Abundantes psicopat¨ªas de car¨¢cter grave entre los cl¨¦rigos y religiosas de El Palmar
Los miembros de la secta religiosa de El Palmar de Troya, que dirige el papa Gregorio XVII -Clemente Dom¨ªnguez en la vida civil-, presentan psicopatolog¨ªas en proporci¨®n bastante m¨¢s elevada que otros sectores de la vida sevillana, aunque est¨¢ por determinar si estas alteraciones eran propias de su personalidad anterior o se han originado durante su estancia en las casas de la orden. Estas son las conclusiones obtenidas tras las consultas hechas por EL PAIS a m¨¦dicos, psic¨®logos y asistentes sociales del Hospital Psiqui¨¢trico de Sevilla, adonde fue trasladado la semana pasada Jos¨¦ Andr¨¦s del Valle, el joven novicio que hace un mes se cort¨® los test¨ªculos y se mutil¨® el pene en su celda.
Un psiquiatra que ha tratado a unos diez obispos, cardenales y cl¨¦rigos de El Palmar de Troya en los ¨²ltimos cuatro a?os se?alaba a este peri¨®dico que en todos los casos sufr¨ªan psicosis graves, con trastornos en la percepci¨®n de la realidad, y varios de ellos presentaban s¨ªntomas de esquizofrenia o man¨ªas depresivas. Son pacientes psic¨®ticos, pero con una particularidad: "Su p¨¦rdida de control sobre la realidad no afecta al problema religioso y a su vida en la comunidad de Clemente Dom¨ªnguez, temas sobre los que observan una autocensura total".En general, la mayor¨ªa de los religiosos de la Santa Faz que han tenido que ser trasladados al Hospital Psiqui¨¢trico o a cl¨ªnicas privadas son mujeres, y abundan, como en la propia orden, los canadienses, irlandeses y africanos. Son personas indefensas y fr¨¢giles, aunque es frecuente que tengan un nivel cultural medio o alto, que han encontrado el refugio adecuado a su religiosidad tradicional en la secta de El Palmar de Troya.
"Lo que no hay en ellos es una patolog¨ªa espec¨ªfica, es decir, una enfermedad que pudi¨¦ramos achacar a la propia existencia de El Palmar de Troya. Sus patolog¨ªas suelen ser previas al ingreso en la secta", a?adi¨® el citado psiquiatra, aunque el universo cerrado y totalitario en el que viven puede actuar como desencadenante de sus s¨ªntomas enfermizos, centrados especialmente en la disociaci¨®n y la defensa de ideas simples y sobrevaloradas. Hay que rese?ar que todos ellos han sido dados de alta -con excepci¨®n del autolesionado Del Valle, que acaba de ingresar- y han regresado a la orden o han sido expulsados por los propios dirigentes de la misma.
Problemas personales
Otras fuentes del Hospital Psiqui¨¢trico, relacionadas con el cuidado de estos internados, coinciden en destacar que se trata de ciudadanos dependientes y sugestionables, procedentes de familias ultrarreligiosas y que han sufrido problemas personales antes de acceder a la orden (es el caso del propio Jos¨¦ Andres del Valle, que hab¨ªa sido abandonado por su esposa). Una vez en su interior, el r¨¦gimen estricto de vida, los cambios constantes en el ritmo del sue?o, la confesi¨®n p¨²blica de los pecados, los ritos extra?os y la falta de alimento terminan por afectar la personalidad de muchos de ellos, que en el aspecto religioso e ideol¨®gico se mueve dentro de la dicotom¨ªa bueno-malo y en una interpretaci¨®n de la Biblia con un ¨²nico portavoz autorizado: Clemente Dom¨ªnguez, a quien se debe sin dudarlo obediencia ciega.Un hombre que fue internado recientemente en el Hospital Psiqui¨¢trico, obispo de veintid¨®s a?os procedente de Nigeria, llevaba su creencia en Clemente al extremo de negarse a hablar con cualquier otro miembro de la orden, denunciando que eran emisarios del diablo. Su fe en el papa Gregorio XVII le hizo abandonar su prop¨®sito de casarse y crear una familia en Nigeria, porque, seg¨²n ¨¦l, Clemente tuvo la revelaci¨®n, con d¨ªa y hora exacta, "de que yo deb¨ªa ser religioso". Despu¨¦s del tratamiento, y dado que no sufr¨ªa alucinaciones ni delirios, al nigeriano se le dio el alta. Cuando lleg¨® a la casa palmarina, el secretario de Estado de la secta, Manuel Alonso, le recibi¨® con estas palabras: "?Qu¨¦ pasa con ¨¦ste? ?Est¨¢ loco o no est¨¢ loco?", mascullando posteriormente: "Estos negros siempre tienen que dar la lata".
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