, el Jarama en Madrid, y Calafat, en Tarragona. En Francia, por ejemplo, hay m¨¢s de veinte. De ellos, solamente dos son capaces de albergar una carrera de F¨®rmula 1, mientras los restantes, m¨¢s de veinte, son de caracter¨ªsticas similares a las de Calafat. Circuitos peque?os, sin nada accesorio, pero con medidas de seguridad suficientes como para que se puedan disputar carreras de coches o de motos sin los graves riesgos a los que, desgraciadamente, estamos habituados.El circuito del Jarama fue construido mediada la, d¨¦cada de los a?os sesenta. Todo el presupuesto corri¨® a cargo del Real Autom¨®vil Club de Espa?a (RACE), y ascendi¨® entonces -en unas condiciones especiales- a un montante aproximado de -unos doscientos millones de pesetas. Hoy, las mismas instalaciones costar¨ªan alrededor de cinco veces m¨¢s, por encima de mil millones de pesetas, lo que lo convertir¨ªa en un proyecto probablemente irrealizable, porque resultar¨ªa imposible su amortizaci¨®n sea cual fuere su utilizaci¨®n.
Calafat, un proyecto particular coherente
Calafat, por su parte, construido con los fondos particulares de un grupo de aficionados, es un proyecto perfectamente coherente con las necesidades del deporte del motor de este pa¨ªs. En estos momentos, el circuito de Calafat se encuentra paralizado por ciertas trabas burocr¨¢ticas y por la oposici¨®n de un vecino de la urbanizaci¨®n en la que est¨¢ situado el circuito, al que las carreras le molestan. Sin embargo, todo parece indicar que una soluci¨®n definitiva y favorable podr¨ªa ser tomada en breve.Circuitos como el de Calafat son los que necesita el pa¨ªs como alternativa a los urbanos. En Galicia, en unos terrenos muy pr¨®ximos a Vigo, podr¨ªa construirse en corto espacio de tiempo un trazado de estas caracter¨ªsticas impulsado por un grupo de aficionados gallegos y patrocinado por el RACE. En Valencia existe un proyecto para realizar otro circuito, pero hay ciertas diferencias municipales para poder llevarlo a cabo.
En Catalu?a, el Real Autom¨®vil Club de Catalu?a (RACC) tiene, desde hace a?os, un ambicioso proyecto de construcci¨®n de un gran circuito, de caracter¨ªsticas similares a las del Jarama, pero tropieza con el problema del alt¨ªsimo costo y de la falta de amortizaci¨®n del mismo. Seria m¨¢s beneficioso para la promoci¨®n y expansi¨®n del deporte en Catalu?a la construcci¨®n de cinco circuitos peque?os, que costar¨ªan la mitad que el gran circuito que pretende el RACC. Pero esa posibilidad no parece ser contemplada. Finalmente, en Jerez tambi¨¦n existe un proyecto para realizar un circuito permanente, pero su construcci¨®n se ha visto retrasada porque su planteamiento es costoso.
Las carreras urbanos deben ser prohibidas
Aunque resulte mon¨®tono y poco rentable para la promoci¨®n del motociclismo y del automovilismo, el nivel alcanzado por el deporte del motor en este pa¨ªs exige que, las carreras se hagan en circuitos permanentes. En lugar de fomentar la construcci¨®n de los mismos y de no autorizar carreras fuera de ellos, las federaciones responsables no s¨®lo permiten que se corra en circuitos urbanos sin suficientes medidas de seguridad, sino que, en el caso del automovilismo, se vuelve a los trazados no permanentes que hab¨ªan sido abandonados hace a?os por obsoletos.
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