"Nadie va a dar lecciones de libertad a un Gobierno socialista"
Pregunta. La pol¨ªtica "compensatoria" de que se habla en el programa electoral del PSOE figuraba en los proyectos de todos los ministros de Educaci¨®n de los ¨²ltimos Gobiernos centristas, aunque tal vez ¨¦sta se redujo, en el mejor de los casos, a la aprobaci¨®n de determinadas partidas presupuestarias para zonas geogr¨¢ficas deprimidas. ?En qu¨¦ va a consistir esa pol¨ªtica de ahora en adelante?Respuesta. Esta pol¨ªtica compensatoria, que es una expresi¨®n creada para subrayar el objetivo de la igualdad de oportunidades superando las diferencias de origen social y que luego la derecha ha desvirtuado, se inscribe dentro del objetivo m¨¢s amplio de garantizar el derecho de todos a la educaci¨®n. Yo la veo dentro de dos grandes l¨ªneas: por una parte, la de reorientar y potenciar la pol¨ªtica de becas y, por otra, la de crear unas zonas de actuaci¨®n prioritarias. Nuestros estudios demuestran que el sistema actual, parad¨®jicamente, favorece m¨¢s a quienes menos lo necesitan, hasta tal punto que puede afirmarse que de cada cinco becas que se adjudican actualmente, s¨®lo una va a parar a manos de familias verdaderamente necesitadas. L¨®gicamente, un Gobierno socialista tiene la obligaci¨®n de corregir esto. Pero, adem¨¢s, vamos a aumentar las asignaciones presupuestarias para becas, que actualmente suponen unos 12.000 millones de pesetas.
En cuanto a la segunda l¨ªnea de acci¨®n, se trata de desarrollar un tipo de pol¨ªtica compensatoria que incide directamente en zonas y sectores sociales desprivilegiados, semejante a las ¨¢reas prioritarias de educaci¨®n brit¨¢nicas y que el Gobierno Mitterrand ha puesto en funcionamiento tambi¨¦n en Francia. Se trata de actuar de forma m¨¢s intensa en ¨¢reas deprimidas, estimadas en t¨¦rminos de indicadores de paro, de analfabetismo, de privaci¨®n de servicios sociales b¨¢sicos, de tasas de desescolarizaci¨®n elevadas... Yo creo que estas dos l¨ªneas de actuaci¨®n deber¨ªan de traducirse en medidas legislativas concretas en los primeros meses de 1983.
P. Tambi¨¦n el programa de ampliaci¨®n de la escolarizaci¨®n en el nivel de preescolar ha figurado en los planes de los ministerios de Educaci¨®n centristas, pero todo el mundo sabe lo dif¨ªcil que resulta todav¨ªa encontrar plazas gratuitas para los ni?os de cinco a?os, dificultad que se agiganta cuando se trata de los de cuatro.
R. Estamos absolutamente decididos a multiplicar las partidas presupuestarias dedicadas a ampliar la oferta escolar en el tramo de cuatro y cinco a?os. No puedo hacerle mayores precisiones en este momento porque es materia de la pr¨®xima ley de Presupuestos, pero puedo anticiparle que el objetivo es incrementar sustancialmente la escolarizaci¨®n de losni?os de esta edad.
P. Tanto como el problema de la escolarizaci¨®n tal vez interese saber si el Gobierno socialista va a asumir el car¨¢cter educativo del per¨ªodo anterior a la EGB.
R. En efecto, proyectamos plasmar en una futura ley de Escuelas Infantiles nuestra filosof¨ªa sobre el particular, que, como usted sabe, parte de la convicci¨®n de que las instituciones que se ocupan de la atenci¨®n a los ni?os en el per¨ªodo anterior a su ingreso en el nivel obligatorio de la ense?anza son, fundamentalmente, instituciones educativas, con independencia de su car¨¢cter asistencial.
P. ?Y la escolarizaci¨®n en el tramo de los catorce y quince a?os? Con mayor precisi¨®n todav¨ªa, ?qu¨¦ clase de educaci¨®n es en la que se piensa? Porque la simple ampliaci¨®n de la escolaridad no resuelve el problema social que representa la existencia de un n¨²mero considerable de adolescentes sin trabajo y sin ense?anza.
R. Estoy plenamente de acuerdo con su observaci¨®n. El problema tiene diversas perspectivas. A muy corto plazo hay que desarrollar una actuaci¨®n educativa dirigida a los j¨®venes de esas edades, que no est¨¢n escolarizados y tampoco tienen trabajo, aparte de que la ley no lo permite. Esta labor tendr¨ªa que realizarse en colaboraci¨®n con el Ministerio de Trabajo y se tratar¨ªa fundamentalmente de unos cursillos educativos y de orientaci¨®n hacia el empleo. A m¨¢s largo plazo, lo que importa es la renovaci¨®n del propio contenido de las ense?anzas. Las cr¨ªticas al BUP son de sobra conocidas. Se trata de unas ense?anzas de car¨¢cter muy te¨®rico, que parecen pensadas exclusivamente para el acceso a la universidad y que no tienen el menor engarce con el mundo del trabajo.
Por otra parte, la formaci¨®n profesional, que, a tenor de la ley general de Educaci¨®n, tendr¨ªa que haber sido el sector educativo m¨¢s desarrollado, a la postre resulta ser el m¨¢s abandonado de todo el sistema educativo. Es, por esta raz¨®n, el sector que requiere un trabajo m¨¢s intenso, enfocado hacia el objetivo de la plena escolarizaci¨®n de los j¨®venes de catorce y quince a?os en un ciclo unificado y polivalente.
Pero para que no suceda como en otros pa¨ªses, donde la ampliaci¨®n de la escolaridad hasta esas edades no ha. resuelto casi nada, hay que acompa?ar esa ampliaci¨®n con una reordenaci¨®n de las ense?anzas y con una preparaci¨®n adecuada del profesorado. La tarea no es f¨¢cil, porque el propio cambio que est¨¢ teniendo lugar dentro de la estructura ocupacional obliga a redefinir cuerpos o grupos de ocupaciones. Esto quiere decir que necesitamos una formaci¨®n profesional muy polivalente y que facilite el salto de unas ocupaciones a otras, mediante cursos espec¨ªficos, sobre la base de un tronco com¨²n. Insisto en que todo esto no puede ser tarea exclusiva del departamento de Educaci¨®n y Ciencia. Precisamente, y dicho sea de paso, hoy he estado tratando este tema con el ministro de Trabajo.
P. A prop¨®sito de la formaci¨®n profesional, existe la impresi¨®n de que hay sectores de ¨¦sta en los que la corrupci¨®n supera con creces el modelo tradicional de Televisi¨®n Espa?ola.
R. Creo que una de las tareas que tenemos que abordar de manera m¨¢s inmediata es el estudio de la situaci¨®n de la formaci¨®n profesional para saber qu¨¦ est¨¢ pasando. Es decir, cu¨¢les son los grados de pluriempleo, de cumplimiento en materia de dedicaciones, horarios y programas, de medios inadecuados...
P. En el programa de pol¨ªtica educativa del PSOE aparece el proyecto de acometer el tema de la educaci¨®n especial desde los postulados de la integraci¨®n. ?No cree que existe el riesgo de trivializar esta cuesti¨®n y que la integraci¨®n de la educaci¨®n especial en la escuela convencional requiere una mejora sustancial de ¨¦sta?
R. Comparto plenamente esa idea. El programa de integraci¨®n o se hace con seriedad o puede crear profundas dif¨ªcultades. Se debe contar con un profesorado efectivamente preparado para absorber al alumnado que presenta dificultades espec¨ªficas, para que la integraci¨®n resuelva los defectos que hoy d¨ªa origina una educaci¨®n especial basada fundamentalmente en la segregaci¨®n. Pero estas dificultades no afectan al objetivo de una ense?anza no discriminatoria.
P. Es sabido el enorme prestigio de los profesores formados por la acci¨®n de gobierno de la izquierda. durante los breves per¨ªodos en que ¨¦sta dispuso del poder en la II Rep¨²blica. ?El Gobierno socialista va a impulsar la renovaci¨®n del profesorado con un esp¨ªritu parecido?
R. Yo creo que el profesorado se encuentra inmerso en unas dificultades objetivas. Que es un profesorado que ha estado marginado en muchos aspectos, que ha permanecido aislado, y de ah¨ª su des¨¢nimo. Yo tengo que ser realista y partir de la idea de que hay que ir por delante y resolver cuestiones de orden material sin las cuales no se pueden pedir demasiados entusiasmos. Aunque tambi¨¦n es verdad que se trata de recuperar un esp¨ªritu que no est¨¢ ¨²nicamente relacionado con medidas de orden estrictamente material.
Y as¨ª, un magisterio que se da cuenta de que hay un Gobierno para el que la educaci¨®n representa uno de los pilares fundamentales de su pol¨ªtica se sentir¨¢ necesariamente identificado con el Gobierno y con su pol¨ªtica educativa. Si adem¨¢s ese Gobierno y su ministro de Educacion proporcionan f¨®rmulas de participaci¨®n a los profesores en la elaboraci¨®n de las alternativas educativas, m¨¢s razones a¨²n para la motivaci¨®n. Si ese Gobierno y el Ministerio de Educacion van resolviendo agravios comparativos importantes o viejos temas pendientes, como pueden ser los de retribuciones, horarios, reconocimiento de las especializaciones como f¨®rmula preferente para el acceso a plazas docentes concretas..., de nuevo mejor. Y si adem¨¢s ese Gobierno y el Ministerio de Educacion consiguen conectar con todo el movimiento de renovaci¨®n pedag¨®gica que existe (m¨¢s o menos grande, pero sin duda c¨®nmayor fuerza y originalidad que.el impulsado por la iniciativa oficial), conseguiremos de nuevo dar vida a ese esp¨ªritu de regeneraci¨®n que caracteriz¨® los momentos hist¨®ricos a los que usted se refiere. Con todas esas premisas de que le hablo, estoy seguro de que se puede contar con todo ese colectivo de 300.000 profesores, que habr¨¢ recuperado su ilusi¨®n a pesar de un tan largo per¨ªodo de marginaci¨®n.
P. ?Qu¨¦ va a pasar con el Estatuto de Centros? ?Est¨¢ dispuesto el Gobierno socialista a arrostrar las consecuencias de una guerra de religi¨®n, que es al terreno al que muy probablemente llevar¨ªa cierto sector de la nueva oposici¨®n el prop¨®sito anunciado de derogar la ley de Centros para sustituirla por otra?
R. Creo que, a pesar de todos nuestros esfuerzos, no hemos conseguido precisar suficientemente los procedimientos y hasta el objetivo. El objetivo no es derogar la ley de Centros para sustuirla por otra ley que el Gobierno socialista establece, regulando la misma materia pero desde otra ¨®ptica y de tal manera que dentro de cuatro a?os esa ley pueda ser derogada a su vez si accede otra opci¨®n pol¨ªtica al Gobierno. De lo que se trata es de superar una interpretaci¨®n, muy sectaria que el actual Estatuto de Centros da a aspectos muy importantes de la ense?anza, interpretaci¨®n que en parte ha sido declarada ya inconstitucional, como sucede con el art¨ªculo 18 y parcialmente con el 34. Se trata tambi¨¦n de incluir en la nueva regulaci¨®n materias que no est¨¢n tratadas en la ley org¨¢nica de Estatuto de Centros y que ya he se?alado en bastantes ocasiones: el propio tema de la financiaci¨®n, el de la libertad de c¨¢tedra, el de los derechos m¨ªnimos de todos los ciudadanos ante la ense?anza..., temas que tienen gran entidad y se hallan articulados entre s¨ª.
Hay que garantizar el respeto a la libertad de conciencia y de c¨¢tedra y al mismo tiempo garantizar la compatibilidad entre un sector p¨²blico y un sector privado. Es decir, c¨®mo compatibilizar la garant¨ªa de la no discriminaci¨®n y el pluralismo o la libertad de conciencia y de c¨¢tedra con el debido respeto al car¨¢cter propio de los centros. Estas son las cuestiones que deber¨ªan recogerse en esa norma, que no ser¨¢, por tanto, el equivalente, aunque en negativo, del Estatuto de Centros, sino algo muy distinto y que deber¨ªa de servir de base com¨²n para las distintas opciones pol¨ªticas que puedan gobernar este pa¨ªs. En definitiva, lo que vamos a intentar es sacar este tema de la ense?anza de la lucha sectaria, para que, a partir de estas bases, cada Gobierno pueda establecer sus prioridades.
P. La patronal de la ense?anza privada ha hecho p¨²blico un documento en el que afirma que necesita 180.000 millones de pesetas para permanecer. ?Qu¨¦ opini¨®n le merece al ministro de Educaci¨®n el hecho de que, coincidiendo con la formaci¨®n del primer Gobierno socialista, la principal organizaci¨®n empresarial de este sector comparezca p¨²blicamente autodefini¨¦ndose como la ense?anza libre?
R. Yo creo que la libertad que nos debe importar a todos es la de los ni?os y que la libertad no puede circunscribirse ¨²nicamente a la creaci¨®n de centros, que tambi¨¦n. Yo desde luego he simpatizado siempre con iniciativas educativas que ponen el acento en la libertad, como la Instituci¨®n Libre de Ense?anza, y formo parte de una fundaci¨®n que la prolonga en nuestros d¨ªas, la Fundaci¨®n Giner de los R¨ªos. Entonces, me importa mucho dejar muy claro que al actual ministro de Educaci¨®n, al actual Gobierno, nadie le puede dar lecciones de defensa de la libertad de ense?anza. Demasiado hemos luchado por ella cuando otros sectores acaso no estaban tan preocupados por la libertad. Precisamente por defender la libertad de expresi¨®n y por defender la libertad de ense?anza, entendida en su sentido m¨¢s profundo, que es el de la libertad de los estudiantes y de los profesores, he tenido mis problemas en el pasado. Yo estoy dispuesto a defender la libertad de creaci¨®n de centros, que est¨¢ en la Constituci¨®n. Aqu¨ª hay unos centros de iniciativa privada que pueden cumplir un servicio social, que est¨¢n dispuestos a colaborar con los objetivos educativos que se fija el Gobierno y que, por tanto, en la medida en que se integran en ese servicio p¨²blico de ense?anza reciben subvenciones del Estado. Dentro de nuestra pol¨ªtica de prioridades vamos a mantener las subvenciones y a incrementarlas con arreglo al incremento del coste de la vida. Ahora bien, lo que no se puede pretender es que se mantenga el ritmo de los ¨²ltimos a?os, en que las subvenciones al sector privado ha crecido cuatro veces m¨¢s que el presupuesto del Ministerio, en el que las inversiones han sufrido una congelaci¨®n despu¨¦s de los Pactos de la Moncloa.
P. Respecto de esa autoproclamaci¨®n de ense?anza libre, expresi¨®n que funciona en algunos otros pa¨ªses, pero que en Espa?a s¨®lo se ha utilizado para referirse a los alumnos que se examinaban en los centros oficiales sin haber asistido a clases, ?el ministro puede tranquilizar a los padres que llevan a sus hijos a la escuela p¨²blica en el sentido de que tambi¨¦n ¨¦sta va a seguir siendo una escuela libre?
R. Por supuesto que s¨ª. En la escuela p¨²blica est¨¢ garantizado el pluralismo. Est¨¢ garantizado en una democracia y va a estarlo tanto m¨¢s por un Gobierno socialista. Nadie puede dar lecciones de libertad a un Gobierno socialista ni tampoco a la ense?anza p¨²blica.
P. Tambi¨¦n figura en el programa socialista el prop¨®sito de llevar a las Cortes un nuevo proyecto de ley de Autonom¨ªa Universitaria. ?Se podr¨¢ hacer una nueva LAU sin tener que pactar l¨ªnea a l¨ªnea con todos y cada uno de los gremios universitarios?
R. Hemos dicho varias veces que lo que empez¨® siendo un proyecto de ley para posibilitar la autonom¨ªa universitaria acab¨® convirti¨¦ndose en una ley de personal. Las diversas Laus se convirtieron en leyes que pretend¨ªan dar salida a las aspiraciones de los distintos sectores de la ense?anza superior, con la peculiaridad de que se trataba de intereses contrapuestos. Nosotros no vamos a hacer una LAU de tales caracter¨ªsticas, pues el proyecto alternativo que en su d¨ªa presentamos tend¨ªa m¨¢s a dar respuesta puntual al proyecto del Gobierno de UCD. Muchos asuntos pueden sacarse perfectamente de la LAU, y eso es lo que yo pretendo hacer. As¨ª, puede haber una ley del profesorado, una ley de financiaci¨®n de la universidad, una ley de acceso a la ense?anza superior... De este modo, la LAU podr¨¢ ser lo que nunca debi¨® dejar de ser: una ley que permita a las universidades elaborar sus presupuestos, gestionar sus recursos y seleccionar y promocionar a su profesorado.
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