El Papa apela a la tradici¨®n cristiana de Espa?a para impulsar el di¨¢logo
El texto ¨ªntegro del discurso pronunciado por el Papa en el aeropuerto de Barajas es el siguiente: "Majestades, venerables hermanos en el episcopado, autoridades, querido pueblo de Espa?a, alabado sea Jesucristo. Con verdadera emoci¨®n acabo de pisar suelo espa?ol. Bendito sea *Dios que me ha permitido venir hasta aqu¨ª en este mi viaje apost¨®lico. Desde el primer momento en in? llegada a la capital de la naci¨®n, mando un saludo y recuerdo m¨¢s cordiales a todos los habitantes de Espa?a. Los de las ciudades y de los pueblos; de la Pen¨ªnsula o de las islas; de las grandes urbes o del ¨²ltimo caser¨ªo disperso en la monta?a o en la llanura; los de centros que visitar¨¦ en los pr¨®ximos d¨ªas y de los que no podr¨¦ visitar f¨ªsicamente"."Pensando en todos he emprendido esta visita pastoral, concebida y destinada por igual a todos los hijos de la naci¨®n, a pesar de las inevitables localizaciones geogr¨¢ficas de la visita. Por ello, desde cualquier lugar donde me encuentre con los diversos sectores o grupos de la Iglesia en Espa?a, estar¨¦ hablando intencionalmente a ese sector o grupo eclesial de toda la naci¨®n".
"La comuni¨®n en el amor de Cristo la imagen televisada y las ondas de la radio ser¨¢n nuestros v¨ªnculos constantes en nuestros d¨ªas, manteniendo siempre ese car¨¢cter exclusivarnente religiosopastoral que tiene mi viaje y que lo coloca por encima de prop¨®sitos pol¨ªticos o de parte. Un car¨¢cter que estoy seguro todos dese¨¢is justamente preservar, y os pido preserv¨¦is colaborando eficazmente en toda direcci¨®n".
"Y ahora, despu¨¦s de este saludo, quiero expresar mi m¨¢s profunda gratitud. Gratitud, en primer lugar, a su majestad el, rey Juan Carlos, que ha tenido la deferencia de venir a recibirme a este aeropuerto de Barajas, y que, interpretando sus propios sentimientos, los de la Reina y del pueblo espa?ol, me ha dado con fervientes y nobles palabras una cordial bienvenida".
"Gratitud al Gobierno, autoridades y representantes del pueblo, por su grata presencia en este acto y por su preciosa colaboraci¨®n en los preparativos de esta visita".
"Gratitud a todos vosotros, queridos hermanos y hermanas espa?oles, por el calor de vuestro recibimiento, por el afecto puesto en la hospitalidad dispensada a un amigo, y, sobre todo, a quien siempre ha querido entra?ablemente a lo largo de su historia: al Papa".
"Precisamente porque conozco bien y aprecio en todo su significado este rasgo caracter¨ªstico del c¨¢tolicismo espa?ol, deseo corresponder con una confidencia".
"Llego a vosotros al cumplirse mi cuarto a?o de pontificado. Exactamente un a?o despu¨¦s de cuando estaba programado, y que no pudo realizarse por las conocidas causas. Y quiero ahora manifestaros que desde los primeros meses de mi elecci¨®n a la c¨¢tedra de san Pedro pens¨¦ con ilusi¨®n en un viaje a Espa?a, reflexionando incluso sobre la ocasi¨®n eclesial propicia para tal visita".
"Hoy me trae a vosotros la clausura -en vez de la apertura- del cuarto centenario de la muerte de santa Teresa de Jes¨²s, esa gran santa espa?ola y universal, cuyo mayor timbre de gloria fue ser siempre hija de la Iglesia y que tanto ha contribuido al bien de la misma Iglesia en estos cuatrocientos a?os".
"Vengo, por ello, a rendir homenaje a esta extraordinaria figura eclesial proponiendo de nuevo la validez del mensaje de fe y humanismo".
"Vengo a encontrarme con una comunidad cristiana que se remonta a la ¨¦poca apost¨®lica. En una tierra objeto de los desvelos evangelizadores de san Pablo; que est¨¢ bajo el patrocinio de Santiago el Mayor, cuyo recuerdo perdura en el Pilar de Zaragoza y Santiago de Compostela; que fue conquistada para la fe por el af¨¢n misionero de los siete varones apost¨®licos. Que propici¨® la conversi¨®n a la fe de los pueblos visigodos en Toledo; que fue la gran meta de peregrinaci¨®n europea a Santiago; que vivi¨® la empresa de la reconquista; que descubri¨® y evangeliz¨® Am¨¦rica; que ilumin¨® la ciencia desde Alcal¨¢ y Salamanca, y la teolog¨ªa en Trento".
"Vengo atra¨ªdo por una historia admirable de fidelidad a la Iglesia y de servicio a la misma, escrita en empresas apost¨®licas y en tantas grandes figuras que renovaron esa Iglesia, fortalecieron su fe, la defendieron en momentos dificiles y le dieron nuevos hijos en enteros continentes. En efecto, gracias sobre todo a esa sin par actividad evangelizadora la porci¨®n m¨¢s numerosa de la Iglesia de Cristo habla hoy y reza en espa?ol".
"Tras mis viajes apost¨®licos, sobre todo por tierras de Latinoam¨¦rica y Filipinas qiero decir en este momento singular: gracias Espa?a, gracias Iglesia en Espa?a, por tu fidelidad al evangelio y a la esposa de Cristo".
"Esta historia, a pesar de las lagunas y errores humanos, es digna de toda admiraci¨®n y aprecio. Ella debe servir de inspiraci¨®n y est¨ªmulo para hallar en el momento presente las ra¨ªces profundas del ser de un pueblo. No para hacerle vivir en el pasado, sino para ofrecerle el ejemplo a proseguir y mejorar en el futuro".
"No ignoro, por otra parte, las conocidas tensiones a veces desembocadas en choques abiertos que se han producido en el seno de vuestra sociedad y que han estudiado tantos escritores vuestros".
" En ese contexto hist¨®rico-social es necesario que los cat¨®licos espa?oles sep¨¢is recobrar el vigor pleno del esp¨ªritu, la valent¨ªa de una fe vivida, la lucidez evang¨¦lica iluminada por el amor profundo al hombre hermano, para sacar de ah¨ª fuerza renovada que os haga siempre infatigables creadores de di¨¢logo y promotores de justicia, apagado humana y moral del pueblo, en un clima de respetuosa convivencia con las otras leg¨ªtimas opciones n¨²entras exig¨ªs el justo respeto de las vuestras".
"Para que esta visita surta los efectos que todos deseamos, he aqu¨ª tres vertientes que marcan los grandes objetivos de mi viaje a Espa?a: confirmar en la fe como sucesor de Pedro a mis hermanos, para que la luz de Cristo siga alumbrando e inspirando la existencia de cada uno. Para que se respete la dignidad de todo hombre, que en Cristo halla un fundamento ¨²ltimo. Confortar la esperanza que es consecuencia de la fe y que ha de abrirnos al optimismo
"No teng¨¢is miedo, abrid las puertas a Cristo, dije al principio de mi pontificado. Es el mensaje de esperanza que he tra¨ªdo tambi¨¦n en esta visita".
"Alentar las energ¨ªas de la Iglesia y las obras de los cristianos para que sigan siendo como a lo largo.de la historia, ¨¢rbol cuajado de frutos de amor a Cristo y a los hombres, para que los cristianos combatan batallas de paz y amor y est¨¦n comprometidos en la solidaridad con los hombres y sean en el momento actual generosos y perseverantes en obras de servicio, para el bien de todos los espa?oles y de la Iglesia universal".
"Que Dios bendiga a Espa?a. Que Dios bendiga a todos los espa?oles con la concordia y la comprensi¨®n mutua, con la prosperidad y la paz. Al ap¨®stol Santiago, patr¨®n de Espa?a, me encomiendo. E invoco la protecci¨®n de la Virgen Sant¨ªsima del Pilar, patrona de la hispanidad, para que ella bendiga este viaje".
En el momento en que el Papa agradec¨ªa el efectuoso recibimiento y la hospitalidad espa?ola, numeroso p¨²blico comenz¨® a corear: "Juan Pablo II, te quiere todo el mundo", a lo que ¨¦l, par¨¢ poder continuar sus palabras, dijo: "Pero el Papa tambi¨¦n quiere hablar".
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