Las expectativas sobre la devaluaci¨®n de la peseta retienen en el extranjero importantes capitales espa?oles
Miles de millones de pesetas en divisas est¨¢n depositados en el extranjero a la espera de una devaluaci¨®n de nuestra moneda que puede proporcionar, si llega a producirse, ping¨¹es beneficios para sus propietarios. La operaci¨®n, en la que no s¨®lo est¨¢n participando especuladores profesionales, responde y contribuye, a un tiempo, a la p¨¦rdida de reservas internacionales de Espa?a (que puede superar los 3.000 millones de d¨®lares en 1982) y a los intereses de determinados sectores financieros que quieren forzar al pr¨®ximo Gobierno socialista a la adopci¨®n de un plan de estabilizaci¨®n.
Intereses diversos coinciden ahora, por razones y objetivos a veces contrapuestos, en favorecer o dificultar la devaluaci¨®n de la peseta. Una gesti¨®n econ¨®mica desafortunada en los ¨²ltimos meses, un marco internacional con numerosos pa¨ªses en quiebra o pr¨®ximos a ella, la irresistible ascensi¨®n del d¨®lar y las incertidumbres que para muchos plantea la victoria socialista, proporcionan suficiente bagaje te¨®rico para justificar una determinada soluci¨®n o la contraria.La fuerte p¨¦rdida de reservas internacionales sit¨²a a nuestro pa¨ªs, seg¨²n algunos expertos, en unas condiciones de liquidez peores a las del mes de julio de 1977 (antes de los Pactos de la Moncloa y de la devaluaci¨®n), en que la cobertura de pagos internacionales era inferior a dos meses (1,96 meses, exactamente). Expertos contrarios a la devaluaci¨®n sostienen, sin embargo, que este c¨¢lculo no es real, ya que se hace relacionando las reservas con las importaciones, y que nuestra cobertura de pagos internacionales -calculando la relaci¨®n reservas-d¨¦ficit de la balanza de pagos- supera los treinta meses.
Las primeras fuentes citadas discuten, por su parte, esta ¨²ltima cifra, ya que hoy no hay seguridad de cobrar algunas exportaciones. M¨¢s all¨¢ de la discusi¨®n acad¨¦mica, parece racional que la cobertura de pagos internacionales de nuestro pa¨ªs se mueve entre ambas cifras.
La pugna de intereses es tan fuerte, y se est¨¢ ejerciendo en tantos ¨¢mbitos (Administraci¨®n, instituciones financieras, Prensa) ha empezado a generar recelos y divisiones en el seno del propio partido socialista. La pol¨ªtica econ¨®mica dise?ada por el Partido Socialista Espa?ol (PSOE) a lo largo de este a?o, que en ning¨²n caso plantea la estabilizaci¨®n econ¨®mica y la devaluaci¨®n de la peseta, est¨¢ siendo ya cuestionada de forma soterrada por personas con gran influencia sobre alguno de los principales dirigentes socialistas. Documentos filtrados por alguna instituci¨®n oficial, dando consejos sobre la pol¨ªtica a seguir en 1983, apuntan en este sentido.
Intereses y argumentos pro estabilizaci¨®n
El grueso de la p¨¦rdida de reservas (tan s¨®lo en octubre han salido m¨¢s de 1100 millones de d¨®lares, mientras que a lo largo de todo el a?o 1981 se perdieron 757 millones de d¨®lares) se est¨¢ produciendo por meros m¨®viles especulativos en torno a la peseta.Los beneficiarios de una devaluaci¨®n son: exportadores que subvaloran sus facturaciones oficiales o retrasan la repatriaci¨®n del importe de sus ventas; importadores que engordan las facturaciones oficiales de sus compras y colocan divisas en el exterior o adelantan pagos a proveedores; solicitudes de licencia de importaci¨®n y compra de seguros de cambio para pago de futuras importaciones; empresas que sustituyen la financiaci¨®n exterior que disfrutaban por financiaci¨®n interior; renuncia a la financiaci¨®n de proveedores extranjeros; e incremento de las inversiones espa?olas en el exterior.
La banca, en caso de una devaluaci¨®n, correr¨ªa una suerte diferente seg¨²n la entidad de que se trate. Los beneficios o las p¨¦rdidas que depara la devaluaci¨®n est¨¢n en funci¨®n de la ¨ªndole de las actividades empresariales del banco.
No obstante, no todos los que propugnan un plan de estabilizaci¨®n est¨¢n ocultando intereses particulares de lucro. De ah¨ª lo complejo de la situaci¨®n. Hay quien piensa que hay que sanear dr¨¢sticamente la econom¨ªa de este pa¨ªs, aunque a corto plazo se incremente a¨²n m¨¢s el desempleo y se reduzca el poder adquisitivo de asalariados y consumidores, como ¨²nica salida de futuro.
Los objetivos ser¨ªan corregir defectos estructurales, sanear la balanza de pagos y reducir la inflaci¨®n. Para ello propugnan un tipo de cambio real de nuestra divisa, que en la actualidad se encuentra artificialmente sobrevalorada con respecto al d¨®lar.
Oposici¨®n a devaluar
La devaluaci¨®n, seg¨²n los que se oponen a ella, a cambio de beneficiar a los sectores citados ("ser¨ªa premiar sus actividades especulativas") perjudicar¨ªa a las empresas que tienen deudas en divisas y a los consumidores. La situaci¨®n econ¨®mica internacional, con m¨²ltiples pa¨ªses con serias dificultades para hacer frente al pago de sus compras, cuestiona los argumentos tradicionales de que una devaluaci¨®n favorecer¨ªa nuestras exportaciones; al tiempo que se incrementar¨ªan los costes de determinadas importaciones -como las de los crudos-, a las que no se puede renunciar, con la secuela multiplicadora sobre la inflaci¨®n.Los costos sociales de un plan de estabilizaci¨®n, en un pa¨ªs con m¨¢s de dos millones de parados y tras varios a?os con una pol¨ªtica de contenci¨®n salarial, ser¨ªan dif¨ªcilmente sostenibles, a juicio de quienes se oponen al mismo, por un Gobierno socialista. La ¨²nica soluci¨®n, para estos sectores, es combinar algunos ajustes del aparato productivo con un ligero crecimiento que favorezca creaci¨®n de empleos.
Para algunos expertos independientes en ning¨²n caso se debe devaluar de forma brusca, ya que se producir¨ªan efectos contrarios a los deseados, aunque s¨ª habr¨ªa que ir de forma paulatina hacia un cambio real de la peseta.
La no devaluaci¨®n obligar¨ªa a retornar buena parte de los capitales sacados del pa¨ªs en los ¨²ltimos meses con fines especulativos y acrecentar¨ªa la confianza internacional en Espa?a, siempre que esta pol¨ªtica fuera acompa?ada de la exposici¨®n de un plan econ¨®mico claro y racional que de alg¨²n modo contara con el benepl¨¢cito (al igual que han hecho Italia o el Reino Unido) de los organismos internacionales tipo FMI.
La existencia de reservas de oro y moneda no convertible por un valor en torno a los 5.000 millones de d¨®lares permitir¨ªa, a juicio de estos expertos, acceder a un cr¨¦dito internacional de un montante de 3.000 millones o 4.000 millones de d¨®lares con los que hacer frente a la fuerte p¨¦rdida de reservas y a quienes presionan para lograr una devaluaci¨®n brusca de la peseta.
Seg¨²n estas fuentes, habr¨ªa que frenar tambi¨¦n la fuga de capitales reduciendo la tasa de crecimiento de las disponibilidades l¨ªquidas a lo estrictamente necesario.
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