Daniel Cohn Bendit defiende el posibilismo moderado como la v¨ªa para cambiar la vida
El paso de Dani el Rojo por Barcelona para asistir a las jornadas culturales organizadas paralelamente al congreso de la Confederaci¨®n Nacional del Trabajo (CNT) fue breve, pero pol¨¦mico. Su intervenci¨®n provoc¨® aplausos y abucheos, adhesiones e irritaci¨®n, especialmente al referirse a la Iglesia. Daniel Cohn Bendit, l¨ªder estudiantil del mayo del 68, se define hoy como libertario y moderado "porque el posibilismo moderado es el ¨²nico capaz de cambiar la vida". Al mismo tiempo considera que la CNT se plantea problemas "de la sociedad de ayer".
Trabaja en una guarder¨ªa por las ma?anas. Por las tardes acude a la redacci¨®n de un peri¨®dico underground, que edit¨® sin autorizaci¨®n previa la versi¨®n alemana de Cr¨®nica de una muerte anunciada, de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, yendo a un juicio que acab¨® "con el editor reconociendo que nuestra traducci¨®n era mejor". Cada quince d¨ªas se traslada desde la Rep¨²blica Federal de Alemania a Par¨ªs para realizar un programa radiof¨®nico donde comenta la actualidad cultural y pol¨ªtica.Pregunta. ?C¨®mo ve el panorama cultural actual?
Respuesta. Hay un fen¨®meno muy interesante: una crisis real de alternativa a la representaci¨®n social de nuestra sociedad. El socialismo real existente no me parece un alternativa. Las ideolog¨ªas pol¨ªticas, como el anarquismo, se encuentran en situaci¨®n parecida, y el movimiento alternativo sufre una evoluci¨®n hacia una alternativa pol¨ªtica reformista, es decir, inmediata. Esto tiene una dimensi¨®n positiva: que la gente cambia su vida, su realidad concreta. Se produce una evoluci¨®n hacia lo que llamo la autonom¨ªa de la sociedad civil. Los movimientos alternativos instituyen esta tendencia a lograr la m¨¢xima autonom¨ªa.
P. Pero es un movimiento poco original, de inspiraci¨®n cl¨¢sica.
R. Es muy posible que haya un retorno a las fuentes, pero no estoy seguro de que podamos decir que eso sea una crisis de creaci¨®n Nunca hab¨ªa habido un panorama como ahora, diferenciado entre el mundo de la cultura oficial y el mundo de la creaci¨®n alternativa incluso en el cine. El movimiento de creaci¨®n cotidiana, alternativo, tiene la ventaja de que no persigue la creaci¨®n universal por el creador universal, sino la creaci¨®n m¨¢s amplia para un mayor numero de creadores: se busca una forma de vida en la que se ampl¨ªa el tiempo del ocio y se reducen las horas de trabajo, no ya a treinta horas, a veinticinco.
P. Eso apunta hacia una sociedad del ocio que no parece en modo alguno cercana.
R. La cuesti¨®n es ¨¦sta: el crecimiento se ha acabado. Todos los movimientos sociales tradicionales, como el marxismo, inspirados en el crecimiento, se han acabado tambi¨¦n. No hay soluci¨®n para escapar a la crisis. Pero habr¨¢ una reducci¨®n enorme de trabajo para ,todo el mundo, el problema es que la felicidad se vincula al poder adquisitivo. Una de las funciones de la cultura es desvincular esto. No es que defienda la pobreza, pero hay que revaluar el vivir. La concepci¨®n cultural de la pol¨ªtica se hace sobre la base del reparto de la plusval¨ªa, es decir, m¨¢s o menos, el poder adquisitivo. El problema del paro no se resolver¨¢ si no es por el reparto del trabajo. El camino para conseguirlo es no hacer m¨¢s demagogia sobre el problema de la crisis, que no es coyuntural, sino una crisis del sistema industrial s¨®lo resoluble a partir de nuevas formas de organizaci¨®n. Nuevas definiciones de lo que debe ser la vida. Muchos anarquistas me reprochan el haber adoptado una actitud revisionista. Yo les digo: "Si considerais vuestra vida cotidiana, vosotros, anarquistas tradicionales, es una vida reformista, peque?oburguesa, ?por qu¨¦ no tener la misma actitud a nivel pol¨ªtico que a nivel cotidiano? El pragmatismo reformista es lo que posibilita el verdadero cambio.
P. ?Qu¨¦ papel pueden jugar los socialistas en ese cambio?
R. Los Gobiernos socialistas son prisioneros de la ideolog¨ªa tradicional. De la ideolog¨ªa del crecimiento. No disponen de proyecto cultural. El poder socialista toma electoralmente las v¨ªas de la contestaci¨®n aparecidas en mayo del 68 pero no las integra en un proyecto de sociedad nueva.
P. ?C¨®mo habr¨ªa de ser ese proyecto cultural?
R. No puede haber un proyecto global. Estamos en un per¨ªodo hist¨®rico de incertidumbre. Hablar de proyecto global con capas de la sociedad contradictorias entre s¨ª, no conduce a nada.
P. En el movimiento de cambio parece usted dispuesto a andar del brazo incluso con la Iglesia, cosa que no ha sentado muy bien a los cenetistas.
R. Yo no he dicho nada sobre la Iglesia. Yo he hablado del nacionalismo, de que la cuesti¨®n es complicada. Lo mismo pasa con la Iglesia. La Iglesia es una cat¨¢strofe en Espa?a, pero s¨®lo es la gente que cree. Si hoy los socialistas no pueden aprobar el aborto, es por la Iglesia y porque son incapaces de imponerse, con o sin raz¨®n. Espa?a no saldr¨¢ de su prisi¨®n medieval hasta que sea capaz de asimilar la normalidad de cosas como el aborto. Pero la Iglesia no es s¨®lo un lugar de reacci¨®n. En Polonia juega el mismo papel reaccionario sobre la familia, los anticonceptivos, pero a la vez aglutina la identidad nacional, motor del antiimperialismo. Yo no soy religioso, detesto la religi¨®n, el Papa no me interesa, pero reconozco el papel de oposici¨®n jugado por la Iglesia y soy capaz de juzgar positiva y objetivamente su papel.
P. No se define usted ya como anarquista.
R. Yo no soy anarquista, sino libertario. Creo que muchos cenetistas son v¨ªctimas de una ideolog¨ªa muy cerrada y muy est¨¢tica. Citan a Bakunin y a un mundo de referencias que me parece absurdo. No tiene nada que ver con los problemas de hoy. El anarcosindicalismo se plantea problemas de la sociedad de ayer.
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