Evoluci¨®n electoral de los municipios espa?oles mayores de 20.000 habitantes
Es un hecho evidente que las elecciones del pasado 28 de octubre significan cambios notables en el electorado espa?ol. A diferencia de lo ocurrido en 1979, en que pr¨¢cticamente se repitieron los resultados de 1977, en la ocasi¨®n presente se ha hundido un partido que, como Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico, gan¨® las anteriores consultas; otros, como el PCE, ha perdido el 57,4% de sus votos y el 82,6% de sus estados; y, en el lado opuesto, el Partido Socialista Obrero Espa?ol, vencedor, con sus m¨¢s de cuatro millones de votos ganados, duplicando casi sus anteriores esca?os (4.366.760 votos ganados), casi ha alcanzado, ¨¦l solo, la mayor¨ªa absoluta de los votos de todos los espa?oles, superando ampliamente la mayor¨ªa absoluta en el Congreso de los Diputados. (Ver cuadro n¨²mero l).Alianza Popular que ha ganado tambi¨¦n m¨¢s de cuatro millones de votos (4.344.669), multiplica casi por doce el exiguo n¨²mero de esca?os que obtuvo en 1979. Desaparece el Partido Socialista de Andaluc¨ªa del Parlamento, mantienen su presencia Euskadiko Ezkerra y Esquerra Republicana de Catalunya. Disminuyen en dos, un diputado y un senador, los esca?os obtenidos, y nunca ejercidos, por Herri Batasuna. Los ¨²nicos partidos que, aun con algunos aumentos, mantienen la dimensi¨®n anterior de sus grupos parlamentarios son, el Partido Nacionalista Vasco y Convergencia i Uni¨®, junto a los ya mencionados esca?os unitarios de Euskadiko Ezkerra y Esquerra Republicana de Catalunya. Tambi¨¦n desaparece la representaci¨®n parlamentaria de la Uni¨®n del Pueblo Canario.
Tan importantes cambios merecen, y sin duda tendr¨¢n, un estudio detallado. M¨¢xime porque obedecen a cuatro a?os decisivos en la vida democr¨¢tica de nuestro pa¨ªs: los cuatro primeros a?os de rodaje de la Constituci¨®n. A?os en los que todo el pueblo espa?ol ha hecho su aprendizaje democr¨¢tico y ha votado, al t¨¦rmino de ellos, con un considerable conocimiento de causa. Por ello las autoras de este trabajo hemos elegido, como centro de un an¨¢lisis que vaya m¨¢s all¨¢ de los resultados globales y provinciales, el estudio de la evoluci¨®n electoral en todos los municipios de m¨¢s de 20.000 habitantes.
Pero antes de entrar en ¨¦l, y an tes incluso de explicar las razones para habernos centrado en dicho estudio, queremos contemplar un poco m¨¢s de cerca los datos globales que han resultado de los recientes comicios.
Qui¨¦n gana, qui¨¦n pierde
Los aumentos m¨¢s espectaculares son los obtenidos por el PSOE y AP. El primero ha incrementado sus votos en 4.359.542; el segundo en 4.341.680. Resulta interesante investigar de d¨®nde proceden dichos votos. Si parti¨¦ramos de la hip¨®tesis de que el PSOE ha absorbido todos los votos perdidos por el PCE, hip¨®tesis bastante plausible, resultar¨ªa que como m¨¢ ximo esto representa 1. 115.258 votos m¨¢s para el PSOE. Pero adem¨¢s de estos votos, el PSOE ha ganado otros 3.244.194 votos.
Si parti¨¦ramos de la hip¨®tesis de que AP ha absorbido todos los votos perdidos por UCD, 4.742.655, exceptuando los que han ido a parar al CDS, encontramos que, en efecto, los votos ganados por AP s¨®lo superan a aqu¨¦ll¨®s en 214.565 votos. Cifra, por otro lado, curiosamente similar a la de los votos perdidos por Fuerza Nueva (285.163).
O dicho dcotro modo: mientras que la suma de votos PSOE+PCE supera en 3.244.194 a los obtenidos en 1979, la suma de votos de UCD+AP+CDS s¨®lo supera en 214.565 a los obtenidos por UCD y AP en 1979.
Si para delimitar mejor los trasvases de votos nos fijamos en la evoluci¨®n de la abstenci¨®n, observamos que ¨¦sta ha disminuido entre 1979 y 1982 del 31,90% al 20,43%, lo que sobre unos censos respectivos de 26.786.091 y 26.837.212 electores, significa algo m¨¢s de tres millones, de personas que han decidido votar en lugar de abstenerse (3.007.007 para mayor exactitud). (Ver cuadro n¨²mero 2).
Y quedan las posibles altemativas para los grandes n¨²meros: o bien un n¨²mero muy elevado de votos de UCD ha ido a parar al PSOE, en lugar de a AP, y muchos ex abstencionistas han votado al partido de Fraga, o bien, lo que nos parece m¨¢s plausible, un n¨²mero alto de anteriores abstencionistas han votado al PSOE y un elevado n¨²mero de ex votantes de UCD han votado a AP. Si acept¨¢ramos los c¨¢lculos formulados por el vecesecrertario general del PSOE, Alfonso Guerra, con anterioridad a las elecciones, que cifraba en alrededor de un mill¨®n los posibles votos trasvasados de UCD al PSOE, m¨¢s otro mill¨®n procedente del PCE, ello supone que dos millones de personas que se abstuvieron en 1979 han votado ahora al PSOE.
Como esta hip¨®tesis intermedia parece la m¨¢s plausible, podr¨ªamos apuntar hacia un hecho que difiere en algo a lo que es creencia generalizada: que la abstenci¨®n favorece a la izquierda que, se piensa, cuenta con un electorado m¨¢s duro y fiel. En nuestro pa¨ªs, por lo que parece hasta ahora, la abstenci¨®n ha podido perjudicar m¨¢s a la izquierda y beneficiar m¨¢s a la derecha. Lo que tambi¨¦n parece apuntar hacia otro ¨¢ngulo de la cuesti¨®n: la abstenci¨®n, que aument¨® notablemente en 1979, coincidiendo con la ampliaci¨®n del censo a los menores de veinti¨²n a?os, pudo afectar entonces precisamente a unos nuevos electores que han sabido orientarse muy bien en estos cuatro a?os. Podemos firmar con bastante certeza que una notable mayor¨ªa han votado esta vez por el cambio.
Evoluci¨®n izquierda-derecha
Otra interesante conclusi¨®n de los anteriores datos es el progresivo giro del electorado hacia la izquierda. Una izquierda representada por el PSOE, democr¨¢tica, civilizada y capaz de absorber las esperanzas del cambio de una gran mayor¨ªa de este pa¨ªs. Si para completar el an¨¢lisis ordenamos los datos anteriores con los votos de otros partidos de la izquierda y la derecha con representaci¨®n parlamentaria, obtenemos los resultados reflejados en el cuadro n¨²mero 2.
Mientras el incremento total del voto de la derecha es de 647.607 votos, el de la izquierda parlamentaria (PSOE+PCE+EE) es 3.257.259. Si tenemos en cuenta que el incremento del censo es muy peque?o (51.171), es decir, se mantiene pr¨¢cticamente constante en cuanto a n¨²mero, aunque ha experimentado un rejuvenecimiento obvio, podemos concluir que el electorado espaf¨ªol se va inclinando paulatinamente hacia la izquierda y que la derecha en su conjunto tiende a estabilizar el n¨²mero de votos que obtiene. Resulta, adem¨¢s, significativo que de los 679.607 votos ganados conjuntamente por los partidos del centro y de la derecha, 460.042 corresponden al incremento experimentado por PNV, CiU y Esquerra Republicana.
O dicho en otras palabras, el 68,17% del n¨²mero total de los votos ganados por los partidos de centro y centro-derecha entre 1979 y 1982 es atribuible a los votos ganados conjuntamente por el PNV, CiU y Esquerra Republicana.
Con todo ello, como se sigue f¨¢cilmente en el cuadro n¨²mero 2, el d¨¦bil aumento del voto total de la derecha se ve contrastado por un aumento casi cinco veces superior del voto de izquierda.
En t¨¦rminos de porcentaje, como se ve claramente en el cuadro n¨²mero 2, la derecha se ha reducido notablemente: en 1979 UCD y AP representaban un porcentaje del 39,78% de votos del pa¨ªs; en 1982, UCD, AP y CDS s¨®lo sumaban un 35,50%. Si a estos votos a?adimos los de PNV, CiU y Esquerra Republicana los porcentajes en 1979 y 1982 son del 44,53% y 41,80% respectivamente.
Mientras que los votos sumados del PSOE, PCE y EE suben del 40,51% en las elecc¨ªones de 1979 al 50,91% en las del pasado 28 de octubre. Estos tres partidos representan, por tanto, en su conjunto algo m¨¢s de la mitad de los votos de todos los espa?oles. Porcentaje que no alcanzaron conjuntamente UCD y AP en 1979.
Mientras el crecimiento espectacular de AP obedece muy posiblemente, sobre todo a una reestructuraci¨®n de la derecha, a un trasvase de votos procedentes de la descomposici¨®n de UCD hacia AP, y refleja, por tanto, la radicalizaci¨®n derechista de una parte del antiguo electorado centrista, por lo que una buena parte de la responsabilidad corresponde a la propia UCD, el crecimiento a¨²n m¨¢s espectacular del PSOE no responde m¨¢s que en una peque?a parte a la reestructuraci¨®n de la izquierda -al hundimiento del PCE, del PSA y otros de menor entidad- procede, sin embargo, del voto nuevo, nunca emitido, de los anteriores abstencionistas, y en una proporci¨®n probablemente importante, del electorado centrista.
Con lo cual, y aunque pueda resultar parad¨®jico, podr¨ªamos decir que el gran perdedor de estas elecciones ha sido Fraga, que si bien ha absorbido una parte importante de votantes de UCD y se eleva como la figura indiscutible de la oposici¨®n, no ha logrado lo que s¨ª consigui¨® UCD en las pasadas elecciones: ganarlas.
El porcentaje de AP, situado m¨¢s lejos del de UCD en 1979, y mucho m¨¢s alejado del que ha obtenido el PSOE en 1982 que lo estuvo el del PSOE respecto del de UCD en 1979, expresa con bastante claridad los l¨ªmites de la derecha aglutinada por Fraga en nuestro pa¨ªs: su dificultad para conquistar alg¨²n d¨ªa a la minor¨ªa num¨¦ricamente m¨¢s importante de espa?oles. La radicalizaci¨®n de que ha hecho gala Fraga en su campa?a electoral tiene los l¨ªmites naturales que se han expresado en las urnas.
El tama?o del h¨¢bitat determina una serie de caracter¨ªsticas del municipio, como por ejemplo, el comportamiento electoral, la existencia de un mayor o menor control social, etc¨¦tera.
El presente trabajo presenta unas limitaciones de espacio evidentes, por lo que hemos decidido tomar una parte significativa del conjunto de los municipios del Estado espa?ol. De los 8.027 municipios espa?oles, analizaremos en los d¨ªas sucesivos los 259 mayores de 20.000 habitantes, el 3,2% del total, en los que habita el 62,1% de la poblaci¨®n espa?ola, lo que nos indica una gran concentraci¨®n de la poblaci¨®n en municipios medianos y grandes.
En ¨¦stos, a la vez, se acumula el 60,5% del censo electoral, es decir, la mayor¨ªa del electorado espa?ol est¨¢ localizada en los municipios mayores de 20.000 habitantes (v¨¦ase cuadro n¨²mero 3). (El an¨¢lisis de la evoluci¨®n electoral de los 8.027 municipios espa?oles est¨¢ en fase de realizaci¨®n, por encargo de la Fundaci¨®n Pablo Iglesias a las autoras del presente trabajo).
Entre estos 259 municipios nos encontramos con algunos que, adem¨¢s de su similitud en cuanto a caracter¨ªsticas sociodemogr¨¢ficas y econ¨®micas, tambi¨¦n tienen una evoluci¨®n electoral similar, como son el conjunto de los que forman las ¨¢reas metropolitanas de Madrid, Valencia, Sevilla. En las de Barcelona y Bilbao hay que a?adir la influencia y evoluci¨®n de los partidos nacionalistas. Tambi¨¦n nos encontramos con municipios medianos de caracter¨ªsticas ruralagrarias, por ejemplo Antequera, en el sureste peninsular, que poco tiene que ver, por ejemplo, con los municipios agrarios castellanos o gallegos.
El PSOE gan¨® en 40 provincias
Se aprecia una gran diferencia en cuanto al voto de las zonas agrarias con latifundios y/o regad¨ªos importantes, en los que existe una fuerte tendencia al voto de izquierda, y las zonas de minifundio, en las que la tendencia a votar a los partidos conservadores es bastante acusada.
A nivel provincial, la imagen del mapa electoral de estos ¨²ltimos comicios es bastante clara en cuanto a partidos ganadores. El PSOE gana, y en algunos casos con mayor¨ªa absoluta, en cuarenta provincias de las cincuenta en las que est¨¢ subdividido el Estado espa?ol.
En su conjunto, todas las provincias en que el PSOE ha ganado suman 33.104.732 habitantes y son el 86% del total nacional. Alianza Popular gana en tres provincias gallegas, Orense, Lugo y Pontevedra, m¨¢s cuatro castellano-leonesas, Burgos, Avila, Segovia y Soria; en total estas siete provincias tienen una poblaci¨®n de derecho de 2.515.980 habitantes, lo que supone el 6,54% del total nacional. El PNV se sit¨²a como primer partido en Guip¨²zcoa y Vizcaya. Convergencia? Uni¨® solamente gana en una de las cuatro provincias catalanas, Gerona (v¨¦ase mapa).
Distribuci¨®n geogr¨¢fica
Si analizamos la distribuci¨®n geogr¨¢fica de los sitios en los que el PSOE ha conquistado la mayor¨ªa absoluta, encontramos que este hecho se ha producido en todas las provincias de Andaluc¨ªa, en todas las de Extremadura, en Murcia, en Albacete, en las dos provincias m¨¢s pobladas de la comunidad valenciana: Alicante y Valencia; en Madrid y en Asturias.
Este trabajo se presenta como una serie de art¨ªculos (ocho en total), en los que se analiza la evoluci¨®n electoral de los municipios mayores de 20.000 habitantes, agrupados por comunidades aut¨®nomas. En el primero y presente art¨ªculo hacemos una referencia de la evoluci¨®n electoral de los partidos con representaci¨®n parlamentaria a nivel global y general en Espa?a, en el per¨ªodo 19791982. En d¨ªas sucesivos incluiremos las siguientes consultas: elecciones generales de 1977-79, auton¨®micas en las comunidades donde se han celebrado y las ¨²ltimas generales del 28 de octubre de 1982.
Ha sido necesario presentar m¨¢s de una comunidad aut¨®noma en los art¨ªculos que aparecer¨¢n en los d¨ªas sucesivos. La agrupaci¨®n es la siguiente: Andaluc¨ªa-Ceuta-Melilla. Catalu?a-Baleares. Pa¨ªs Valenciano-Arag¨®n. Castilla Le¨®n-La Rioja-Cantabria-Castilla la Mancha. Madrid-Extremadura. Canarias-Murcia. Galicia-Asturias-Pa¨ªs Vasco-Navarra.
Fuentes: Ministerio del Interior (los datos de los resultados globales de 1982 corresponden a los publicados por EL PAIS el domingo 31 de octubre). INE. Elaboraci¨®n propia.
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