La edici¨®n de textos musicales en Espa?a, entre un sistema artesanal y la falta de ayuda oficial
La potenciaci¨®n de esta actividad, clave para la recuperaci¨®n del patrimonio musical
La edici¨®n musical en Espa?a es pobre. Unicamente una peque?a editorial en Barcelona y otra en Valencia se dedican a esta actividad, y con m¨¦todos que permiten asegurar un trabajo y un acabado r¨¢pido, perfecto y econ¨®mico.
Esta actividad editorial es, casi, una actividad de mecenazgo. La edici¨®n musical frecuentemente choca con innumerables problemas a la hora de recibir subvenciones. Mientras para algunos sectores de la Administraci¨®n se trata de partituras, para otros son libros de texto. El camino a la hora de solicitar subvenciones siempre suele ser tortuoso y lleno de equ¨ªvocos. Ello es as¨ª hasta tal punto que a algunos libros de composici¨®n musical se les ha negado la inscripci¨®n en el registro editorial del ISBN.
Seg¨²n el editor musical catal¨¢n Enric Climent, el principal editor de este sector y distribuidor en exclusiva para Espa?a y Portugal del material utilizado en el sistema de composici¨®n transferible, la edici¨®n musical nunca fue rentable. "Es una labor de mecenazgo, pocas veces premiada. Yo he sido m¨²sico de la Orquesta Ciudad de Barcelona y s¨¦ con qu¨¦ materiales se trabaja en las orquestas. Son, en la mayor¨ªa de casos, materiales lastimosos, manuscritos o copias y reediciones de originales antiguos, con las mismas erratas que cuando fueron editados".
La competencia de la fotocopia
A todas las dificultades de la edici¨®n musical hay que sumarle la competencia clandestina, en forma de fotocopias. Es una competencia dif¨ªcil de combatir, que se escapa a cualquier legislaci¨®n y que es propiciada por los propios centros de formaci¨®n musical. Por norma casi general, profesores de m¨²sica exigen a sus alumnos la entrega de fotocopias de las obras musicales a interpretar en ex¨¢menes. Es un proceso que escapa a todo control.La edici¨®n musical nunca fue una actividad tan menospreciada como en la actualidad. A pesar de que hay un aumento de los encargos por parte de organismos oficiales, dista mucho de recuperar el ritmo de tiempos pasados.
"Hubo una epoca que podr¨ªamos considerar dorada", explica el editor Climent, "fue la ¨¦poca de los bailables, cuando la industria del disco y la radio y la televisi¨®n no ten¨ªan la influencia que poseen en la actualidad. Cuando una canci¨®n ganaba un festival, las editoriales musicales recib¨ªamos una copia de la partitura y edit¨¢bamos copias que luego eran distribuidas entre las orquestas y orquestinas. La vigencia de la partitura era mayor, porque el referido ¨¦xito musical duraba aproximadamente un a?o, y no como ahora, que los ¨¦xitos caducan a las pocas semanas. Recuerdo, incluso, que en el Festival del Mediterr¨¢neo los editores ten¨ªamos la copia de la canci¨®n ganadora d¨ªas antes del festival".
Ahora es diferente. La edici¨®n musical, aunque existen s¨ªntom¨¢s de recuperaci¨®n, ha disminuido. "El Consejo Superior de Investigaciones Cientif¨ªcas (CSIC) nos ha encargado componer y editar recopilaciones de cancioneros populares y colecciones de m¨²sica antigua. Hay datos para creer que la tendencia es la de incrementar este tipo de encargos. Es una l¨¢stima que no se conozca m¨¢s a fondo la actividad de la edici¨®n musical y sus m¨¦todos. Existe una tarea urgente y es la recopilaci¨®n de todo un patrimonio musical, actualmente disperso, amontonado en buhardillas de museos y conservatorios de m¨²sica, y, por ello, en v¨ªas de desaparici¨®n".
El ¨²ltimo encargo del CSIC editado por Climent ha sido un grueso tomo que recoge el cancionero popular cacere?o. Las tiradas son, no obstante, pobres -de cien a mil ejemplares-, cantidades modestas si se las compara con las grandes editoriales de m¨²sica alemana, con tirajes de 100.000 ejemplares.
Climent ha orientado la labor de su editorial, una empresa familiar, en dos direcciones. Por una parte, compone y edita obras de compositores particulares o encargos de otras editoriales de texto. Por otra, lleva a cabo una labor de edici¨®n propia, con m¨¢s de 450 t¨ªtulos publicados. Las obras editadas comprenden canto coral, m¨²sica de c¨¢mara, repertorio orquestal, toda la gama de instrumentos y obras de investigaci¨®n musical o simplemente de recuperaci¨®n de folklore.
Entre ¨¦stas cabe se?alar la colecci¨®n M¨²sica Tradicional Catalana, ambiciosa obra que constar¨¢ de nueve vol¨²menes, el cuarto de los cuales aparecer¨¢ el pr¨®ximo mes de abril. Se trata de M¨²sica Instrumental Popular, una recopilaci¨®n de danzas, rondallas, coplas, m¨²sica de fiestas populares -castellers, grallers...- y pasacalles t¨ªpicos de Catalu?a. La obra es original del folklorista Josep Crivill¨¦. De este autor son tambi¨¦n los dos primeros vol¨²menes de la colecci¨®n M¨²sica Tradicional Catalana I (Infants) y M¨²sica Tradicional Catalana II (Nadal).
Trabajo de chinos
A pesar del adelanto del sistema transferible de notaci¨®n musical -el letraset de la m¨²sica-, el sistema sigue siendo, si no arcaico, s¨ª artesanal. Es un campo vetado a la tecnolog¨ªa. Explica el editor Climent que hubo una m¨¢quina de componer textos de m¨²sica, pero su manipulaci¨®n era en exceso m¨¦canica y la hac¨ªa no rentable."De la misma manera tambi¨¦n es impensable hablar de la composici¨®n de textos musicales por computadora. De lograrse este ingenio, ser¨ªa a tan alto costo, que lo reducido de las tiradas -en extremo sensiblemente inferiores a las de libros de texto- la convertir¨ªan en igualmente improductiva".
Toda comparaci¨®n de la composici¨®n de textos musicales con los textos escritos es in¨²til. Los caracteres y notas musicales son, en n¨²mero, infinitos. Adem¨¢s en la partitura musical intervienen factores tan diversos y dif¨ªciles de mecanizar y codificar como puedan ser el ritmo, el espacio entre notas, los compases, los silencios, las ligaduras, las barras, claves...
Existe otro requisito indispensable. Un buen nivel de conocimientos musicales, imprescindible en la persona que va a hacer la composici¨®n. En la actualidad, en Barcelona s¨®lo cuatro personas est¨¢n especializadas en la composici¨®n de textos musicales. Dos de ellas, despu¨¦s de tres a?os de ejercer este trabajo, dominan el sistema con garant¨ªas de lograr un producto correcto. Otras dos est¨¢n en fase de formaci¨®n.
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