"No estoy en lucha contra el Gobierno, porque es mi Gobierno, el de todos"
"Yo no estoy en lucha contra el Gobierno, porque es mi Gobierno, el de todos", afirm¨® ayer en una larga entrevista concedida a EL PAIS Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz-Mateos, presidente de Rumasa hasta que la pasada semana el grupo fuese expropiado por una decisi¨®n del Consejo de Ministros que se materializ¨® en decreto-ley. Este hombre, que alguna vez se defini¨® como m¨¢s empresario que banquero, que era un outsider en la comunidad financiera espa?ola, asegur¨® una y otra vez, con gran vehemencia, que no tiene miedo de ir a la c¨¢rcel porque cree en la justicia, y que est¨¢ "absolutamente convencido de que Rumasa hubiese continuado funcionando normalmente si no hubiera habido expropiaci¨®n". Por todo ello declara, ante el desarrollo de los acontecimientos, que "me quedo fr¨ªo, at¨®nito, aturdido, no s¨¦ nada, no entiendo nada, no conozco nada, ni s¨¦ el m¨®vil, ni s¨¦ lo que se persigue con ello, ni cu¨¢les son los fines". Ruiz-Mateos contest¨® a casi todas las cuestiones que se le plantearon durante la entrevista, excepto a las siguientes: ?Cu¨¢l de las empresas perdidas le duele m¨¢s?, ?cu¨¢l ha sido su principal error?, ?qu¨¦ cantidad de dinero piensa recuperar v¨ªa justiprecio o, en su caso, v¨ªa indemnizaci¨®n?, ?cree posible que se repita con Rumasa el caso del diario Madrid?, ?qu¨¦ tipo de defensa va a emplear para desbloquear la situaci¨®n de hecho en que se encuentra el holding? y ?tiene usted capacidad de reacci¨®n o est¨¢ ya derrotado? Estuvo presente e intervino en la entrevista el asesor legal de Ruiz-Mateos, Alejandro Rebollo.
Pregunta. Excesiva concentraci¨®n de riesgos en los bancos de Rumasa, desproporci¨®n entre el valor contable y el valor real de su patrimonio, resultados inflados, deudas tributarias elevadas... Estas han sido algunas de las acusaciones lanzadas por el ministro de Econom¨ªa y Hacienda sobre Ruiz-Mateos. ?Con qu¨¦ datos concretos puede responder usted a estas cuestiones? ?Cree que es justa la calificaci¨®n de heterodoxia que se le suele atribuir?Respuesta. El ministro de Econom¨ªa y Hacienda ha lanzado, efectivamente, muchas acusaciones y ha facilitado algunos datos que no son tan concretos ni contundentes como pudiera parecer a primera vista. Quienes tengan una cierta preparaci¨®n en materia econ¨®mica y contable, saben que las apreciaciones del ministro son en buena parte subjetivas y, desde luego, incompletas. Me pide usted datos concretos que exceder¨ªan el marco de una entrevista period¨ªstica, y que en este momento, por razones obvias, no le puedo facilitar puntualmente. Pero, en cualquier caso, opino que los n¨²meros, las partidas y los conceptos contables s¨®lo pueden discutirse con los libros y los documentos sobre la mesa.
Respecto a la presunta calificaci¨®n de "heterodoxo" en mi forma de llevar los negocios, ?qu¨¦ quiere que le diga? Si heterodoxia es salirse de lo que en cada momento se entiende como ortodoxo, creo que la humanidad habr¨ªa avanzado poco si no hubiera habido gentes que abandonaran la norma establecida. Considero innecesario citarle ejemplos...
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Jos¨¦ Maria Ruiz-Mateos: "Me quedo fr¨ªo, at¨®nito, aturdido, no s¨¦ nada, no entiendo nada"
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Lo importante, para m¨ª, es el fin perseguido, y en eso entiendo que la palabra heterodoxo no constituye, en absoluto, una descalificaci¨®n personal. Ahora bien: una cosa es heterodoxia y otra muy distinta es ilegalidad. Es imprescindible no confundir los t¨¦rminos.
P. A pesar de que no pueda ser muy concreto, s¨ª podr¨¢ comentar algo sobre la gigantesca discrepancia a la hora de valorar los patrimonios entre su propia organizaci¨®n y el ministerio en cuesti¨®n. Miguel Boyer cit¨® Galer¨ªas Preciados...
R. Una empresa extranjera que venga a Espa?a a montar un negocio estilo Galer¨ªas Preciados, y traiga para ello 50.000 millones de pesetas, los deposita en un banco y comienza. Yo le digo que con esa cifra tan abrumadora no tendr¨ªa suficiente, ni much¨ªsimo menos, para comprar los treinta solares, las treinta edificaciones, las treinta instalaciones m¨¢s lo que representa de organizaci¨®n, m¨¢s el fondo comercial, el nombre, la imagen... de Galer¨ªas. Nada de eso se improvisa. Tardar¨ªa mucho tiempo en llegar a unas Galer¨ªas Preciados que ha pasado de unas p¨¦rdidas de 7.000 millones a estar pr¨¢cticamente equilibradas el pasado a?o, totalmente reflotadas. El presupuesto que este a?o ten¨ªa el grupo Galer¨ªas, con Marcol, Mantequer¨ªas Leonesas y Sears era de 80.000 millones de pesetas.
En el sector de vinos, en los seguros, en construcci¨®n, en grandes almacenes, pasa lo mismo. ?Es que todo esto no vale m¨¢s de lo que el ministro ha dicho? ?C¨®mo se puede apreciar todo esto? Posiblemente, y aunque todav¨ªa no es taban terminados todos los presupuestos, el global del grupo era de 400.000 millones de pesetas. ?Qu¨¦ puede valer un grupo que es propiedad de un holding, es decir, que no son empresas participadas ni minoritarias, que factura 400.000 millones de pesetas? ?C¨®mo se puede hablar de cifras de alrededor de 5.000 millones de pesetas? Me quedo fr¨ªo, at¨®nito, aturdido, no s¨¦ nada, no entiendo nada, no conozco nada, ni s¨¦ el m¨®vil, ni qu¨¦ es lo que se persigue con ello, ni cu¨¢les son los fines. Yo no soy m¨¢s que un empresario que todo lo que he hecho en mi vida ha sido trabajar con dedicaci¨®n plena, con un esp¨ªritu de sacrificio total, y no precisamente con un ¨¢nimo de lucro.
Cuando hay ¨¢nimo de lucro se act¨²a de manera diferente. En la conferencia de Prensa del pasado martes dije que una de las cosas m¨¢s tristes que se oyen en este pa¨ªs es que la mejor inversi¨®n que se puede hacer es pagar una cantidad de dinero para despedir a un trabajador. O que se invertir¨¢ en cualquier cosa que no tenga obreros. Yo no soy solidario con estas afirmaciones ni con quien las hace. Si todos pens¨¢semos de la misma manera, yo no s¨¦ qu¨¦ iba a ser de este pa¨ªs.
Nosotros, tras diez a?os de crisis mundial, no hemos cejado en nuestro intento de hacer algo positivo por miles y miles de personas, que no son s¨®lo las personas que trabajan en el grupo ni las familias que dependen de ellas, sino la cantidad de proveedores, suministradores, gente que pone sus ahorros en Rumasa. Si la gente pone una confianza ciega en Rumasa, creo que la gente no es tonta, la gente tiene un sentido, algo de positivo est¨¢ viendo en las conductas de quienes dirigimos Rumasa. ?Es tan dif¨ªcil de apreciar y de valorar esto, con independencia de los propios activos? ?Se puede decir de golpe "esto no vale nada" y en virtud de cuatro cifras fr¨ªas, que no sabemos de d¨®nde salen, y en veinticuatro horas se destruye toda la labor de veintitantos a?os de trabajo, donde tanta gente ha colaborado con un empe?o y un entusiasmo tan grande? Es algo insufrible, es algo que no tiene sentido, es algo que no se llega a comprender para nada. Un d¨ªa a lo mejor lo entiendo; hoy por hoy estoy completamente at¨®nito.
Estoy hablando con el coraz¨®n, y lo que m¨¢s me importa de todo son las personas. Cuando se va con ¨¢nimo de lucro ni interesan las personas, ni interesan los puestos de trabajo ni las inversiones, ni complicarse la vida, sino solamente decir aqu¨ª pongo dos, me dan cuatro, lo acumulo, lo guardo y de esto vivo.
'No s¨¦ si he cumplido el cors¨¦ estricto de la legislaci¨®n'Yo no s¨¦ si he cometido errores o no los he cometido; si me he pasado m¨¢s o menos; si he cumplido el cors¨¦ de la legislaci¨®n en el sentido estricto de las comas y de los puntos. Lo ¨²nico que me ha movido es un af¨¢n noble, digno, con un coraje y con un ¨ªmpetu enorme de hacer algo positivo, bueno, que redunde en beneficio del pa¨ªs. ?Sabe lo que m¨¢s me preocupa? Me preocupan los obreros de Rumasa, el personal adicto e incondicional de primer¨ªsima talla que no tiene precio y que no tiene valor material. Me preocupa que toda la gente que ha puesto sus intereses saliesen perjudicados en lo m¨¢s m¨ªnimo. Esto es algo insufrible para m¨ª.
A pesar de todo lo que ha pasado, me siento orgulloso, feliz, satisfecho, convencido -y ¨¦sto no va a quit¨¢rmelo nadie de la cabeza- de que he contribuido, junto con el equipo que me ha rodeado, de haber hecho algo serio, noble y grande para este pa¨ªs. Me encantar¨ªa que, con independencia de mis intereses personales, y vaya a las manos donde vaya a parar Rumasa, lo sigan llevando con ese mismo cari?o, con ese mismo entusiasmo, con esa misma entrega y generosidad y con esa misma eficacia que han sabido llevarla nuestros hombres.
P. ?Y sobre la excesiva concentraci¨®n de riesgos?
R. Para calificar los riesgos concentrados en las propias empresas hay que saber en qu¨¦ se sustentan. Si se descansaran en unas parcelas de zona verde no tienen valor, pero hay que apreciar que en este caso los riesgos descansan en empresas muy importantes, con una actividad muy significativa, con una facturaci¨®n de mucha consideraci¨®n y que adem¨¢s son operaciones normales con empresas que se conocen, que est¨¢n ah¨ª, que se pueden tocar.
P. Tambi¨¦n se ha afirmado que los beneficios no exist¨ªan y eran m¨¢s bien p¨¦rdidas.
R. (Alejandro Rebollo). Efectivamente, se ha afirmado que frente a m¨¢s de 6.000 millones de beneficios que se daban en 1981, hay 9.000 millones de p¨¦rdidas despu¨¦s de los ajustes. Pero no se dice que durante muchos a?os Rumasa reinvierte todos sus beneficios. Y esto es demostrable. ?Para qu¨¦, pues, Rumasa se va a inventar unos beneficios que no existen?
'No hay deuda tributaria hasta que lo digan los tribunales'
P. Por ¨²ltimo, sobre las acusaciones concretas, ?es cierta la deuda tributarla del grupo por m¨¢s de 20.000 millones de pesetas?
R. En primer lugar le digo que no me consta esta cifra. Los datos de las actas recurridas son muy inferiores, pero de lo que no cabe duda es de que en este volumen enorme de empresas, por poco que sea en cada una, a la hora de recurrir y discutir, si suma todo ello hay que ver qu¨¦ importancia tiene la cifra resultante en relaci¨®n a la que se paga. Adem¨¢s, entiendo que no hay deuda tributaria hasta que los tribunales ante quien est¨¢n recurridas las actas levantadas por la inspecci¨®n en muchas empresas digan su palabra. Mientras tanto, es un acta en disconformidad, cosa perfectamente hacedera en un Estado de derecho. Dar la cifra de 20.000 millones, y nada m¨¢s, es decir una parte m¨ªnima de la verdad. Diga usted tambi¨¦n que en el a?o 1981 se pagaron del orden de 15.000 millones de pesetas en impuestos. Diga usted tambi¨¦n que esos cerca de 20.000 millones de pesetas, en el supuesto de que fueran ciertos, obedecer¨¢n, l¨®gicamente, al per¨ªodo de prescipci¨®n fiscal, que es de cinco a?os. Se enfrenta as¨ª una cifra de 20.000 mi-
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Entrevista con Ruiz-Mateos
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llones por cinco a?os con un volumen de pagos al Estado de 15.000 millones en 1981. Esto tiene una dimensi¨®n de relativismo en cuanto a las cifras, y relativismo en cuanto a la decisi¨®n de los tribunales. Por otra parte, Rumasa desde el primer momento ofreci¨® la colaboraci¨®n para estudiar en profundidad cada tema tributario, negociando con el Ministerio de Hacienda. Ello se hizo por escrito, siendo Garc¨ªa A?overos ministro. Hacienda contest¨® diciendo que estaban conformes en examinar toda la problem¨¢tica fiscal del grupo, en encontrar unos cauces para determinar cu¨¢l era la deuda fiscal de verdad y establecer unos plazos y unas formas de pago.
P. ?Entiende usted que Rumasa es la primera pieza del domin¨® de las nacionalizaciones socialistas? ?Es el Gobierno actual un lobo con piel de oveja? ?Le ha defraudado Felipe Gonz¨¢lez? ?Qu¨¦ opina de Miguel Boyer?
R. Yo no soy un pol¨ªtico, y esas preguntas son pol¨ªticas. Yo s¨®lo soy un empresario que he trabajado toda mi vida para crear y consolidar una serie de empresas que ah¨ª est¨¢n, dando trabajo directo a 60.000 hombres y colaborando con cerca de un 2% al producto interior bruto.
Por otra parte, yo no estoy en lucha contra el Gobierno, porque es mi Gobierno, el de todos. Solamente creo que tengo la obligaci¨®n de defenderme con los instrumentos que me d¨¦ el derecho, y eso debo hacerlo por m¨ª, por mi familia y por las propias empresas de Rumasa y los hombres y mujeres que las componen.
P. Todo el esc¨¢ndalo comenz¨® hace algunas semanas, cuando se hicieron p¨²blicas sus desavenencias con la firma auditora Arthur Andersen. ?Por qu¨¦ desobedeci¨® sistem¨¢ticamente las recomendaciones del Banco de Espa?a en este aspecto?
R. Rumasa encarg¨® a la firma Arthur Andersen la auditor¨ªa de un centenar largo de las empresas y de la totalidad de los bancos del grupo. Como usted sabe muy bien, se trata de una prestaci¨®n de servicios en la que, l¨®gicamente, el cliente tiene el leg¨ªtimo derecho deponer reparos al trabajo realizado o en v¨ªas de realizaci¨®n. Es una pr¨¢ctica normal que no puede extra?ar a nadie. En el caso que nos ocupa hubo, efectivamente, alguna divergencia de opiniones que, justo es decirlo, mereci¨® en todo momento la natural comprensi¨®n de la prestigiosa firma. Buena prueba de ello es que Arthur Andersen nos hab¨ªa entregado ya la documentaci¨®n correspondiente a un centenar de empresas totalmente auditadas y en la que se demuestra que la contabilidad reflejaba fielmente la realidad patrimonial, y estaba a punto de facilitarnos la de otras cuarenta y tantas. La documentaci¨®n facilitada por Arthur Andersen fue entregada inmediatamente al Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos y, que yo sepa, no ha merecido ning¨²n tipo de reparos.
En cuanto a la auditor¨ªa de la divisi¨®n bancaria del grupo, los trabajos hab¨ªan sido suspendidos para la formalizaci¨®n de un status repport o informe de situaci¨®n explicativo del trabajo realizado y del que quedaba por realizar en cada uno de los bancos. Este informe de situaci¨®n, que hab¨ªamos solicitado a principios de diciembre de 1982, se empezaba a entregar precisamente en los d¨ªas inmediatamente anteriores a la expropiaci¨®n.
Debo hace constar que el Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos hab¨ªa emplazado a los bancos del grupo Rumasa a que indicasen antes del 10 de marzo de 1983 la fecha de terminaci¨®n de sus auditor¨ªas, fecha que, evidentemente, a¨²n no ha llegado.
'No hubo desobediencias con el Banco de Espa?a, sino discrepancias'
Otro tema es lo que apunta sobre una presunta desobediencia a las recomendaciones del Banco de Espa?a. No ha habido tal desobediencia, sino una serie de discrepancias -leg¨ªtimas, por otra parte- en relaci¨®n con unos plazos que tanto nosotros como la firma Arthur Andersen consideramos insuficientes para la realizaci¨®n de una tarea tan amplia y compleja como es la auditor¨ªa seria y completa de dieciocho bancos con cerca de 2.000 oficinas y del orden de cuatrocientas empresas. Estimo que di algunas razones en este sentido en la conferencia de Prensa que tuvimos el pasado martes.
P. ?Teme ir a la c¨¢rcel? ?En sus previsiones inmediatas figura la de marcharse al extranjero?
R. No temo ir a la c¨¢rcel por la sencilla raz¨®n de que tengo plena fe en la justicia y en la rectitud de intenci¨®n de nuestras autoridades. Para condenar a alguien primero hay que juzgarle, y yo tengo mi conciencia tranquila y la seguridad jur¨ªdica que depara vivir en un Estado de derecho como es Espa?a. Lo de marcharme al extranjero, prefiero pensar que se trata de una presunci¨®n tan ligera como desprovista de fundamento.
P. Antes de la expropiaci¨®n, durante mucho tiempo siempre se habl¨® en voz baja del sue?o de Ruiz-Mateos de concentrar Rumasa con el Banco Espa?ol de Cr¨¦dito...
R. El Banco Espa?ol de Cr¨¦dito es una instituci¨®n de s¨®lido y merecido prestigio. El supuesto de concentraci¨®n que usted plantea s¨®lo hubiera podido ser so?ado por los rectores del primer banco privado nacional, y por eso deber¨ªa pregunt¨¢rselo a ellos. Las circunstancias hacen que las previsiones de algunos analistas del real decreto-ley de expropiaci¨®n tiendan a concluir que algunos de los bancos del grupo Rumasa pudieran ser adjudicados al Banesto, con lo cual se producir¨ªa en una peque?a parte esa concentraci¨®n.
P. ?Estar¨ªa dispuesto a comenzar otra vez de nuevo? ?Cu¨¢les son sus actuales objetivos?
R. Rumasa empez¨®, hace veinti¨²n a?os, con un capital de 300.000 pesetas. Si despu¨¦s de todo esto tuviera que empezar de nuevo, lo har¨ªa con la misma ilusi¨®n de entonces. Pero ahora no es esa la cuesti¨®n.
?Mis objetivos actuales? Ayudar en lo que pueda a que todo este problema, que yo no he planteado, se resuelva en un marco de serenidad y de justicia.
P. ?C¨®mo se enter¨® usted de que le hab¨ªan expropiado? ?Es cierto que fue a la misma hora que el resto de los ciudadanos?
R. Absolutamente cierto. Conoc¨ª la noticia por la televisi¨®n. Estaba hablando con mis hijos y lleg¨® una hija corriendo porque la hab¨ªa llamado su novio y le hab¨ªa dado la noticia de la televisi¨®n.
P. ?Cu¨¢l fue su primera sensaci¨®n?
R. Para m¨ª fue una sorpresa enorme... Si la voluntad de Dios es esta, am¨¦n. Ahora, esto es en un plano sobrenalural y de proyecci¨®n en el que yo creo. En el orden humano no entiendo nada.
P. Si la expropiaci¨®n no hubiera ocurrido, ?Rumasa hubiera continuado funcionando normalmente?
R. Absolutamente. Absolutamente convencido. A no ser que la crisis internacional se hubiera llevado por delante no a Rumasa, sino a todo el sistema financiero espa?ol. Si de verdad yo me hubiera sentido inquieto en alg¨²n momento determinado, hubiera acudido a las autoridades monetarias a manifestarles mi preocupaci¨®n ante el peligro de defraudar a tantos miles de personas que dependen de Rumasa. Se hubieran arbitrado f¨®rmulas adecuadas con equilibrio con ambas partes, como se ha visto en crisis bancarias anteriores, en que se han dado soluciones. Cuando yo no he acudido a estas soluciones es porque no hemos visto su necesidad. Una prueba de la solvencia del grupo bancario es que a todas las retiradas de fondos que se produjeron a partir del d¨ªa 17 se hicieron frente con los fondos de los bancos de Rumasa, cumpliendo adem¨¢s todos los coeficientes.
Por todo ello, reitero una vez m¨¢s que no entiendo nada, no s¨¦ nada, pero lo que mantengo y repito hasta la saciedad es que no ha habido motivo en absoluto para tomar las medidas que se han tomado. Estoy perplejo, at¨®nito, y espero que con el tiempo podr¨¦ entenderlo.
P. Las declaraciones de solidaridad con Ruiz-Mateos del. resto de la banca privada y de las organizaciones empresariales han sido escasas. ?Qu¨¦ opina de esta soledad? ?Se ha sentido alguna vez un outsider dentro del sistema financiero espa?ol? ?En qu¨¦ zonas de la sociedad va a encontrar usted los principales apoyos para salir adelante?
R. Mire usted: la solidaridad suele darse con mucha m¨¢s facilidad entre los trabajadores que entre los financieros, como es l¨®gico y por razones obvias. No deseo entrar en an¨¢lisis de actitudes, que siempre ser¨ªan necesariamente subjetivas. Respeto cualquier punto de vista a la hora de contemplar la delicada situaci¨®n presente, aunque no lo comparta. Lo importante es sentirse en paz con la conciencia, y yo me siento en paz con la m¨ªa. Algunas declaraciones recogidas por los medios de comunicaci¨®n explican sufientemente determinadas posturas. ?Para qu¨¦ hablar m¨¢s de ello?
En cuando a si me siento un outsider dentro de la banca espa?ola, puede comprender que, al no ser en estos momentos banquero por raz¨®n del decreto-ley de expropiaci¨®n, me considero un outsider absoluto.
'Existe la banca comercial, la industrial y Rumasa'
P. No obstante, usted siempre se ha sentido un banquero at¨ªpico en Espa?a...
R. La diferencia de Rumasa respecto a otros grupos bancarios, sin jactancia de ninguna clase, porque es vocacional, es que existe la banca comercial, la banca industrial y Rumasa, que es un conjunto de empresas con una gama muy diversificada de actividades, en las que hay dieciocho bancos.
Esto es distinto del modelo del banco que tiene filiales, que tiene participadas. Alguno no ha llegado a comprender las peculiaridades de este negocio, que tiene un estilo distinto al resto, pero que ha dado un gran juego. Buena prueba de ello es que ha crecido durante veintitantos a?osy que ha crecido m¨¢s en los a?os de la democracia y en diez a?os de crisis. Con independencia de las auditor¨ªas, que son m¨¦todos modernos en este pa¨ªs, la banca espa?ola, que es sabia, muy experta y ha ftincionado siempre bien, se ha dejado guiar por unos factores que en un peniodo de tiempo determinado pueden valorarse como buenos o malos .
Entrevista con Ruiz Mateos
Rumasa se ha guiado por otros factores y no ha dejado de cumplir un compromiso, ni de atender un pago, ni de satisfacer un salario. Y esto bajo la incomprensi¨®n de muchos y sin el apoyo de quien tenla que hacerlo y sin dependencia alguna del dinero del Estado ni del Banco de Espa?a. Aun despu¨¦s de todo lo que se ha producido, de todos los rumores, nadie ha puesto en peligro la liquidez del grupo Rumasa.P. ?Qu¨¦ cree que piensan sus trabajadores y el hombre de la calle a estas alturas del conflicto desatado en el holding de la abeja? ?Cu¨¢ntos trabajadores ha despedido durante los a?os de la crisis econ¨®mica?
R. Tengo plena confianza en lo que piensa la inmensa mayor¨ªa de los hombres y mujeres que durante tanto tiempo han colaborado conmigo en la hermosa tarea de construir, engrandecer y consolidar Rumasa. Desde los cargos directivos hasta quienes han desarrollado las labores m¨¢s modestas saben de verdad lo que ha sido Rumasa, y s¨®lo ellos son capaces de medir la capacidad de esfuerzo y entusiasmo compartido por todos en torno al logotipo de la abejita, tan entra?able para todos nosotros. Estoy seguro de que ellos no van a dejarse influir por cualquier tipo de informaciones tendenciosas, sensacionalistas o intencionadamente calumniosas. ?El hombre de la calle? Una reciente encuesta, rigurosamente realizada hace pocos meses, mostraba la muy favorable opini¨®n que Rumasa merec¨ªa al pueblo espa?ol. Por supuesto, es f¨¢cil influir en la opini¨®n p¨²blica con cierta facilidad cuando exista el prop¨®sito decidido de hacerlo y se disponga de los medios necesarios para ello.
El dato concreto que me pide sobre cu¨¢ntos trabajadores han sido despedidos de las empresas del grupo Rumasa en los ¨²ltimos diez a?os es dif¨ªcil de contestar. Efectivamente, se han producido algunos despidos, muy pocos afortunadamente, y siempre por causas graves. S¨ª puedo recordarle que en 1973 el grupo ten¨ªa una plantilla pr¨®xima a las 30.000 personas y que al empezar 1983 cont¨¢bamos con cerca de 60.000. No me corresponde a m¨ª comentar lo que supone tal incremento, precisamente en este decenio de crisis continuada, en el que el crecimiento del desempleo se ha convertido en una de las m¨¢s graves preocupaciones en nuestro pa¨ªs.'Tengo el patrimonio m¨ªnimo imprescindible para subsistir'
P. ?A qu¨¦ atribuye la decisi¨®n del Consejo de Ministros de expropiar Rumasa? ?Pens¨® en alg¨²n momento en la posibilidad de expropiaci¨®n cuando concedi¨® la conferencia de Prensa del pasado martes? ?Cu¨¢ndo comenz¨® su pulso con el Banco de Espa?a?
R. Voy a ser conciso en una respuesta global para esta serie de preguntas. Jam¨¢s pens¨¦ que pudiera ocurrir la expropiaci¨®n del grupo Rumasa. No hab¨ªa raz¨®n alguna para temerlo. Y estoy en condiciones de poder afirmar otra vez que sin esta expropiaci¨®n el grupo Rumasa hubiera continuado con toda normalidad. No tengo ninguna duda razonable al respecto.
P. Tras la reuni¨®n de Boyer con los periodistas, en la que asegura que enviar¨¢ a los inspectores del Banco de Espa?a al holding si se rompe con la auditora Arthur Andersen, ?qu¨¦ pasa? ?Cu¨¢l es la secuencia de hechos?
R. (Rebollo). Boyer propuso a Rumasa sacar un comunicado conjunto con el Ministerio de Econom¨ªa, con dos partes: en la primera se dec¨ªa que Ruiz-Mateos se compromet¨ªa a terminar y a acelerar las auditor¨ªas. Esta primera parte se acepta, sustituyendo las palabras "se compromete" por "mantiene vigente su compromiso". Boyer acepta ¨¦sto. En la segunda parte, Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz-Mateos deb¨ªa autorizar a las autoridades monetarias para poder llamar y dialogar directamente con Arthur Andersen. Se le responde que no hay ning¨²n inconveniente, siempre que Rumasa est¨¦ presente, pero no acepta. Boyer dio a Rumasa una hora para repensar su actitud y que firmase el documento. Esto no ocurri¨® y se cre¨® un clima de gran tensi¨®n.
P. ?Cu¨¢l es el patrimonio personal del que dispone en estos momentos el que ha sido considerado el hombre m¨¢s rico de Espa?a?
R. El m¨ªnimo imprescindible para subsistir.
P. ?Qui¨¦nes son sus enemigos? ?Qu¨¦ opina de la instrumentaci¨®n pol¨ªtica del asunto? ?Cu¨¢l es su estado an¨ªmico actual?
R. No me considero enemigo de nadie, aunque por desgracia no pueda evitar la posibilidad de que alguien pueda sentirse enemigo m¨ªo. Por lo que se refiere a la instrumentaci¨®n pol¨ªtica del asunto, es elemental que las decisiones del Gobierno son, por su naturaleza, pol¨ªticas. Otra cosa es que sean o no acertadas, y el libre enjuiciamiento de las mismas por los ciudadanos forma parte del sistema democr¨¢tico. Mi estado an¨ªmico es excelente, porque repito que conf¨ªo en la justicia.
P. Rumasa ha sido el caso en¨¦simo de crisis bancaria en Espa?a. Sin embargo, su resoluci¨®n ha sido at¨ªpica en comparaci¨®n con todos los precedentes. ?Se siente discriminado en el trato obtenido respecto a Banca Catalana, Banco Urquijo y otros muchos?
R. Ciertamente, la soluci¨®n dada por el Gobierno a la presunta y, desde luego, no justificada suficientemente todav¨ªa crisis de Rumasa se aleja de las brindadas en otros casos en que s¨ª exist¨ªa una situaci¨®n de crisis perfectamente comprobable. Saque usted mismo la conclusi¨®n adecuada y d¨ªgame si existe un trato discriminado.
P. Usted es un profundo conocedor de la econom¨ªa espa?ola. ?Cree que hay en estos momentos otros grupos a los que se les deber¨ªa aplicar -bajo el supuesto de la igualdad de oportunidades- la misma terap¨¦utica que a Rumasa?
R. Le sugiero que esta pregunta la dirija usted a las autoridades competentes en la materia, que supongo podr¨¢n responderle con todo lujo de detalles.
P. ?Qu¨¦ necesita para sentirse rehabilitado?
R. Sencillamente, que este asunto se aborde, por quienes tienen la responsabilidad de hacerlo, con la absoluta objetividad y justicia que cabe reclamar de un Estado de derecho.
P. ?Por qu¨¦ cree que no le han concedido a usted las ayudas que va a emplear el Estado en expropiar, sanear y devolver al sector privado las sociedades ahora expropiadas?
R. Esta pregunta no me corresponde responderla a m¨ª. Lo que s¨ª puedo afirmar, una vez m¨¢s, es que Rumasa nunca tuvo ni necesit¨® ayuda del Estado.
P. ?Fueron en alguna ocasi¨®n buenas sus relaciones con el Banco de Espa?a? ?Alguna vez le amenazaron con nacionalizar el grupo?
R. El Banco de Espa?a jam¨¢s me amenaz¨® con tan grave medida, y tengo la convicci¨®n de que la autoridad monetaria no ha considerado en ning¨²n momento tal posibilidad. Prueba de ello es que, de haber encontrado irregularidades graves en el grupo, habr¨ªa adoptado inmediatamente las acciones cautelares necesarias, y para las que est¨¢ plenamente facultada, como ha ocurrido en otros muchos casos f¨¢ciles de recordar.
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