Yugoslavia obtiene cr¨¦ditos por valor de 1.300 millones de d¨®lares
Yugoslavia tendr¨¢ acceso en el curso de 1983 a un paquete de cr¨¦ditos por valor de 1.300 millones de d¨®lares, que un grupo de quince pa¨ªses occidentales, coordinados por Suiza, conceder¨¢ a este pa¨ªs yugoslavo para ayudarle a hacer frente a la crisis de endeudamiento excesivo, que hace disminuir sus ¨ªndices de nivel de vida, producci¨®n y expansi¨®n general. La presencia del ministro de Exteriores de la no alineada Yugoslavia, Lazar Moysov, en suelo de la neutral Suiza realza una operaci¨®n concluida en Berna.
El oto?o pasado fue una estaci¨®n de incertidumbre para los planificadores yugoslavos, que no ve¨ªan claro c¨®mo pagar durante la primera mitad de 1983 un total de 2.000 millones de d¨®lares. Aunque la cantidad que Yugoslavia adeuda en 1983 sobrepasa los 5.000 millones de d¨®lares, el tramo m¨¢s penoso es el de los primeros seis meses, al no contar todav¨ªa Belgrado con los d¨®lares del turismo estival y ser todav¨ªa bajas las remesas de emigrantes.
Reuniones a puerta cerrada
Tras el, estancamiento en que qued¨® la tanda oto?al de conversaciones entre el Banco Internacional de Pagos de Basilea y el Gobierno yugoslavo, Belgrado sigue esperando un cr¨¦dito a corto plazo por valor de quinientos millones de d¨®lares. De recibirlo, desahogar¨ªa su econom¨ªa durante los seis primeros meses de 1983. Otras l¨ªneas de cr¨¦ditos que se esperan son los trescientos millones de d¨®lares del Banco Mundial, y en torno a los seiscientos millones de d¨®lares, del Fondo Monetario Internacional.Quien tras el incierto oto?o pasado dio un impulso a las esperanzas yugoslavas fue Caspar Weinberger, que Regaba en diciembre a Belgrado con un mensaje de Reagan ofreciendo apoyo crediticio. Las cosas empezaron a marchar a fines de diciembre, tras una reuni¨®n secreta que representantes bancarios yugoslavos mantuvieron en Par¨ªs con colegas occidentales. Sigui¨® una tanda de conversaciones secretas en Berna, que culminaron el martes con la promesa de un paquete de cr¨¦ditos de distintos tipos por un valor de 1.300 millones de d¨®lares. Si algunos esperaron en Belgrado obtener 1.500 millones, otros tem¨ªan que no se pasara de los mil. En el curso de las conversaciones, el gobernador del Banco Nacional yugoslavo, Makic, parece haberse negado a poner en juego como respaldo crediticio las reservas de oro yugoslavas, estimadas en unos ochocientos millones de d¨®lares.
Entretanto, aseguran en Belgrado que el pa¨ªs se ha resignado por dos a?os a la dura realidad del desabastecimiento temporal, las colas o el racionamiento y a una pol¨ªtica sociomonetarista que, disminuyendo las inversiones, no podr¨¢ hacer gran cosa por disminuir un paro que, a escala federal, supera el 12%, aunque la Rep¨²blica yugoslava de Eslovenia (una de las seis que forman la federaci¨®n) no conoce este azote mundial. S¨®lo a nivel de empresas podr¨¢ negociarse la refinanciaci¨®n de la deuda. Aseguran en Belgrado que Yugoslavia no pedir¨¢, como lo ha hecho Ruman¨ªa, la refinanciaci¨®n de su deuda exterior, que asciende a un m¨ªnimo de 18.000 millones de d¨®lares. Con una poblaci¨®n de veintitr¨¦s millones de habitantes y un producto social de 3.000 d¨®lares per c¨¢pita, esta deuda es la m¨¢s elevada por habitante de los pa¨ªses socialistas, aunque el acceso a las divisas tur¨ªsticas y de remesas de emigrantes aligera el fardo yugoslavo respecto a pa¨ªses como Polonia o Rumania. Se advierte que en la escala de solvencias que manejan los bancos norteamericanos, Yugoslavia ha abandonado los primeros lugares que siempre ocup¨®. Ante la pol¨ªtica de disminuci¨®n de inversiones y porcentajes de utilizaci¨®n de la capacidad industrial, 754 empresas espa?olas, alemanas, austriacas, italianas y francesas se habr¨ªan interesado, seg¨²n fuentes oficiales yugoslavas, en adquirir esos porcentajes de producci¨®n actualmente ociosos.
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