Las devoluciones al Reino Unido dividen a la CEE

La Comunidad Econ¨®mica Europea (CEE) entr¨® ayer en una virulenta, aunque previsiblemente corta, crisis interna, debido a un enfrentamiento entre el Consejo de Ministros y el Parlamento Europeo. La C¨¢mara consultiva de los diez, que tiene s¨®lo capacidad decisoria en cuestiones presupuestarias, rechaz¨®, pr¨¢cticamente por unanimidad (258 votos contra 79), el presupuesto extraordinario para 1982, es decir, los 850 millones de d¨®lares que deben ser devueltos este a?o al Reino Unido en virtud de un acuerdo entre los diez.El llamado problema brit¨¢nico -la excesiva aportaci¨®n del Reino Unido a las cajas de la CEE- viene envenenando las relaciones intracomunitarias desde 1979. En mayo de 1980 se logr¨® un acuerdo provisional, parcialmente renovado este verano, seg¨²n el cual los diez se comprometen a devolver ciertas cantidades a Londres. Este a?o el Gobierno conservador de Margaret Thatcher -presionado por los problemas que planteaba la guerra de las Malvinas- acept¨® una restituci¨®n algo inferior a la inicialmente exigida. Los diez, satisfechos con el acuerdo, olvidaron tal vez tomar sus precauciones frente al Parlamento Europeo, harto de que el Consejo de Ministros act¨²e sin pedir siquiera el parecer de los diputados elegidos por sufragio universal.

Este menosprecio del Consejo ha sido tal vez la causa primera del voto negativo de la C¨¢mara, reunida en Estrasburgo. Los parlamentarios europeos (excepci¨®n hecha, l¨®gicamente, de los brit¨¢nicos) han votado pr¨¢cticamente por unanimidad, independientemente de su definici¨®n pol¨ªtica, contra un presupuesto extraordinario aprobado a sus espaldas. Representantes del Consejo y del Parlamento intentaron evitar la crisis a lo largo de doce horas de negociaciones, que se prolongaron durante toda la noche. En un momento dado, el presidente del Parlamento, el socialista holand¨¦s Pieter Dankert exclam¨®: "Ustedes pretenden que renunciemos a nuestros poderes presupuestarios, aceptando sin m¨¢s un acuerdo pol¨ªtico sobre la contribuci¨®n inglesa, acuerdo en el que no hemos tomado parte. Conc¨¦dannos entonces poderes legislativos". La batalla se sit¨²a m¨¢s en un problema de principios y de vigilancia de las funciones de cada instituci¨®n de la CEE que en la cifra concreta concedida al Gobierno Thatcher.

Reacci¨®n brit¨¢nica

Conocido el resultado de la votaci¨®n, el Reino Unido reaccion¨® con acritud: cobraremos nuestro dinero, de una forma o de otra, vino a decir la primera ministra, que envi¨® r¨¢pidamente a Bruselas al canciller del Tesoro brit¨¢nico, sir Geoffrey Howe, para explicar la posici¨®n brit¨¢nica.

La mayor parte de los Gobiernos de los Estados miembros han expresado su preocupaci¨®n y disgusto por la crisis abierta en el seno de las instituciones comunitarias, aunque el ministro holand¨¦s de Asuntos Exteriores haya reconocido que el Consejo de Ministros "se ha molestado poco en mantener un di¨¢logo constructivo con el Parlamento". La Comisi¨®n Europea -¨®rgano ejecutivo de la CEE- se mostr¨® consternada, por boca del comisario Christopher Tungendhat, y celebr¨® una reuni¨®n de urgencia para estudiar c¨®mo salir del atolladero.