EE UU respalda el gran inter¨¦s de Marruecos en un t¨²nel que una Africa con Europa
El enlace fijo entre Africa y Europa por el Estrecho de Gibraltar, proyecto acariciado durante m¨¢s de un siglo, no s¨®lo puede ser ya factible desde el punto de vista t¨¦cnico, econ¨®mico y jur¨ªdico. Eso, seg¨²n la voz de los principales intereses en juego, queda cada vez m¨¢s confirmado a?o tras a?o por los avances tecnol¨®gicos y el desarrollo econ¨®mico. La inc¨®gnita era y es cu¨¢ndo y c¨®mo poner manos a la obra. Pero ahora, EE UU quiere ayudar a despejar tales variables. Norteam¨¦rica tiene bazas geopol¨ªticas para ello, como a?adir a los tr¨¢ficos de personas y mercanc¨ªas conductos energ¨¦ticos que compitan en Europa con el gas siberiano y, de paso, contribuir a una soluci¨®n para el Sahara y reforzar el flanco sur de la OTAN.
Para diversos expertos en el proyecto no pas¨® inadvertida, durante el reciente coloquio internacional sobre su factibilidad, la presencia de un alto cargo de la Embajada de EE UU en Madrid. El representante norteamericano hizo una intensa labor de pasillos entre el medio centenar de delegados de diversos pa¨ªses europeos, organismos internacionales y Comunidad Econ¨®mica Europea que asistieron, desde el 9 al 13 del presente mes, al coloquio, junto a centenar y medio de espa?oles y otros tantos marroqu¨ªes.
A?adir gasoductos
Seg¨²n fuentes espa?olas y marroqu¨ªes, el diplom¨¢tico estadounidense dio a entender un gran inter¨¦s en aprovechar el enlace para tuber¨ªas de gas. Al tiempo que puede as¨ª incrementarse la rentabilidad econ¨®mica del proyecto, participar¨ªan del mismo Argelia y Nigeria. En el primer caso, podr¨ªa ahorrarse, con ganancias adicionales, el gasoducto Segamo, para el cual hay formado un consorcio Argelia-Espa?a-Francia, aunque ni siquiera existe proyecto final. Los env¨ªos de Nigeria a Europa, como los argelinos, se realizan en barco, con mayores costes y menor continuidad en los abastecimientos.Si se llegaran a salvar los recelos que suscita en el vecindario geogr¨¢fico el decidido apoyo de la Administraci¨®n Reagan a Marruecos, la hipot¨¦tica participaci¨®n de Argelia tendr¨ªa doble efecto, a juicio de las fuentes espa?olas. Por una parte, introducir¨ªa en Europa un elemento de competencia con el gas sovi¨¦tico que llegar¨¢ desde Siberia por las tuber¨ªas actualmente en instalaci¨®n. Paralelamente-, Argelia y otros pa¨ªses eventualmente llamados a sacar beneficios del enlace reducir¨ªan la influencia sovi¨¦tica en Africa, mientras EE UU asegura suministros a la zona sur de la OTAN
Conseguir la aproximaci¨®n de Argelia supondr¨ªa contribuir a solucionar su contencioso con Marruecos sobre el Sahara. En la operaci¨®n, EE UU encontrar¨ªa el aliciente de poder aprovechar la moderaci¨®n del sucesor de Bumedi¨¢n en Argel para impedir que termine arrastrado por su impulsivo colega de Libia.
Los marroqu¨ªes se han preocupado ¨²ltimamente en resaltar que el proyecto excede la bilateralidad con Espa?a, pues implicar¨ªa a dos continentes, algunos de cuyos pa¨ªses ya han mostrado deseos de apoyar el enlace. Marruecos ha desplazado as¨ª a Espa?a en el papel hist¨®rico de principal promotor, e impuls¨® durante la pasada d¨¦cada la formaci¨®n de comisiones de trabajo y declaraciones conjuntas, que han desembocado en respectivas empresas p¨²blicas para el estudio del proyecto, el coloquio celebrado hace dos a?os en T¨¢nger y el de Madrid. Adem¨¢s de tener informada a su opini¨®n p¨²blica con la intensidad de los reg¨ªmenes diestros en las artes de desviar la intenci¨®n hacia objetivos exteriores, el reino marroqu¨ª ha enviado al coloquio de Madrid una delegaci¨®n que ha sorprendido por su tama?o e ilusi¨®n a los espa?oles. Un pr¨ªncipe -Mulay Hasan, primo del rey-, dos ministros, numerosos altos cargos y representantes de los partidos pol¨ªticos parlamentarios acompa?aron a los estudiosos durante las cinco jornadas, para seguir una bater¨ªa de ponencias eminentemente t¨¦cnicas.
Por el contraste entre el ambiente marroqu¨ª y la poca prisa espa?ola, fuentes del vecino del sur afirmaron que recibir¨ªan distinto trato "si nuestro ministro de turno trajera sardinas en el bolsillo". Y es que los marroqu¨ªes, quienes han incluido el t¨²nel en estas ¨²ltimas negociaciones con Espa?a, parecen creer que los espa?oles todav¨ªa recelan del moro y lo ¨²nico que buscan es mantener los 1.300 barcos pesqueros faenando en sus aguas territoriales. Quiz¨¢ por ello, seg¨²n medios diplom¨¢tico espa?oles han acostumbrado a celebrar todos los momentos de negociaci¨®n bilateral con apresamiento de pesqueros. La ¨²ltima redada afect¨® a dos docenas de barcos, al d¨ªa siguiente de las elecciones. Portavoces marroqu¨ªes han rechazado que la medida tenga alguna relaci¨®n con la victoria del PSOE, pues afirman que el tercermundismo socialista -contra las extendidas interpretaciones en contrario- puede mejorar la relaciones, y que los apresamientos siempre han respondido a infracciones de las normas de pesca.
Pocos avances
El coloquio de Madrid, sin embargo, no ha ofrecido sustanciales avances con respecto al de T¨¢nger, salvo en confirmar la preferencia del t¨²nel sobre otras variantes. Podr¨ªa ser construido en poco m¨¢s de cinco a?os y exigir¨ªa hoy por encima de los 2.000 millones de d¨®lares de presupuesto (casi un cuarto de bill¨®n de pesetas). Es la posibilidad que ofrece mejor adaptaci¨®n posterior de gasoductos u otras conducciones energ¨¦ticas o de telecomunicaci¨®n sin crear conflictos o necesitar consenso de muchas naciones por impedir el tr¨¢fico mar¨ªtimo.Seg¨²n fuentes marroqu¨ªes, la zona de influencia del t¨²nel se extender¨ªa a toda Europa occidental -sobre todo si Espa?a entra en la CEE- y a veintitr¨¦s pa¨ªses africanos para el tr¨¢fico de mercanc¨ªas, aunque sus efectos en el tr¨¢fico de pasajeros se reducir¨ªan en Africa a seis naciones (Marruecos, Argelia, Tunicia, Mauritania, Senegal y Gambia).
Ello es capaz de mover inmensos intereses econ¨®micos y geopol¨ªticos, ante los cuales, el efecto del proyecto en el turismo espa?ol o en la zonas productoras de c¨ªtricos pasar¨ªan a ser cap¨ªtulos marginales, aunque no tanto los intereses del tr¨¢fico mar¨ªtimo por el Estrecho.
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