Gdansk espera la vuelta de Lech Walesa
El l¨ªder sindical polaco Lech Walesa era esperado anoche en su casa en Gdansk, ante la que se hab¨ªan concentrado desde primeras horas del d¨ªa centenares de personas. El padre Henryk Jankowski, confesor y amigo personal de? dirigente de Solidaridad, liberado el pasado viernes despu¨¦s de once meses de cautiverio, se encontraba desde primeras horas de la tarde en el domicilio de Walesa, donde declar¨® que no conoc¨ªa exactamente las intenciones de? hombre al que toda Polonia espera con expectaci¨®n. "Bien vendr¨ªa a o¨ªr misa en mi iglesia (Jankowski es capell¨¢n de los astilleros Lenin de Gdansk), o bien iremos juntos a. Czestochowa (al santuario de la Virgen Negra de esa localidad)", explic¨®.
Tras su salida de Arlamowo, Lech Walesa se traslad¨® el pasado viernes hasta alg¨²n lugar desconocido de Varsovia, pero se ignora si se lleg¨® a entrevistar con el jefe del Gobierno polaco, general Wojciech Jaruzelski, tal como anunci¨® en Madrid el representante polaco en la Conferencia sobre Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa, Wlodzimierz Konarski.El misterio que rodea a la liberaci¨®n de Walesa, incluyendo la discreci¨®n m¨¢s absoluta de las autoridades militares, parece confirmar que el acontecimiento forma parte de un importante plan pol¨ªtico al que no es ajena la Iglesia. Por un lado, est¨¢ claro que la decisi¨®n, es un gesto de buena voluntad destinado tanto a la poblaci¨®n como a Occidente.
El precio de la libertad
El interrogante es a qu¨¦ precio ha sido obtenida la liberaci¨®n de Walesa y cu¨¢les son los t¨¦rminos exactos de la negociaci¨®n que, con toda probabilidad, se ha llevado a cabo entre el Estado y la Iglesia con, intenci¨®n de alcanzar un acuerdo nacional. La reciente coincidencia de fechas claves no deja lugar a dudas de que esa negociaci¨®n ha existido. El mismo d¨ªa -lunes pasado- que Lech Walesa escribi¨® al general Jaruzelski para proponerle una entrevista, el primado de la Iglesia polaca, Jozef Glemp, se reuni¨® con el jefe del Gobierno para fijar la visita del Papa a su tierra natal, el 18 de junio de 1983. Dos d¨ªas despu¨¦s fracas¨¦ la huelga general convocada para esa fecha por Solidaridad. La respuesta a este interrogante, seg¨²n muchos observadores, se encuentra en el Vaticano, adonde Glemp viaj¨® antes de su encuentro con Jaruzelski.
La liberaci¨®n supone, por otra parte, un rev¨¦s para los dirigentes sindicales partidarios de mantener a Solidaridad en la clandestinidad.
Evidentemente, va a ser dif¨ªcil que personas como Zbigniew Bujak, jefe de la Comisi¨®n Provisional de Coordinaci¨®n (TKK) -que ha ejercido como director del sindicato desde la proclamaci¨®n del estado de sitio-, pueda seguir hablando en nombre de Solidaridad.
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