Encierro de los obreros de Humet en General Hidr¨¢ulica
M¨¢s de un centenar de trabajadores de Humet Hidr¨¢ulica, SA, que present¨® quiebra voluntaria el pasado 25 de septiembre, se encerraron ayer en los locales de General Hidr¨¢ulica, SA, empresa de reciente creaci¨®n, para protestar por lo que califican de maniobras llevadas a cabo por algunos directivos, que habr¨ªan ocasionado la p¨¦rdida de sus puestos de trabajo.Los representantes de los trabajadores manifestaron que la direcci¨®n de Humet Hidr¨¢ulica, una de las principales empresas del pa¨ªs dentro del sector del riego por aspersi¨®n, orden¨® fotocopiar los planos y los documentos relacionados con el proceso productivo, aprovechando las vacaciones de agosto pasado. Esta documentaci¨®n, que incluye los dise?os de las matrices y las coquillas, es de un gran valor tecnol¨®gico, ya que los ¨²ltimos modelos se han ido perfeccionando con la experiencia, de muchos a?os de trabajo e investigaci¨®n.
Los trabajadores se informaron de que todos estos materiales hab¨ªan sido transferidos a la nueva sociedad General Hidr¨¢ulica, que se halla dirigida por los mismos hombres que llevaban las riendas de Humet.
La crisis de Humet Hidr¨¢ulica se remonta a julio de 1979, cuando la empresa se vio obligada a presentar suspensi¨®n de pagos al no poder hacer frente a su falta de liquidez. Para superar las dificultades financieras, la direcci¨®n consider¨® imprescindible la reducci¨®n de la plantilla, que en aquel momento era de 1.200 personas, a algo menos de la mitad. Era la ¨¦poca de Fernando Abril Martorell en la Vicepresidencia Econ¨®mica del Gobierno y de los cr¨¦ditos del tipo de los otorgados a Nervacero, circunstancia que facilit¨® que empresa y trabajadores llegasen a un acuerdo al contar con el apoyo del Gabinete, que concedi¨® un cr¨¦dito de trescientos millones de pesetas para reflotar la firma. Adem¨¢s de la p¨¦rdida, pr¨¢cticamente inevitable, de varios cientos de puestos de trabajo, los trabajadores debieron pagar otra factura que se concretaba en la renuncia de importantes mejoras sociales y en el compromiso de aumentar la productividad y no plantear conflictos durante dos a?os.
Lo cierto es que, desde los primeros meses de 1980, la empresa volvi¨® a retomar su andadura hasta el punto de que, en 1981, consigui¨® unas ventas superiores a los 2.200 millones de pesetas con un beneficio bruto pr¨®ximo a los doscientos millones.
Debido a este tipo de acciones, la empresa estuvo en vilo durante todo el ¨²ltimo a?o, hasta el punto de que prefiri¨® ser ella misma la que instase la quiebra voluntariamente, evitando as¨ª la posibilidad de incurrir en responsabilidades penales. Los trabajadores, que no ocultan todas estas dificultades y presiones a que se ha visto sometida la sociedad, se encuentran totalmente defraudados por la actuaci¨®n de su directiva.
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