La autoridad monetaria se da un plazo de tres semanas para intentar vender Banca Catalana a 'la Caixa'
La autoridad monetaria se ha dado a s¨ª misma un ¨²ltimo plazo de tres semanas para encauzar institucionalmente el grupo Banca Catalana sin que ¨¦ste pierda su car¨¢cter aut¨®ctono, es decir, su catalinidad. La ¨²nica posibilidad que existe para ello en estos momentos es la compra de Banca Catalana por la Caja de Pensiones. (la Caixa), primera entidad del ahorro en toda Espa?a. En el caso, muy probable, de que esa operaci¨®n no fructifique, se proceder¨¢ inmediatamente al concurso-subasta habitual para los bancos controlados por el Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos. En dicha tesitura, lo m¨¢s probable ser¨¢ su adjudicaci¨®n al Banco Exterior de Espa?a, entidad jur¨ªdicamente privada pero controlada por el sector p¨²blico.
Las conversaciones del Banco de Espa?a con la Caja de Pensiones, algo ralentizadas ¨²ltimamente debido a la concentraci¨®n de esfuerzos que requer¨ªa el surgimiento del caso Rumasa, se acelerar¨¢n en los pr¨®ximos d¨ªas, en el intento de dar una soluci¨®n definitiva al problema de la propiedad del grupo Banca Catalana. El r¨¢pido encauzamiento del Banco Urquijo, mediante su asunci¨®n por el Hispano Americano, y las medidas tomadas con el holding de la abeja han despejado en buena parte el panorama de la crisis bancaria. Queda el tema heredado de Banca Catalana y el Gobierno ha mostrado su inter¨¦s por acelerarlo.Esta postura ha venido a reforzar, indican fuentes pr¨®ximas a la Administraci¨®n, el cambio de estrategia en torno a Banca Catalana esbozada por la autoridad monetaria desde principios del mes de febrero. En esas fechas el Banco de Espa?a y el Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos decidieron abandonar las gestiones, iniciadas en Navidad, para conseguir el nombramiento de un consejo y de un presidente que reuniese las caracter¨ªsticas de ser catal¨¢n, profesional y sin relevancia pol¨ªtica (ver recuadro). Estas gestiones se prolongaron durante dos meses, mucho m¨¢s de lo previsto, ya que los responsables del Fondo hab¨ªan declarado su deseo de haberlas culminado para Reyes, y acabaron en una v¨ªa muerta.
El criterio con que se realizaron fue el de intentar salvar, primero, el car¨¢cter catal¨¢n del grupo -lo que se consideraba importante tambi¨¦n desde el punto de vista de su relanzamiento comercial- y, en segundo t¨¦rmino, su independencia. La autoridad monetaria esperaba que, tras encontrar al presidente adecuado, ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil el camino de traspasar las acciones en su poder a grupos econ¨®micos catalanes.
Un banco y una caja
Una vez se comprob¨® que ese camino resultaba inviable, a principios de febrero se opt¨® por la t¨¢ctica inversa: traspasar primero las acciones a una instituci¨®n financiera catalana, lo que facilitaba autom¨¢ticamente el nombramiento de un nuevo consejo de administraci¨®n. Con ello se intentaba salvar el primer objetivo, catalanidad, a¨²n a costa del segundo, independencia. Este planteamiento del banco emisor y del Fondo, indican fuentes financieras de Barcelona, se hac¨ªa honestamente, es decir, en la creencia de que era conveniente desde muchos puntos de vista (pol¨ªtico, de imagen y comercial) la preservaci¨®n del car¨¢cter aut¨®ctono del grupo, si bien tambi¨¦n exist¨ªa una componente de intentar curarse en salud de futuras cr¨ªticas en el sentido de que no se hubiera hecho todo lo posible para lograrlo.
Las conversaciones iniciadas a mediados de febrero se circunscribieron a dos entidades: el Banco de Sabadell y la Caja de Pensiones. El inter¨¦s del Gobierno por hallar una soluci¨®n r¨¢pida al asunto, similar a la encontrada en el caso del Banco Urquijo, le hizo aceptar, al menos como hip¨®tesis de trabajo, la eventualidad de la compra de un banco por una caja. Eso supon¨ªa sacrificar parte del programa electoral del PSOE, que descartaba expl¨ªcitamente incluso la participaci¨®n minoritaria de las cajas en los capitales de bancos.
Los dos candidatos posibles pronto quedaron reducidos a uno, la Caja de Pensiones, que en estos momentos deshoja una margarita de escasos p¨¦talos. La importante dimensi¨®n del problema a digerir (el grupo Catalana tiene hoy un volumen de recursos ajenos equivalente al del Banco de Sabadell, con una plantilla doble); el hecho de que ambas entidades tienen una red de oficinas paralela; la tradicional prudencia; y la filosof¨ªa comercial del Sabadell, muy contraria a abordar tareas de banca industrial (contrariamente a las caracter¨ªsticas hist¨®ricas de Catalana) debieron ser las razones fundamentales de la renuncia del Banco de Sabadell.
Actitud de 'la Caixa'
Queda, por tanto, como ¨²nico candidato la Caja de Pensiones. Las conversaciones de la autoridad monetaria con esta entidad siguen manteni¨¦ndose, aunque no se ha llegado a abordar m¨¢s que cuestiones previas de orden filos¨®fico, sin pasar a estimaciones num¨¦ricas, indican fuentes oficiales. La entidad de ahorro posee un 7% del capital de Banca Catalana desde 1979 y fue la ¨²nica instituci¨®n, aparte del Fondo, que acudi¨® a la ampliaci¨®n de capital de diciembre pasado.
Ello, sin embargo, no era demostrativo de un inter¨¦s preferente de la caja por entrar en Catalana, sino que fue producto del contrato firmado entre ambas en 1979, por el que La Caixa obten¨ªa el compromiso de que Catalana recomprar¨ªa el paquete del 7% y se obligaba, a su vez, a acudir a las sucesivas ampliaciones de la banca. La raz¨®n, por tanto, de que la autoridad monetaria proponga ahora a la caja quedarse con Catalana no es ¨¦sta, sino el hecho de que por su volumen constituye seguramente la ¨²nica instituci¨®n capaz de enfrentarse con ¨¦xito al reto de asumir Catalana. A ello se le suma la actitud favorable del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, hacia una salida de este tipo.
Las posibilidades de que La Caixa acepte quedarse con Catalana son m¨¢s que remotas, por varias causas. Primera, porque no hay unanimidad en la casa. La actitud de los representantes laborales en su Consejo de Administraci¨®n es radicalmente contraria: ya en junio de 1982, cuando se aprob¨® la participaci¨®n en una emisi¨®n de bonos canjeables, posteriormente frustrada, se opusieron a la operaci¨®n. Segunda, porque los compromisos industriales del grupo Catalana podr¨ªan originar en el futuro algunas tensiones que al cabo repercutiesen en la entidad de ahorro. Tercera, por el coste social de eventuales ajustes de plantilla en el grupo bancario. Y cuarta, porque las redes comerciales de Pensiones y de Catalana se superponen. "Existe un 90% de posibilidades de que la operaci¨®n no se realice", concluyen fuentes solventes.
El Banco Exterior
Si no hay acuerdo antes de tres semanas, la autoridad monetaria renunciar¨¢ tambi¨¦n al segundo objetivo (catalanidad). A partir de entonces habr¨¢ dos alternativas. Una, la nacionalizaci¨®n de Banca Catalana, mediante el traspaso de las acciones que ostenta el Fondo de Garant¨ªa, al Patrimonio del Estado. Otra, su adjudicaci¨®n en concurso a otro banco.
Si bien, como han indicado fuentes de la Administraci¨®n, "la situaci¨®n es muy fluida" y ninguna de las dos salidas es descartable de antemano, lo m¨¢s probable es la adjudicaci¨®n en concurso al Banco Exterior de Espa?a. El traspaso al Patrimonio del Estado no har¨ªa m¨¢s que aumentar la problem¨¢tica de gesti¨®n del mismo tras la expropiaci¨®n de Rumasa. La adjudicaci¨®n en concurso es lo m¨¢s viable, en opini¨®n de varias fuentes financieras. Pero los siete grandes de la banca espa?ola no han demostrado ning¨²n inter¨¦s por hacerse con Catalana por el temor a da?ar su imagen, al concitar cr¨ªticas sobre su expansionismo en Catalu?a. Por ello, lo m¨¢s probable es su adjudicaci¨®n al Banco Exterior de Espa?a.
Esta opci¨®n tiene un precedente en el caso del Banco de Alicante, participado por Catalana, que recientemente ha sido adjudicado al Exterior, operaci¨®n indicativa de la voluntad de crecimiento de sus rectores. Adem¨¢s, las redes de oficinas del Exterior y Catalana son complementarias. Y, sobre todo, su car¨¢cter de banco jur¨ªdicamente privado pero con mayor¨ªa p¨²blica, le permitir¨ªa constituirse en eje de un fuerte sector p¨²blico bancario, de apariencia formal privada, que evitar¨ªa cr¨ªticas sobre la eventual propensi¨®n nacionalizadora del Gobierno.
Aunque la estrategia no est¨¢ completamente esbozada, ¨¦sta parece ser la tesis del ministro de Econom¨ªa, Miguel Boyer. En este sentido, las declaraciones del ministro de Sanidad, Ernest Lluch, efectuadas al grupo period¨ªstico Cr¨®nica, seg¨²n las que "si se hubiese recurrido a la expropiaci¨®n, el saneamiento de Banca Catalana hubiera sido m¨¢s barato para el erario p¨²blico", deben interpretarse, m¨¢s que como una propuesta de nacionalizaci¨®n a estas alturas, como una cr¨ªtica a la lentitud con que el Gobierno anterior enfoc¨® el asunto de Catalana.
En busca de un presidente
El Fondo de Garant¨ªa inici¨® en diciembre gestiones para encontrar un presidente catal¨¢n, profesional y sin relevancia partidista para Banca Catalana. La operaci¨®n no lleg¨® a buen puerto. Medios financieros catalanes atribuyen esta falta de ¨¦xito a causas de orden general y personal. Las razones generales se resumen en el ambiente de desconfianza creado en Barcelona tras la quema del consejo de notables que intent¨® reenderezar el grupo desde julio hasta el 2 de noviembre del a?o pasado. Aquel equipo, que analiz¨® la situaci¨®n del grupo, reencamin¨® su gesti¨®n y realiz¨® un proyecto de viabilidad, acab¨® dimitiendo, ya que su plan fue rechazado por la autoridad monetaria y el Gobierno de Calvo Sotelo. La alegaci¨®n de la Administraci¨®n fue que el proyecto de ayudas no contemplaba el pase por el Fondo. La dimisi¨®n de las personas implic¨® tambi¨¦n un retraimiento de las empresas y entidades catalanas que representaban.Junto a esta raz¨®n de fondo de divergencia de criterios entre la Administraci¨®n central y el n¨²cleo m¨¢s caracter¨ªstico del empresariado catal¨¢n, los ofrecimientos de la presidencia a otras personas cayeron en saco roto tambi¨¦n por causas personales (sobre todo, atractivo profesional limitado, en comparaci¨®n con sus puestos actuales, y/o gran responsabilidad, con capacidades de maniobra no excesivas). Rafael Termes, a quien se propuso por segunda vez; Ricardo Fornesa, secretario general de la Caja de Pensiones; y el presidente de las C¨¢maras, Josep Maria Figueras, fueron algunas de las personas que, seg¨²n ha contrastado este diario, no aceptaron el cargo. Quien estuvo m¨¢s cerca de ser presidente fue el consejero-delegado de La Seda y vicepresidente de la patronal Fomento, Lorenzo Gasc¨®n. Su significaci¨®n pol¨ªtico-patronal dificult¨® el acuerdo, seg¨²n fuentes oficiales.
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