Matesa resucita
Mientras el Estado echa cuentas de lo que cost¨® el mayor esc¨¢ndalo del franquismo, una operaci¨®n para relanzar la empresa est¨¢ a punto de cuajar
Juan Vil¨¢ Reyes, promotor y principal propietario de la empresa al estallar el affaire, ha opinado que el acuerdo contenido en el proyecto de Decreto se sustenta sobre su criterio de que deber¨ªa pagar el seguro, y modifica la sentencia por la que fue condenado a m¨¢s de 223 a?os de c¨¢rcel, con todas las consecuencias que se quieran extraer durante los ¨²ltimos doce a?os, uno de los empresarios que m¨¢s se benefici¨® del franquismo, pero casi el ¨²nico que result¨® perseguido encarcelado y arruinado, el ex presidente de Matesa ha esgrimido tres argumentos centrales: uno que ten¨ªa las operaciones perfectamente garantizadas por los seguros (de ah¨ª concluye que se le da la raz¨®n ahora); el otro, que se anticip¨® al futuro y result¨® v¨ªctima de una operaci¨®n pol¨ªtica, como puede demostrar el d¨ªa que "tire de la manta". Pero ¨¦l no ha querido conceder una entrevista a este peri¨®dico para revelar lo que siempre ha dicho guardar, al parecer por considerar que quienes contribuyeron a su ca¨ªda ocupan todav¨ªa importantes puestos.Los ejecutores de la transaci¨®n, que espera fraguar al ser autorizada por un proyecto de Decreto, lo han visto de otro modo. "En todo caso", ha dicho uno de ellos, "se puede hoy deducir que el fraude estaba perfectamente asegurado en un 80% o 90% del principal de los cr¨¦ditos". Como es sabido, las procedimientos judiciales de Matesa empezaron al descubrir que las exportaciones para las cuales lleg¨® a conseguir hasta 12.000 millones de pesetas en cr¨¦ditos oficiales al 5% y medio plazo fueron en buena parte ficticias. Para ello manipularon documentos y realizaron salidas ?legales de capitales por algunos miles de millones de pesetas. Esto cost¨® a Vil¨¢ Reyes dos sanciones por salida ilegal de dinero -una de 21 millones (octubre de 1967) y otra de 1.658 millones (mayo de 1970, pero luego condonada por el indulto)- y la sentencia de mayo de 1975: culpable de dos delitos continuados de estafa, por 8.993 y 590 millones de pesetas, 417 delitos de falsedad en documentos mercantiles, y cuatro delitos de cohecho activo.
Reflotar la empresa
Por su parte, quienes llevan hoy los restos de la empresa (Administraci¨®n judicial y trabajadores) no han presentado de momento objecciones al proyecto, pero lo consideran parcial y hubieran querido ser parte. Su objetivo es otro y no desean que sea interferido: reflotar la empresa.Las incertidumbres al respecto estan a punto de ser despejadas. Tras las seis subastas de Matesa, todas declaradas desiertas, la ¨²ltima en marzo de 1981 y sin precio inicial, los implicados hoy en la empresa quieren que el Juzgado Especial que lleva el caso convoque otra. Y, al parecer, lo har¨¢ con car¨¢cter inminente. En esta ocasi¨®n, acudir¨ªa una Sociedad An¨®nima Laboral formada por los propios trabajadores. La compra, a precio simb¨®lico y con los activos libres de obligaciones, supondr¨ªa el final del embargo y administraci¨®n judicial de 1970.
A este fin, son gestionadas ayudas por unos 90,0 millones de pesetas, en buena parte para relanzar la entidad y el resto para cometer las indemnizaciones, jubilaciones y desempleo del correspondiente plan de viabilidad. Seg¨²n fuentes de la empresa, ya se dispone de un nuevo producto, considerado revolucionario en los procesos de fabricaci¨®n textil y que va a ser presentado el pr¨®ximo mes de octubre en la feria de Mil¨¢n.
En su opini¨®n, el proyecto de Decreto revelado esta semana no zanja en s¨ª. m¨¢s que los problemas entre organismos del Estado, pero aprovecha una posibilidad de pacto que fue promovida en los ¨²ltimos a?os de Matesa por la propia empresa e incluida en una disposici¨®n transitoria de los Presupuestos Generales del Estado para 1982.
El Decreto, que ya cuenta con el apoyo del ministro de Econom¨ªa y Hacienda, seg¨²n medios de la Administraci¨®n, autorizar¨¢ al Consorcio de Compensaci¨®n de Seguros y a Cr¨¦dito y Cauci¨®n, SA a pagar a la Comisi¨®n Liquidadora de Cr¨¦ditos a la Exportaci¨®n (v¨¦ase EL PA?S del pasado mi¨¦rcoles) unos 4.326 millones de pesetas, que la Comisi¨®n pasar¨¢ al cr¨¦dito oficial. A cambio de recibir ya este dinero, que por el goteo de sentencias del Tribunal Supremo tardar¨ªa algunos a?os en llegarle, la Comisi¨®n perdona 1.300 millones de pesetas para que las compa?¨ªas de seguros, que han perdido en pleitos m¨¢s de 1.000 millones, se subroguen en sus derechos frente a terceros.
Como unos 4.000 millones de pesetas saldr¨¢n de un organismo aut¨®nomo del Ministerio de Hacienda -el Consorcio de Compensaci¨®n de Seguros- y los otros 326 de Cr¨¦dito y Cauci¨®n, SA formada por el sector p¨²blico y, minoritariamente, el seguro privado-, en el fondo todo se circunscribe al Estado. Sin embargo, fuentes oficiales han recordado que el Consorcio utilizar¨¢ sus reservas, nutridas por las sobreprimas que cobran las compa?¨ªas de seguros a sus clientes.
P¨¦rdidas del Estado
Con esta operaci¨®n, que ser¨¢ publicada en el Bolet¨ªn Oficial del Estado, ya se podr¨¢n echar cuentas de lo que ha costado el caso Matesa. La Comisi¨®n Liquidadora, creada para intentar recobrar los 9.800 millones de pesetas en cr¨¦ditos y 1.300 en intereses que deb¨ªa Matesa al Banco de Cr¨¦dito Industrial al estallar el esc¨¢ndalo, conseguir¨¢ ¨²nicamente 6.900 millones de pesetas al valor actual. Proceder¨¢n de los citados 4.326 millones de pesetas, unos 1.000 entregados ya al cr¨¦dito oficial despu¨¦s de ganar seis pleitos en el Tribunal Supremo a Cr¨¦dito y Cauci¨®n, SA (EL PA?S del pasado mi¨¦rcoles), y otros 1.000 millones en poder de la Comisi¨®n por dichos pleitos y los avales prestados por los colaboradores de Vil¨¢ Reyes. No ha podido cobrar nada de Matesa, ni pr¨¢cticamente nada de Vil¨¢ Reyes (fue subastada una lancha de su propiedad, el yate a su nombre desapareci¨® y un piso fue hipotecado por la Caja de Ahorros).Aunque a la Comisi¨®n L¨ªquidadora le queda el derecho de reclamar a las sociedades extranjeras que recib¨ªan exportaciones de Matesa y no pagaron, ha recuperado unos 100 millones pr¨¢cticamente y da por perdido el resto, porque muchas de aquellas empresas eran filiales de Matesa. Tambi¨¦n le queda perseguir a Vil¨¢ Reyes para que pague su condena de 1975 o, subsidiariamente, a Matesa. Pero al primero no le queda nada a su nombre (realmente es un hombre condenado a no tener nada, porque si la Comisi¨®n le descubriera algo deber¨ªa reclamarlo) y del embargo de bienes de Matesa como subsidiaria tampoco se espera conseguir m¨¢s que la cantidad simb¨®lica que ofrezca la Sociedad An¨®nima Laboral en la pr¨®xima subasta. As¨ª las cosas, de los 17.000 millones de pesetas apuntados en la cuenta que lleva la Comisi¨®n Liquidadora por los 11. 100 millones que fue encargada de recuperar y el 5% de intereses anuales que devengan desde 1969, los 6.900 cubren un minimo, si se tiene en cuenta la inflaci¨®n acumulada en estos doce a?os. Con este dinero recuperado, apenas pueden compensarse las indemnizaciones y gastos por desempleo que debi¨® afrontar el Estado para los varios miles de trabajadores que se quedaron en la calle tras el affaire.
Este verdadero asalto al dinero de los ciudadanos (m¨¢s importante que los otros descubiertos en los ¨²ltimos a?os del franquismo, como Reace, Sofico y Confecciones Gibraltar) s¨®lo ha sido pagado por los condenados en el ¨²nico y a todas luces descafeinado proceso que permiti¨® el indulto concedido por Franco en 1970: Vil¨¢ Reyes, sus colaboradores m¨¢s inmediatos y unos cuantos empleados del Banco de Cr¨¦dito Industrial acusados de negligencia o cohechos para agilizar los tr¨¢mites en la concesi¨®n de cr¨¦ditos oficiales.
La corrupci¨®n o negligencia no salpic¨® a nadie m¨¢s, pues los tres ex ministros y otros altos cargos inicialmente procesados quedaron libres por el indulto y luego s¨®lo comparecieron (el caso pas¨® as¨ª del Tribunal Supremo a la Audiencia de Madrid) como meros testigos. Y eso que sus declaraciones fueron suficientes para saber que viajaron al extranjero invitados por Matesa a visitar f¨¢bricas y que sospechaban o conoc¨ªan las irregularidades desde un per¨ªodo que oscila entre seis meses y dos a?os antes de divulgarse el asunto. Tambi¨¦n qued¨® probado que Matesa empez¨® a recibir cr¨¦ditos oficiales en 1964, dos a?os despu¨¦s ten¨ªa 1.830 millones, y entre 1967 y 1969 acumul¨® hasta 12.000 millones, pese a que la primera condena por fuga de capitales se produjo en octubre de 1967, tras lo cual lleg¨® a recibir casi una cuarta parte -de los recursos anuales del Banco de Cr¨¦dito Industrial.Vil¨¢ Reyes y varios tecn¨®cratas del Gobierno mantuvieron desde el primer momento que la empresa hubiera sido viable con una incautaci¨®n que evitara el affaire, y han acusado al sistema pol¨ªtico de crear las condiciones para un caso innesario que les trat¨® como v¨ªctimas. Los viejos azules, celosos del creciente poder de los tecn¨®cratas figados al Opus Dei, trataron de recuperarlo, azuzando el esc¨¢ndalo sin reparar en los or¨ªgenes ni en las consecuencias, que resultaron desfavorables para ellos.
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