Federico Fellini habla de la imposibilidad de huir de la autobiograf¨ªa
"Siempre somos autobiogr¨¢ficos. No hacemos otra cosa que dar testimonio de nosotros mismos", dijo el director de cine Federico Fellini ayer, en la entrevista realizada por el cineasta espa?ol Jorge Grau para el programa La barraca de Radio 3 de Radio Nacional de Espa?a. La entrevista ten¨ªa como pretexto el coloquio realizado en la citada emisora a, partir de la emisi¨®n en Televisi¨®n Espa?ola de la pel¨ªcula de Fellini 8 1/2, que fue una interesante experiencia para la radio espa?ola y que tuvo efecto el 14 de marzo pasado.Aclar¨® el director italiano que "ahora bien, si por autobiogr¨¢fico se entiende datos concretos, an¨¦cdotas reales, me niego rotundamente. Pero lo que no puede ponerse en duda es que todo lo que dice un autor le pertenece a ¨¦l; incluso los que pretenden ser muy objetivos, los que dicen reflejar simplemente la historia, no hacen otra cosa que contarse a s¨ª mismos".
Insiste Fellini: "?De qu¨¦ otra cosa podemos hablar sino de nosotros mismos?". Y habla de s¨ª mismo, y dice: "Es imposible separar al hombre del realizador. No existe m¨¢s que un solo hombre. Lo que me preocupa es el filme, y mis preocupaciones son las de un artesa no que quiere materializar algo, algo que de momento no existe m¨¢s que en mi fantas¨ªa". "Es en verdad un mundo vago, impalpable... Son las preocupaciones de siempre, pero, por otra parte, me siento. estimulado porque ¨¦sta. ha sido siempre mi vida y espero que lo siga siendo".
Preguntado sobre, Espa?a, Fellini da un circunloquio: "Soy un p¨¦simo viajero. Al viajar, me siento desamparado, vulnerable. Mi verdadera forma de viajar est¨¢ aqu¨ª, en los estudios de Cinecitt¨¢. Desde el estudio 5 construyo mis viajes, puedo ir a cualquier parte del mundo, y siento m¨¢s ansias, de conocer el mundo que si viajara a los pa¨ªses verdaderos". Sin embargo, Fellini, animado por Grau, se dispone a hablar de los mitos que habitan en autores como Valle-Incl¨¢n y reconoce que tales mitos forman parte de su educaci¨®n.
Encuentra Fellini que "Italia tiene muchas concomitancias con Espa?a: es una cierta tradici¨®n, cierto folklore com¨²n, ciertos mitos cat¨®licos, incluso anteriores, pero que han pasado por el filtro del cristianisino". Se refiere, lejanamente, a algunas im¨¢genes de su pel¨ªcula Amarcord.
Sobre la crisis del cine, dice Fellini: "Me siento dividido por pensamientos contradictorios, lo cual es muy t¨ªpico de m¨ª. Por un lado me estimula este clima de naufragio -una influencia de mi formaci¨®n cat¨®lica- y lo que puede significar: una posibilidad de salvaci¨®n. Y es que a m¨ª las situaciones apocal¨ªpticas me estimulan, me producen una sensaci¨®n de renacimiento. Hablar de crisis, o sea, de final, me da sensaci¨®n de principio". Y luego, que no se cree mucho la crisis: "Ya llevo treinta a?os haciendo-cine y siempre he o¨ªdo decir que ¨¦ste era el ¨²ltimo, que habr¨ªa que ir pensando en volver a trabajar de periodista o de caricaturista".
El rito del cine
Y luego ya se pone serio: "De todos modos, esta vez creo, que se trata de algo m¨¢s profundo, porque no es s¨®lo una crisis econ¨®mica. Creo que el rito del cine, es decir, la gente que sale de casa para ver una pel¨ªcula, cada vez existe menos. Porque hay una crisis muy grave, la de la imagen: estamos bombardeados de im¨¢genes".
Jorge Grau, el entrevistador, plantea un quiebro dif¨ªcil: tal vez el v¨ªdeo nos lleve a la imagen-libro. "Puede ser", dice Fellini. "Pero este cambio ha llegado precisamente a trav¨¦s de la imagen televisiva, que excluye la participaci¨®n de tipo activo. Hemos pasado del ritual religioso cine-teatro, comparable a la ceremonia del sacerdote en la misa, a otra forma de asistir al espect¨¢culo, una forma distra¨ªda, impotente. La televisi¨®n, ha terminado con la participaci¨®n. Cuando algo exige un poco m¨¢s de atenci¨®n, se cambia de canal".
Grau insiste en que, con el v¨ªdeo, a lo mejor, "se cambia la misa por el libro de meditaci¨®n". Y Fellini, que acaso le ve venir, dice: "Yo hablo de este momento, que es lo que me interesa. Ahora la crisis tiene aspectos muy desconcertantes. El otro d¨ªa, por ejemplo, entr¨¦ en un cine para ver a, un actor en u?a pel¨ªcula. Hab¨ªa un solo espectador, un muchacho que ten¨ªa, los pies en la butaca de delante. En los pies llevaba patines, en los o¨ªdos, auriculares, masticaba chicle y ten¨ªa los ojos cerrados... En la pantalla sigui¨® proyect¨¢ndose el filme".
"?Habr¨¢ que pensar en atraer la atenci¨®n de alguien que tiene los ojos cerrados y que lleva ruedas en los pies, dispuesto a escapar inmediatamente? No s¨¦ que historia tengo que inventar".
De Nave va, la pel¨ªcula que va a estrenar pr¨®ximamente, Fellini no quiso hablar, a pesar de las preguntas de su colega espa?ol. "No me gusta hablar de lo que est¨¢ terminado", dijo. "Al hablar de la pel¨ªcula te arriesgas a modoficarla, a cambiarla. Es peligroso. Existen unas intuiciones que deben permanecer incontaminadas hasta que se produzcan im¨¢genes definitivas. Yo dir¨ªa que hablar de estas cosas es incluso indecente".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.