La gran atracci¨®n de Garc¨ªa M¨¢rquez por el cine
El Nobel de Literatura ha sido guionista y cr¨ªtico
El ¨²ltimo Premio Nobel de Literatura, el escritor colombiano Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez ha sentido la atracci¨®n por el cine, como guionista y cr¨ªtico, desde los a?os sesenta. Esta vinculaci¨®n, no de masiado conocida, no significa que sus obras se hayan llevado repetidamente a la pantalla, sino que ha trabajado directamente para el cine en una medida que, entre los galardonados con el Nobel, s¨®lo es equiparable con la del norteamericano William Faulkner.
A mediados de los sesenta, en una etapa anterior a la publicaci¨®n de Cien a?os de soledad, Garc¨ªa M¨¢rquez est¨¢ viviendo en M¨¦xico y, como el gran Faulkner, alterna la escritura de sus obras con la redacci¨®n de guiones. Pero mientras el inter¨¦s de Faulkner no supera el lado puramente econ¨®mico, Garc¨ªa M¨¢rquez, desde sus comienzos como periodista en Colombia, demuestra una gran atracci¨®n por el cine. En esta etapa trabaja como cr¨ªtico de cine y su inter¨¦s le lleva al Centro Sperimentale di Cinematograf¨ªa, de Roma; pero la especialidad de cr¨ªticos no existe y se matricula en direcci¨®n."Fue un a?o completamente perdido; quer¨ªa que me ense?asen c¨®mo se escribe un gui¨®n y sobre esto no se trataba nunca. Recuerdo que a las ocho de la ma?ana ten¨ªa unas clases de filosofla cinematogr¨¢fica.. Eran una serie de incongruencias. No se aprend¨ªa nada". Esto lo cont¨® Garc¨ªa M¨¢rquez en el transcurso de una entrevista celebrada en Barcelona en noviembre de 1968. Creo que formaba parte del jurado de cortometrajes de la entonces denominada Semana del Cine en Color, dentro de una carrera que culminar¨ªa al integrar el de la ¨²ltima edici¨®n del festival de Cannes. Era el a?o 1955 cuando Garc¨ªa M¨¢rquez estuvo en Roma estudiando cine; pero no result¨® completamente perdido, porque conoci¨® a gente interesante, como el director argentino Fernando Birri; se hizo amigo del guionista Cesare Zavattini, fue ayudante de Vittorio de Sica en El techo y decidi¨® dedicarse a la literatura.
Guionista en M¨¦xico
A mediados de los sesenta, instalado en M¨¦xico, la casualidad, el inter¨¦s por el cine y la necesidad de dinero llevan a Garc¨ªa M¨¢rquez a iniciar esa carrera de guionista que hab¨ªa intentado aprender en Roma y nadie le hab¨ªa ense?ado. Su primer trabajo es una colaboraci¨®n con el escritor mexicano Carlos Fuentes y el realizador espa?ol Carlos Velo, en la adaptaci¨®n de El gallo de oro, un espl¨¦ndido cuento del mexicano Juan Rulfo. Deb¨ªa dirigirlo un joven realizador, pero por el miedo y la desconfianza del productor cae en manos del veterano y poco imaginativo Roberto Gabald¨®n, que en 1964 la convierte en otra m¨¢s de sus pel¨ªculas.
El escritor recordaba que "cuando Carlos Fuentes y Carlos Velo llevaban m¨¢s de tres a?os trabajando ininterrumpidamente en la adaptaci¨®n de Pedro P¨¢ramo, de Juan Rulfo, entr¨¦ a trabajar con ellos como abogado de Rulfo. Partimos de una nueva estructuraci¨®n, donde, como premisa principal, planteaba quitar las, vueltas hacia detr¨¢s y hacer, como en la novela, que los personajes pasasen de forma continua del presente al pasado. Pero la pel¨ªcula, que dirigi¨® Carlos Velo en 1966, fue uno de los mayores desastres del cine mexicano".
Sus otros dos trabajos como guionista para el cine mexicano son lo peor y lo mejor que ha hecho en este terreno. Lo peor es Patsy, mi amor, que en 1968 dirige Manuel Michel, sobre un gui¨®n alimenticio de Garc¨ªa M¨¢rquez. El resultado carece del menor atractivo; tiene muy mala cr¨ªtica, pero alcanza un cierto ¨¦xito de p¨²blico. Lo mejor es su colaboraci¨®n con el guionista y director espa?ol Luis Alcoriza, cuyo fruto es Presagio (1974).
"Garc¨ªa M¨¢rquez y yo", dec¨ªa Luis Alcoriza en noviembre de 1977, en Madrid, "nos pusimos a trabajar bebiendo c¨¢rpano con ginebra, y de pronto nos encontramos con argumentos para ocho pel¨ªculas. En un determinado momenzo ¨¦l hizo una s¨ªntesis de aquel material y sali¨® el primer tratamiento de Presagio, que luego reescrib¨ª s¨®lo cuando iba a rodarla. Al acabar el primer tratamiento, Garc¨ªa M¨¢rquez dijo que aquello que hab¨ªamos hecho estaba muy cerca de algo que quer¨ªa haber escrito siempre y cre¨ªa que era el momento de escribirle). Se encerr¨® y sali¨® con Cien a?os de soledad. Con ¨¦l he colaborado en m¨¢s guiones -cuatro o cinco en total-, pero hasta ahora no se han podido hacer".
Cine-literatura
Tras publicar en 1967 su obra maestra, Cien a?os de soledad, des pu¨¦s de unas temporadas sin escribir para el cine, en 1658 Garc¨ªa M¨¢rquez rompe la promesa de no volver a hacerlo jam¨¢s. llace parz la realizadora venezolana Margo Benacerraf, conocida por su largometraje Araya (1958), un gui¨®n cuyo punto de partida es una peque?a historia que aparece de forma lateral en las p¨¢ginas 50, 51 y 52 en la edici¨®n original de Cien a?os de soledad, y cuenta la extra?a relaci¨®n entre una mujer gord¨ªsima y una mulata adolescente de tetitas de perra. El proyecto cuenta con un amplio presupuesto pero en el ¨²ltimo momento se viene abajo y no se realiza., Fruto de este trabajo es el cuento La incre¨ªble y triste historia de la C¨¢ndida Er¨¦ndira y su abuela desalmada que se publica alg¨²n tiempo despu¨¦s.
M¨¢s curioso resulta que la obra de Garc¨ªa M¨¢rquez s¨®lo haya dado lugar a una pel¨ªcula. Se trata de la producci¨®n mexicana En este pueblo no hay ladrones, dirigida en 1965 por Alberto Isaac, a partir del cuento hom¨®nimo incluido en el volumen titulado El coronel no tiene quien le escriba. Curiosamente, Luis Bu?uel interpreta un epis¨®dico papel de cura en esta pel¨ªcula.
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