Las instituciones dejaron de apoyar
A lo largo de la pasada semana se pudo constatar como realidad incuestionable que los mercados de valores est¨¢n en estos momentos absolutamente en manos de poco m¨¢s de media docena de inversores institucionales. No el que la Bolsa, en los ¨²ltimos a?os, se haya caracterizado precisamente por su independencia, ni a los inversores privados se les hab¨ªa dejado lamer m¨¢s que algunas migajas residuales; pero es que en las ¨²ltimas reuniones ha quedado bien claro que probablemente ni la disoluci¨®n de las Cortes tuvo en s¨ª misma la repercusi¨®n entre el colectivo de inversores, entendido en sentido amplio, ni las moderadas declaraciones de Felipe Gonz¨¢lez per se sirvieron para reanimar la inversi¨®n.Evidentemente, el p¨¢rrafo anterior no constituye el texto ¨ªntegro del descubrimiento de la piedra filosofal, pero cobra un cierto sentido por el car¨¢cter desmitificador de los hechos. Entre los responsables de las carteras institucionales exist¨ªa un inter¨¦s antiguo en frenar la ca¨ªda del precio de las el¨¦ctricas, que ellos mismos hab¨ªan originado cuando perdieron los papeles en la ¨²ltima reuni¨®n del pasado mes de agosto. Incluso si se pod¨ªan generar expectativas de mejora habr¨ªa que intentar aprovecharlas. As¨ª lo hicieron, y mientras estuvieron dedicando su atenci¨®n a los valores el¨¦ctricos, ¨¦stos ofrecieron unas evoluciones positivas, que se intentaban vestir con los m¨¢s pintorescos ropajes, cuando la realidad es que ante una oferta poco agresiva las ¨®rdenes compradoras bien dirigidas que cursaban estos especialistas eran m¨¢s que suficientes para dar una impresi¨®n cercana al j¨²bilo.
Pero este panorama experiment¨® un peque?o cambio la pasada semana. La vocaci¨®n compradora de este grupo de poderosos inversores se vio templada por las desconfianzas mutuas. Las plusval¨ªas que se llevaban acumuladas comenzaban a hacer tentadora su realizaci¨®n en algunos valores concretos y, por tanto, las operaciones de maquillaje podr¨ªan volverse contra alguno de sus promotores menos avispados.
Afortunadamente para casi todos, las carreras por vender no se desataron y ha comenzado a extenderse entre estos especialistas el convencimiento de que la situaci¨®n de violenta liquidez en la que actualmente se.encuentra una buena parte de los fondos de inversi¨®n y sociedades de carter, puede terminar sirviendo de revulsivo al mercado en un futuro no demasiado lejano, sobre todo si se tiene en cuenta que al cierre del ejercicio los respectivos coeficientes de inversi¨®n en valores mobiliarios deben aparecer cubiertos.
Desde luego, no se pueden echar las campanas al vuelo, y si, con 1 permiso de los golpistas, las urnas dieran el triunfo al PSOE, seria un absurdo de tama?o regular pensar en que ellos hab¨ªan sido capaces de hacer renacer la confianza entre los inversores.
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