La gigantesca maquinaria de un grupo m¨ªtico

Rolling Stones.

Director: Hal Ashby. Int¨¦rpretes: Rolling Stones.

Salas de estreno: Benlliure y Lope de Vega.

Hal Ashby tiene tras s¨ª varios ¨¦xitos de taquilla importantes. Entre los m¨¢s recientes vale la pena citar Shampoo y Bienvenido Mr. Chance, dos comedias en las que se retrataban algunas de las obsesiones caracter¨ªsticas de los norteamericanos. Con Rolling Stones -tambi¨¦n son t¨ªtulos del film Vamos a pasar la noche juntos o El tiempo est¨¢ de nuestro lado, t¨ªtulos traducidos para una pel¨ªcula que se ha estrenado en versi¨®n original sin subtitular- Hal Ashby repite una operaci¨®n que ya antes hizo otro cineasta de prestigio: Martin Scorsese con El ¨²ltimo vals.

Se trata de filmar un documental sobre un conjunto rock. Scorsese eligi¨® The Band en su ¨²ltimo concierto p¨²blico; Ashby ha preferido los Rolling Stones en su ¨²ltima gira. En ambos casos se dispone de un gran n¨²mero de c¨¢maras, no hay limitaci¨®n de material a la hora de rodar, los t¨¦cnicos son inmejorables, la calidad de los equipos de sonido e imagen es comparable a la de una superproducci¨®n y el tiempo de montaje no es distinto al de un filme de ficci¨®n, de manera que la grandiosidad de la maquinaria que hay que controlar justifica que sea un director de renombre quien ocupe el lugar que, l¨®gicamente, hubiera correspondido a un estricto funcionario de la imagen.

?Qu¨¦ es lo que impulsa a Scorsese y Ashby, por qu¨¦ abandonar su estatus de autor? Sin duda, les gusta la m¨²sica y los grupos que la crean, pero eso no es suficiente. En el fondo, ambos cineastas parecen empe?ados en batir a la televisi¨®n en su propio terreno, esa televisi¨®n que ha convertido al musical en la estricta grabaci¨®n, en play-back casi siempre, de la actuaci¨®n de unos cantantes. Lo que ofrecen Scorsese y Ashby no lo ha logrado nunca ning¨²n programa televisivo, planteados desde la segura rutina que dan unas c¨¢maras de v¨ªdeo que garantizan una perfecta continuidad.

Scorsese y Ashby son algo m¨¢s que unos simples t¨¦cnicos, que gente que sabe hacer su trabajo de manera competente. Ellos son artistas -afirmaci¨®n que, si en el caso de Scorsese es cierta, resulta mucho m¨¢s discutible en el de Ashby- y les gusta, no s¨®lo el medio que emplean, sino tambi¨¦n lo que captan y tienen algo que decir sobre ello. Para Scorsese, The Band era el s¨ªmbolo de una ¨¦poca ya acabada y procuraba transmitir el recuerdo y la nostalgia; Ashby ha visto los Stones como un espect¨¢culo total, como una gigantesca maquinaria bien engrasada, que nunca se detiene, siempre en presente.

Medio para artistas

La segunda sensaci¨®n que produce el filme de Ashby, despu¨¦s de la inmediata de la victoria por KO del cine sobre la TV, es la que se deriva de la propia trayectoria cinematogr¨¢fica de los Stones como grupo. Empezaron en Europa, con Godard, en One plus one, explicando c¨®mo se crea la m¨²sica; siguieron con Gimme shelter, de los hermanos Maysles, ofreciendo una explicaci¨®n sociol¨®gica del fen¨®meno Rolling; acaban en EE UU, m¨¢s americanos que nadie, de la mano de Ashby, una gira gigantesca, convertidos s¨®lo en m¨²sica-espect¨¢culo, en una excelente copia de s¨ª mismos.

La l¨®gica del star system convierte a Mick Jagger en un mito transparente, oscurece hasta el l¨ªmite a Bill Wyman o hace m¨¢s enloquecido a Keith Richard. No hay duda de que son el mejor grupo de rock, que son los m¨¢s grandes, etc¨¦tera, pero s¨ª es sumamente dudoso que el rock sea a¨²n algo interesante de verdad.