Nicaragua exige ser o¨ªda por el Papa antes de que viaje a Managua
"Si el Papa quiere venir a Nicaragua, ser¨¢ bienvenido. La ¨²nica condici¨®n es que hable con el Gobierno". En estos t¨¦rminos ha expresado el ministro nicarag¨¹ense del Interior, comandante Tom¨¢s Borge, la posici¨®n oficial de las autoridades sandinistas acerca de la escala que Juan Pablo II proyecta hacer en Managua durante su pr¨®ximo viaje a Centroam¨¦rica.Para el Gobierno sandinista resulta inaceptable su exclusi¨®n de la agenda papal, cuando ¨¦sta prev¨¦ entrevistas con todos los gobernantes del ¨¢rea, incluyendo dictadores como el guatemalteco Efra¨ªn R¨ªos Moritt y el haitiano Jean Claude Duvalier.
La visita del Papa a Nicaragua ha estado rodeada de pol¨¦micas desde el primer momento. Inicialmente se condiciona a la resoluci¨®n de una antigua querella entre la jerarqu¨ªa y el Gobierno sandinista.
El Vaticano pareci¨® exigir la renuncia previa a sus cargos pol¨ªticos de los sacerdotes que ocupan los ministerios de Asuntos Exteriores, Cultura y Asistencia Social.
El propio Borge confirm¨® la existencia de esta precondici¨®n. "Seg¨²n entiendo", dijo, "el Papa pide que los sacerdotes renuncien a sus posiciones dentro del Gobierno". Pero a juicio del ministro del Interior es esta una querella interna de la Iglesia en la que los sandinistas no entran.
"Pero es probable que estos sacerdotes no acepten. Entonces el Papa tiene una dificultad objetiva: si no viene a Nicaragua, ?ad¨®nde ir¨¢?, ?a hacer el mismo recorrido que hizo Reagan?
Pulso entre Iglesia y Gobierno
Tom¨¢s Borge insisti¨® en que el Gobierno nicarag¨¹ense ha invitado al Papa a visitar el pa¨ªs, pero si lo hace deber¨¢ hablar con los representantes de su pueblo, "que son los integrantes del Frente Sandinista, y tendr¨¢ que ajustarse a las medidas de seguridad del Estado nicarag¨¹ense, porque nosotros somos los responsables desde el momento en que pise esta tierra".Por encima de la querella sobre los sacerdotes ministros, lo que se est¨¢ sosteniendo en Nicaragua es un pulso entre la jerarqu¨ªa y el Gobierno en torno al uso pol¨ªtico del viaje papal. Los obispos pretenden capitalizar de, forma exclusiva la presencia de Juan Pablo II bajo el argumento de que se trata de una visita pastoral. El Gobierno sandinista teme que el sector reaccionario de la jerarqu¨ªa pretenda convertir los actos multitudinarios en un plebiscito contra el sistema, y por su parte pretende movilizar a sus organizaciones para que el sandinismo est¨¦ presente en las grandes concentraciones.
Otra escala pol¨¦mica del viaje papal ser¨¢, sin duda, la de San Salvador. Mientras en Managua es el Gobierno el que exige de Juan Pablo II que hable con ¨¦l, en la capital salvadore?a son las organizaciones eclesiales de base, fuertemente comprometidas con la oposici¨®n, las que denuncian el excesivo car¨¢cter oficialista de la agenda papal.
Esta incluye el recibimiento del Papa en el aeropuerto por parte del Gobierno en pleno y una posterior entrevista privada con el presidente Alvaro Maga?a. El ¨²nico acto popular est¨¢ previsto en la zona comercial m¨¢s elegante de la ciudad.
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