La devaluaci¨®n de la peseta ha incrementado en 7.000 millones de pesetas las deudas de Explosivos R¨ªo Tinto
La reciente devaluaci¨®n de la peseta ha generado un incremento en las deudas de Uni¨®n Explosivos R¨ªo Tinto (ERT) del orden de 7.000 millones de pesetas. Esta cifra viene a incrementar la ya abultada deuda de esta compa?¨ªa, que s¨®lo en el cap¨ªtulo de acreedores bancarios, actualmente en proceso de estudio para su reestructuraci¨®n, alcanzaba la cifra de 119.241 millones de pesetas. Para esta misma ma?ana est¨¢ prevista la firma de una l¨ªnea de financiaci¨®n adicional a ERT por importe de 10.000 millones de pesetas, en la que participar¨¢n la totalidad de los bancos acreedores nacionales, con la excepci¨®n del Central, junto con la mayor parte de las entidades extranjeras que completan su lista de prestamistas.
De estos 10.000 millones de pesetas, destinados a hacer posible la supervivencia de ERT hasta que en el pr¨®ximo mes de marzo sea presentado un plan de refinanciaci¨®n, a los distintos agentes econ¨®micos interesados en su futuro, 3.000 fueron adelantados hace dos semanas para hacer posible el pago de una importaci¨®n de crudo, que de otra forma hubiese sido retenido en origen.Estos 10.000 millones de pesetas aparecen divididos en dos tramos de 5.000 millones cada uno. El primero de ellos deber¨ªa ser cubierto por las distintas entidades de cr¨¦dito en funci¨®n del volumen de sus riesgos en descuento de papel comercial a 31 de octubre de 1982, lo que pr¨¢cticamente limitaba estas aportaciones a la banca nacional, ya que los banqueros extranjeros pr¨¢cticamente no realizan operaciones de este tipo. El otro tramo deber¨ªa ser cubierto en funci¨®n de los riesgos totales (suma de descuento y pr¨¦stamos puros) de cada una de las entidades acreedoras.
Esta decisi¨®n del comit¨¦ de acreedores fue justificada en su d¨ªa como una demostraci¨®n del inter¨¦s y la confianza que ten¨ªan los acreedores bancarios nacionales en el futuro de la compa?¨ªa.
Sin embargo, los primeros problemas surgieron pronto. El Banco Central, entre las entidades espa?olas, y la Banca Worms del paquete de acreedores extranjeros, se mostraron desde un principio poco proclives a ser incluidos en la masa gen¨¦rica de, acreedores, y se negaron rotundamente a facilitar m¨¢s financiaci¨®n a ERT. La Worms ha llegado incluso a ordenar la detenci¨®n de buques de la flota de ERT tan pronto como tocaban puertos de pa¨ªses adheridos al tratado de La Haya. Dos retenciones de este tipo se han producido desde que ERT anunci¨® su decisi¨®n unilateral de suspender la amortizaci¨®n de sus pr¨¦stamos y atender s¨®lo al pago de los intereses devengados hasta que se estableciese un programa integral de refinanciaci¨®n de sus obligaciones de pago.
Los 3.000 millones que hubieron de ser facilitados a toda prisa, correspond¨ªan al primer tramo; es decir, al que deb¨ªan cubrir las entidades nacionales. En aquella negociaci¨®n ya quedaron bastante claras las cuatro posturas en las que a lo largo de la negociaci¨®n han acabado cristalizando los planteamientos de las distintas entidades.
El primer lugar aparecen los bancos aparentemente m¨¢s interesados en conseguir que todo el proceso negociador llegue a buen t¨¦rmino. Entre este grupo de entidades podr¨ªa destacarse al Aresbank y al Urquijo.
Un segundo grupo ser¨ªa el constituido por los bancos que no quieren iii oir hablar de los problemas de ERT. Ni aceptar en principio eI aplazamiento unilateral del pago de las deudas, ni aportar ninguna ayuda adicional a trav¨¦s de nuevas l¨ªneas de descuento. Las dos entidades m¨¢s caracterizadas de las que mantienen esta postura posiblemente son los citados Central y Worms.
A continuaci¨®n se ha extendido una tercera postura, en la que se integran Banesto, Vizcaya y Herrero, que b¨¢sicamente consiste en aportar la ayuda adicional que actualmente se les demanda, aceptar la moratoria en la amortizaci¨®n de las deudas de ERT, pero no firmar el compromiso gen¨¦rico de refinanciaci¨®n. Esta postura podr¨ªa intentar preservar a las entidades que la mantienen del riesgo de tener que realizar nuevas aportaciones adicionales a las actualmente prev¨ªstas.
Por ¨²ltimo aparece la postura conciliadora y de aceptaci¨®n de los acuerdos que se est¨¢n negociando en la comisi¨®n de acreedores.
Un cambio en las garant¨ªas
Pero los problemas que han venido dilatando la firma del acuerdo de financiaci¨®n han tenido m¨¢s causas, y sobre todo de m¨¢s peso que la propia falta de entendimiento entre las entidades acreedoras. Los 3.000 millones primeros, ya aportados, contaban como garant¨ªa con 1.259 millones de pesetas materializadas en unas letras de cambio con que contaba ERT de los compradores de los pisos de la urbanizaci¨®n que est¨¢ promocionando en los alrededores de Madrid, y que se conoce como Ciudad 2.000. La propia empresa prometi¨® aportar garant¨ªas adicionales hasta cubrir por completo los 15.000 millones de pesetas iniciales, y que corresponden al llamado tramo A.Una vez facilitados los 3.000 millones de pesetas iniciales, ERT, o mejor dicho sus representantes ante la comisi¨®n de acreedores, la firma norteamericana de asesoramiento empresarial Lemhan Brothers, replante¨® la cuesti¨®n de las garant¨ªas y manifest¨® la decisi¨®n de desplazarlas hacia el tramo B de las nuevas aportaciones.
Esta posibilidad puso en tensi¨®n a los acreedores espa?oles con mayor participaci¨®n en las l¨ªneas de descuento de papel comercial, que ve¨ªan como sus nuevas aportaciones quedaban sin ning¨²n tipo de cobertura. Tras una serie de reuniones bastante tensas que culminaron el pasado martes, los acreedores nacionales consiguieron de ERT un compromiso por el que se afectan los futuros pagos de Campsa por pago de crudos a la cobertura de este primer tramo de nueva financiaci¨®n.
En cuanto al tramo B se ofrecieron los 1.259 millones de letras m¨¢s 2.000 millones de pesetas adicionales en garant¨ªas hipotecarias.
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