Escepticismo sobre el funcionamiento de un dif¨ªcil acuerdo
El acuerdo alcanzado en la conferencia extraordinaria de la OPEP para rebajar a veintinueve d¨®lares el precio del barril y mantener las ventas globales de la OPEP en 17,5 millones diarios de barriles, ha sido recibido con escepticismo por los expertos y la industria petrolera, donde se duda de la efectividad de la terapia de choque que intenta aplicar el consorcio para resolver el dif¨ªcil momento del mercado.Aunque, sin duda, el acuerdo de bajar cinco d¨®lares el precio del crudo es altamente beneficioso para las econom¨ªas occidentales, pese a los supuestos problemas financieros que puede desencadenar, expertos cualificados del sector se muestran de acuerdo en considerarlo contradictorio y, 'en todo caso, insuficiente para contener la tendencia a la baja de los precios del petr¨®leo.
Un an¨¢lisis inmediato del acuerdo sobre el que ha trabajado la OPEP, durante d¨ªas de tediosas negociaciones en su reuni¨®n de Londres, revela las siguientes contradicciones:
1) El precio oficial del ar¨¢bico ligero, pese a ser cinco d¨®lares inferior al que se ha mantenido en los ¨²ltimos dos a?os, es todav¨ªa muy alto. El mercado spot, o de entrega inmediata, est¨¢ funcionando sobre la base de veintis¨¦is-veintisiete d¨®lares para el crudo de la misma calidad, lo que significa un 10% menos que el nuevo precio. Pero hay que tener en cuenta que ese precio en el mercado libre es casi ocho d¨®lares inferior al de 34 d¨®lares, lo que hace presentir que el precio spot -verdadero indicador de la tendencia general del mercado- se fijar¨¢ de nuevo por debajo de estos veintis¨¦is d¨®lares.
2) Los diferenciales establecidos en Londres son incongruentes con la realidad del mercado. El hecho de limitar a s¨®lo un d¨®lar la diferencia entre el bonny nigeriano, de m¨¢xima calidad, y el ar¨¢bico ligero, de calidad media, no hace m¨¢s que insistir, si no agravar, en el problema de la competencia interna 'entre los trece pa¨ªses miembros del consorcio, y que tan mal resultado le ha dado en el pasado.
Los diferenciales entre los crudos del Golfo y los africanos, como siempre ha mantenido Yamani, deben ser superiores a 2,50 d¨®lares. En caso contrario, se estar¨¢ primando a unos productores sobre otros. Y esto provoca que unos miembros roben clientes a sus colegas, que no tienen otro remedio que ofrecer descuentos para recuperarlos. En resumen, que sigue una subterr¨¢nea guerra de precios.
La estrechez del diferencial es todav¨ªa m¨¢s absurda si se tiene en cuenta que los productores del mar del Norte mantienen un precio 1,50 d¨®lares por encima del de referencia OPEP, cuando en circunstancias normales era de hasta cuatro y cinco d¨®lares superior. Es previsible, pues, que la demanda del crudo brit¨¢nico y noruego se incremente, pero a¨²n m¨¢s lo ser¨¢ la del nigeriano que, a treinta d¨®lares, es m¨¢s competitivo que el brit¨¢nico y puede forzar a los ingleses a rebajar su precio a medio plazo.
3) El l¨ªmite o techo m¨¢ximo de producci¨®n OPEP, establecido en 17,5 millones, es irreal. Los trece miembros de la OPEP vendieron apenas catorce millones de barriles en el mes de enero, precisamente en la mitad del invierno, cuando la demanda en Estados Unidos y Europa es mayor. Su baja producci¨®n denota que la demanda mundial de crudo est¨¢ en sus m¨ªnimos hist¨®ricos y que, pese a los acuerdos de los productores para limitar las ventas, el desequilibrio del mercado todav¨ªa persiste.
La duda es saber durante cu¨¢nto tiempo va a durar este desequilibrio. Con unos precios m¨¢s bajos es previsible que la demanda mundial se recupere y, aunque el nivel de almacenamiento en Occidente es todav¨ªa alto, es razonable pensar que se puede alcanzar esos 17,5 millones de ventas en un plazo relativamente corto.
Pero, incluso esta l¨®gica esperanza de la OPEP puede probar ser falsa. La producci¨®n de la OPEP no es la ¨²nica que se ha visto afectada por la aton¨ªa del mercado. Mexicanos (su nuevo precio ser¨¢ fundamental para hacer un c¨¢lculo m¨¢s preciso de lo que puede pasar en el mercado), brit¨¢nicos, noruegos y africanos no OPEP tambi¨¦n se han visto afectados por la ca¨ªda de la demanda y es posible que, ante el acuerdo de la OPEP, adopten medidas urgentes para no verse en peor situaci¨®n que antes. Su acci¨®n s¨®lo puede venir por el lado de unos precios m¨¢s bajos, lo que hace pensar que las espadas se van a mantener en alto a corto y medio plazo.
4) La delicada situaci¨®n financiera de algunos productores, especialmente M¨¦xico, Venezuela, Nigeria y hasta Gran Breta?a, no es una garant¨ªa, precisamente, de un acuerdo alcanzado por los pelos. Si el gobierno de Caracas se ha resistido, continuamente, a reducir su cuota de mercado durante la reuni¨®n de Londres, es porque su situaci¨®n financiera no le permite renunciar gratuitamente a unos ingresos por petr¨®leo que necesita para pagar su astron¨®mica deuda exterior. Algo similar sucede con M¨¦xico, que no tendr¨¢ m¨¢s remedio que tirar a la baja los precios OPEP para poder competir con los venezolanos en el mercado norteamericano.
Bajo este punto de vista es comprensible que la mayor¨ªa de los expertos en el vol¨¢til mercado del petr¨®leo -desde los neoyorquinos de Salomon Brothers hasta el famoso gur¨² del Hudson Institute- hagan c¨¢lculos sobre un barril de petr¨®leo en torno a los veinte-veinticinco d¨®lares a finales de 1983. Si esto se confirma, no cabe duda que los planificadores occidentales pueden confiar en una ¨¦poca de estabilidad y crecimiento mucho m¨¢s esperanzadora que la que existi¨® entre las dos crisis del petr¨®leo en la d¨¦cada de los a?os setenta.
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