Temor a que Honduras se convierta en otro El Salvador

Los obispos hondure?os publicaron en noviembre un documento colectivo que conten¨ªa fuertes cr¨ªticas al Gobierno liberal, al que instaba a construir la paz interna sobre bases de respeto a los derechos humanos y una m¨¢s justa distribuci¨®n de sus recursos. A lo largo de todo el texto se advierte la preocupaci¨®n ante la posibilidad de que el pa¨ªs pueda desembocar en un proceso a la salvadore?a.La Conferencia Episcopal considera que la crisis econ¨®mica ha afectado con mayor fuerza a los sectores sociales m¨¢s pobres, lo que constituye, a su juicio, un elemento de desestabilizaci¨®n pol¨ªtica que podr¨ªa desencadenar conflictos violentos.

Esta realidad ha reactivado en el ¨²ltimo a?o a unas organizaciones sindicales que cuentan con una arraigada tradici¨®n combativa. el Gobierno ha visto detr¨¢s de estos movimientos reivindicativos la mano del comunismo, lo que le ha llevado a centrar en ellos una represi¨®n que ha incorporado a su repertorio m¨¦todos como las desapariciones. Los comentarios clandestinos y la tortura, importados por asesores argentinos,y chilenos.

Los obispos hondure?os denunciaron con dureza la aparici¨®n de tales pr¨¢cticas en el primer a?o de Gobierno democr¨¢tico, cuando no hab¨ªan existido en los diez a?os anteriores de dictadura militar.

La obsesi¨®n ante la amenaza comunista ha tenido el efecto de que el Gobierno liberal ha decidido entregar completamente en manos de los militares la parcela de la seguridad interna para luego cerrar los ojos ante los excesos de los cuerpos policiales. Hoy es el d¨ªa en que el presidente, Roberto Suazo, asiduo de iglesias y ceremonias religiosas, sigue sosteniendo que en Honduras no se v¨ªolan los derechos humanos.

Pareciera que el Gobierno hondure?o, surgido efectivamente de unas elecciones limpias, pensara que por s¨®lo este hecho est¨¢ suficientemente legitimado y a salvo para aplicar la violencia.

"Hemos condenado la violencia" han dicho por su parte los obispos, "y lo volveremos a hacer cuando sea necesario, porque la violencia no es la soluci¨®n a los problemas, es un mal que no se justifica porque engendra nuevas formas de opresi¨®n y esclavitud".

La aparici¨®n en San Pedro Sula de escuadrones de la muerte, que cuentan con la complicidad policial, y la lista de 36 desaparecidos del a?o pasado son motivos suficientes para que,algunos pol¨ªticos reformistas juzguen con severidad a un dobierno liberal que, para evitar tentaciones golpistas, ha renunciado en favor del Ej¨¦rcito a la pol¨ªtica de seguridad. Por ese camino, opinan que, en pocos a?os, Honduras puede ir al pozo salvadore?o.