Los 'verdes' alemanes moderan su programa para intentar acceder al Parlamento
El partido verde (ecologistas y pacifistas) de la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA) opt¨® por la v¨ªa de las reformas razonables con el prop¨®sito de asegurarse su entrada en el Bundestag (Parlamento) el pr¨®ximo 6 de marzo y ha dejado para m¨¢s adelante la aniquilaci¨®n de la sociedad capitalista, al finalizar su congreso en Sindelfingen, barriada de Stuttgart. "No podemos ignorar por m¨¢s tiempo la angustia de los millones de parados que nos rodean", afirm¨® Eckerhert Stracmann, l¨ªder del ala moderada del partido, que obtuvo un amplio apoyo de los 700 delegados. "Es necesario proponer algo a esta gente", a?adi¨®, "porque los socialdem¨®cratas de Helmut Schmidt y los conservadores de Helmut Kohl han fracasado en su lucha para contener la riada del paro".
Conscientes del hecho de que exigir la supresi¨®n de las armas y las centrales at¨®micas, o de toda la sociedad capitalista, y apoyar la protecci¨®n de la naturaleza les puede impedir ingresar en el Parlamento, los verdes, a quienes los sondeos otorgan entre el 5 y el 6% de votos, han adoptado un programa econ¨®mico cre¨ªble con medidas realistas y concretas.
La adopci¨®n del programa es producto de un compromiso en el seno del movimiento ecologista. El proyecto propuesto por los reformistas tiene un pre¨¢mbulo de la "oposici¨®n revolucionaria" que plantea un nuevo orden econ¨®mico a largo plazo que "respete el equilibrio ecol¨®gico del planeta, dejando a los trabajadores la oportunidad de decidir la cantidad, calidad y la forma de producci¨®n".
De forma inmediata, el programa ecologista defiende la reivindicaci¨®n obrera actual, como es la reducci¨®n a 35 horas de trabajo semanal, y precisa que no es m¨¢s "que un primer paso".
A largo plazo se defiende "una revisi¨®n total del sistema econ¨®mico, que deber¨¢ respetar las necesidades humanas y no estar orientado hacia el crecimiento industrial". Para financiar todo ello, los verdes desean una mayor imposici¨®n sobre las rentas m¨¢s altas y una reestructuraci¨®n de los presupuestos del Estado.
Los halcones revolucionarios del movimiento, tales como Rolf Barho y Petra Kelly, han guardado una postura bastante discreta en Stuttgart.
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