Arespacochaga
Hay que agradecerle a Fraga -m¨¢s temible que intratable- la galvanizaci¨®n de viejas figuras del museo de los horrores que realiza cada vez que tiene que presentar equipo electoral. Ahora se ha acordado de don Juan de Arespacochaga, alcalde de puro y pernada pol¨ªtica que fue de la Villa. Don Juan de Arespacochaga era uno de los m¨¢s terminados ejemplos de alcalde entre Calder¨®n y Lope, con peor ret¨®rica, naturalmente, y remiti¨¦ndonos siempre al Pardo, as¨ª como nuestros alcaldes del Siglo de Oro se remit¨ªan a Dios. Ahora, Arespacochaga ha hablado en el Club Siglo XXI y ha dicho:- Cualquier pol¨ªtica socialista puede romper el sistema econ¨®mico.
Bell¨ªsima obnriedad que, de tan bella y tautol¨®gica, ni siquiera necesita ser verdad, don Juan. Una pol¨ªtica socialista que no rompa el sistema econ¨®mico (capitalista), que es la ecolog¨ªa a que usted se reflete, no ser¨ªa econ¨®mico, ni sistema, ni socialista. Pero he aqu¨ª que el psocialisnio de Phelipe Pgonz¨¢lez no viene a romper nada, sino a corregir y reconducir sensatamente, discretairnente, el capitalismo salvaje, que ya no tiene otra salida que invertir en s¨ª mismo. Incluso puede que los economistas del PSOE, don Juan, si les dejan, le hagan un favor al capitalismo. Porque nuestra pela larga ha en trado en una de,esas contradiccio nes internas que prenunciaba Marx, y la Banca espa?ola realiza sus mayores beneficios durante estos a?os inciertos de la transici¨®n y la crisis. Cuando los banqueros, que no son tontos, invierten en de mocracia y financian a los partidos es porque creen en la democracia o porque, como ya tengo escrito aqu¨ª, quieren compr¨¢rsela. La democracia, hoy, don Juan, es mejor inversi¨®n que la dictadura, y s¨®lo cuatro millonarios melanc¨®licos del poder que tuvieron invierten en golpismo; est¨¢n queriendo com prar no nuestra salvaci¨®n, sino su juventud perdida. Un trance po¨¦tico, en el fondo, mal llevado me diante el dinero. Ayer present¨¦ un libro m¨ªo, Las Giganteas, que es la autobiograf¨ªa de un r¨ªo, del, r¨ªo de mi infancia y juventud (el gran B¨®dalo ley¨® magistralmente uno de los personajes), porque yo resuel-, vo el tr¨¢mite de la nostalgia y el tiempo perdido escribiendo, como otros tratan de resolverlo con la implantaci¨®n cruenta de su pasado. En la presentaci¨®n estuvo don Ram¨®n Serrano S¨²?er, un hombre que tambi¨¦n ha resuelto en libros (es la manera m¨¢s descansada y gratificadora) su rico y contradictorio pasado. Arespacochaga ha dicho en el XXI que nuestra situaci¨®n econ¨®mica es "confusa e incierta", lo cual no queda muy cient¨ªfico como diagn¨®stico. Ya los memoriones de. este matutino te han reprochado a AP, en sus editoriales, cierta confusi¨®n econ¨®mica, cient¨ªfica y de la otra. Dice don Juan:
-Surge amenazante el fantasma del futuro, riesgo en el que personahnente no creo, pero que, indudablemente, puede hacerse realidad con el social?smo.
Para nuestro alcalde (s¨®lo le llamaremos ex en deferencia a Tierno) el futuro es un fantasma amenazante, as¨ª en bloque, como en Alien o el shock del futuro. Ya es malo s¨®lo por ser futuro, y todo futuro es desaconsejable. Efectivamente, el cuarenta?ismo fue ¨²n presente p¨¦treo, un cantil en el que embarranc¨® el siglo. Arespacochaga considera el futuro como riesgo, filos¨®ficamente. No es bueno que haya futuro, y ya llevamos cinco o seis a?os de futuro, que los rojos llaman democracia. Termina el se?or (ex) alcalde: "Un experimento de este tipo (socialista) en la Espa?a de hoy encierra el riesgo de una deformaci¨®n econ¨®mica". Siempre nos parece deforme lo que no se nos adapta. Nunca pensamos que la deformidad pueda estar en nosotros. Don Juan, caballerazo espa?ol, tan terne.
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