Galicia acusa de mano blanda a las autoridades pesqueras espa?olas

SEGUNDO MARI?O, La amenaza de paralizaci¨®n de la flota pesa sobre los armadores gallegos, para cuyos barcos se han cerrado las aguas portuguesas y las que est¨¢n bajo la jurisdicci¨®n de la Comunidad Econ¨®mica Europea. Si tal cosa llega a ocurrir, resultar¨¢ muy dif¨ªcil poner nuevamente los barcos en servicio a causa de la acumulaci¨®n de costes, ha advertido el director gerente de la Cooperativa de Armadores.

En aguas de la CEE faenan habitualmente 80 arrastreros con base en La Coru?a y otros 65 de Vigo, adem¨¢s de 35 palangreros vigueses y 15 m¨¢s de La Coru?a. Se dedican fundamentalmente a la pesca de gallo, pescadilla y sapo.

En las costas portuguesas son 309 los barcos gallegos que echan sus redes. Capturan sobre todo cigala, adem¨¢s de langosta, bogavante, merluza, rape y gallo. Estimaciones hechas por los propios armadores se?alan que las p¨¦rdidas diarias por falta de acuerdos con las autoridades portuguesas y comunitarias son del orden de los 35 millones de pesetas! Esta situaci¨®n afecta a unos 5.500 marineros y a otras 50.000 personas que trabajan en la tierra, datos que reflejan el alcance social de la situaci¨®n creada.

Contrapartidas

En el sector se hace evidente la preocupaci¨®n y se extiende la duda sobre la capacidad de reacci¨®n del Gobierno, que puede verse seriamente condicionado por su inter¨¦s en mantener abiertos los mercados para otras exportaciones espa?olas. La balanza de pagos francesa, al igual que ocurre con la -portuguesa, es claramente favorable a Espa?a y los armadores entienden que ellos pueden resultar los sacrificados por las cautelas que la Administraci¨®n espa?ola mantendr¨ªa para no romper su ventajosa situaci¨®n e indican que, si bien es cierto que el conjunto de la econom¨ªa espa?ola sale ganando en el intercambio con los dos pa¨ªses, esta posici¨®n no repercute en ning¨²n sector productivo gallego. Temen, en suma, pagar con su ruina el auge de otros sectores y otras regiones espa?olas.

Los armadores gallegos intentaron, sin ¨¦xito, que se les autorizase a pescar en los caladeros de Galicia una vez que se retiraron de ellos los pesqueros portugueses. La Administraci¨®n no accede a esta petici¨®n por entender que supondr¨ªa arrasar los propios caladeros.

Hay acusaciones concretas de blandura hacia los responsables de la pol¨ªtica pesquera espa?ola y los armadores se muestran partidarios de un endurecimiento. "Hay que ser un poco m¨¢s duros y dar alg¨²n cap¨®n a alg¨²n pa¨ªs para despabilarlo", declar¨® el director gerente de la Cooperativa de Armadores, Enrique L¨®pez Beiga. Se tratar¨ªa de exigir el cumplimiento del convenio firmado en 1969 por ambos pa¨ªses, con veinte a?os de vigencia, que permite que los pesqueros de Espa?a y Portugal faenen entra las seis y doce millas de las respectivas jurisdicciones. Esta medida, entienden, ser¨ªa irreprochable desde el punto de vista del derecho internacional, pero producir¨ªa sin duda un serio enfrentamiento de imprevisibles consecuencias.

Por otra parte, los armadores entienden que caben f¨®rmulas diversas para presionar sobre nuestros vecinos y lograr una reapertura de sus mares. Piden en concreto que Espa?a cierre sus fronteras al pescado procedente de la CEE y Portugal porque, al faltar el espa?ol, se vende a precios m¨¢s altos de lo normal. Se estima que Portugal exporta a nuestro pa¨ªs 1.230 toneladas diarias de pescado, parte del cual entra de forma fraudulenta, ya que pagan aranceles por las especies m¨¢s baratas, como la sardina y el jurel y el contenido de las cajas es de especies nobles.